Antolín Castro
Opinión y Toros/20 Enero 2023
Será por la velocidad con la que se están haciendo los carteles isidriles, pero se adivinan varios atropellos.
Los carteles que publica el portal que puede hacerlo, -dada la coincidencia de que su director sea, a la vez, director de comunicación e imagen de Plaza 1-, podemos darlos por buenos, ya que lo contrario sería sinónimo de ejercer malamente la comunicación de la empresa a la que se debe, evidencian más de un atropello.
Por supuesto, atropello a determinados toreros, pero también a la lógica y sentido común que deben imperar a la hora de organizar una feria como San Isidro. Al conjunto de todo ello hemos de llamarlo, sencillamente, justicia.
En los carteles anunciados, y que damos por ciertos, faltan nombres a simple vista. Bien es cierto que esa simple vista es agudizada por el necesario recuerdo para que, de ese modo, impere esa justicia de la que hablábamos.
Vemos nombres que a nadie se nos escapa que era de imaginar que estuvieran: Morante, Roca, El Juli, Emilio de Justo, Urdiales… etc., pero de esos, los más sonoros, se echa de menos, de muy menos, a un tal Juan Ortega, como si el haber dejado de ser apoderado por Simón Casas le pasara factura. Alguien podrá decir que no es por eso… pero se le parece demasiado, digo yo. De los nombres fijos en todas las ferias tampoco vemos a Antonio Ferrera, sin que esa ausencia tenga mucha lógica en una feria larga.
A nuestra mente se nos vienen otros diestros cuyo recuerdo, sin hacer ningún esfuerzo, del San Isidro anterior todavía perdura entre los aficionados. Todavía retumban los olés para Rafaelillo la tarde de la corrida de Adolfo Martín, aquella vuelta al ruedo memorable con un trofeo en la mano y tras la mejor estocada de la feria. He tenido que mirar varias veces ese adelanto de los carteles para asegurarme de que falta el murciano.
Pero también recuerdo actuaciones de otros espadas que obtuvieron trofeo en el pasado ciclo, dejando sensaciones que les sirvieron para redondear buenas temporadas. Me refiero a Curro Díaz y Javier Cortés. Sin sus nombres la feria estaría bastante coja.
Ese modelo de torear tres tardes, o cuatro, presentar más de un mano a mano, está muy bien y puede ser interesante, pero dejar fuera determinados nombres opaca en mucho la labor de quienes tienen la obligación de programar, pero sin dejar a un lado lo justo, lo ganado en el ruedo por esos toreros que reclamamos.
La lista podría ampliarla y me seguiría dejando matadores fuera, pero todavía tengo tiempo en estas líneas de recordar a Sergio Serrano en el San Isidro pasado o Adrián de Torres en el verano. O, también, para que le ofrezcan la confirmación a Diego Carretero, quien el pasado año no pudo comparecer por estar lesionado.
Ojalá, cuanto dejo escrito tenga respuesta positiva, me gustaría mucho tener que aceptar que me anticipé en la queja a los carteles finales. En ese caso, me alegraría el doble, por haber tenido una mínima oportunidad de contribuir a mejorar los carteles en algo.
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