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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 6 de enero de 2023

La adoración de los Reyes Magos de Giotto

Adoración de los Reyes Magos o Epifanía de Giotto.

¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.»

La adoración de los Reyes Magos de Giotto

La adoración de los Reyes Magos, también conocida como La Epifanía, es una obra del genial artista italiano Giotto di Bondone (1267/1337). La gran aportación de Giotto a la historia de la pintura fue el distanciamiento de los rigores de la pintura bizantina que existía en su época. Giotto exploró nuevos caminos transmitiendo en sus retratos sensaciones de intensidad emocional, pero huyendo del exceso de teatralidad en los rostros. Gracias a Giotto, los personajes comienzan a mostrar emociones humanas y el extracto social al que pertenecen, además de enmarcarse en un entorno real (edificios, paisajes de fondo, etc.) comenzando a aparecer habitualmente un uso rudimentario de la perspectiva más intuitiva que teórica.

 

Las innovaciones pictóricas de Giotto desembocaron en la gran revolución artística que supuso el Renacimiento y, no es extraño que se le considere el padre de la pintura moderna. Giotto en el año de 1304 decide trasladarse a la ciudad de Padua. La razón de este viaje se debe al encargo que recibe de la familia Scrovegni de decorar la  capilla de los Scrovegni o de la Arena.   Como curiosidad mencionar que la capilla fue erigida por Enrico Scrovegni para expiar los pecados cometidos por su padre Rinaldo Scrovegni, famoso por ser uno de los mayores usureros de su tiempo. El propio Enrico es enterrado en 1336 en su capilla justo detrás del altar.

Exterior de la capilla de los Scrovegni o de la Arena.

En la capilla de los Scrovegni, Giotto plasma diferentes escenas de los Evangelios: el muro oeste de la capilla lo dedica al Juicio Final, el arco del presbiterio a la Anunciación y en el resto de muros aparecen diversas escenas de la vida de la Virgen María, de sus padres San Joaquín y Santa Ana, así como de la vida y Pasión de Cristo. También se entrelazan las representaciones de pecados y virtudes contrapuestos. Giotto consigue integrar de manera sobresaliente las figuras pictóricas con los elementos arquitectónicos que les sirven de marco. Crea efectos de perspectiva que dotan al edificio de unidad espacial y, como ya hemos comentado anteriormente, los frescos de la capilla denotan una nueva concepción de la pintura occidental.

Interior de la capilla de los Scrovegni o de la Arena.

En la pintura La adoración de los Reyes Magos, Giotto retrata la escena relatada en el evangelio de San Mateo (2, 9-11): «Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.

¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.»

Aunque en la Biblia no se menciona que los Reyes Magos fueran tres, ni fueran reyes, así como tampoco se mencionan sus nombres, es algo que ha formado parte de la tradición cristiana desde hace muchos siglos. Es probable que la atribución de reyes les venga por el libro de los salmos “Ante él se postrarán los reyes; le servirán todas las naciones” (Salmos, 72:11) y la explicación de que fueran tres provenga del número de regalos que le hicieron. La duración de esta obra fue de dos años (1304/1306) y sus medidas son de 200×185 cm. Giotto pintó directamente sobre el revoque en las paredes cuando todavía estaban húmedas.

Adoración de los Reyes Magos
 o Epifanía de Giotto.

En la zona de La adoración de los Reyes Magos, en el cual observamos a los dos camellos sujetados por dos camelleros, lo que primero nos llama la atención es como han sido dibujados los camellos por Giotto. Les pinta unas orejas más propias de un asno, las patas similares a las de un caballo y para rematar les pinta con ojos azules. Todo esto prueba con toda seguridad que Giotto no había visto en toda su vida un camello de verdad. Respecto a los camelleros, uno aparece en segundo plano, interactuando con uno de sus camellos, y el otro se encuentra justo detrás de éste siendo casi inapreciable; probablemente Giotto se sirviera de ellos para dotar de mayor profundidad visual al fresco.

Detalle de los camellos y los camelleros.

El camellero tiene un rostro bondadoso y muy concentrado en su labor de cuidar el camello. Lleva ropas muy sencillas en contraposición a las vestiduras de los Reyes Magos; En estos rasgos vemos la habilidad de Giotto para sugerir en sus retratos la personalidad de los personajes y su rango social. Los camelleros son los únicos que no llevan halo. Aparecen en la escena los tres Magos de Oriente con los tres regalos simbólicos que aparecen en la Biblia: oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre. Melchor y Baltasar se encuentran de pie y con la mirada puesta en el Niño Dios, portando cada uno en sus manos un regalo. El primero lleva mirra como símbolo de la humanidad del Hijo de Dios, con ella se ungen los cuerpos para la sepultura, un signo profético de la Pasión Redentora de Nuestro Señor Jesucristo. El segundo le obsequia oro, el más precioso de los metales, como símbolo de su dignidad real.

Detalle de los Reyes Magos.

Gaspar, a diferencia de los otros dos Reyes Magos aparece de rodillas, besando los pies del Hijo de Dios. Muestra de esta forma el sentimiento de humildad acrecentado por el hecho de que se ha despojado de su corona, dejándola en el suelo a los pies del Divino Niño. Gaspar aparece por lo tanto renunciando a su realeza, rindiéndose por completo a la voluntad Divina, sin corona y con las manos vacías para aceptar el mayor regalo que hizo Dios al mundo: su propio Hijo. Giotto le confiere a esta escena una gran importancia, ya que es dónde tiende a recaer la mirada y con mucha sutilidad es fácil que el espectador se vea reflejado en la figura de Gaspar ante el Niño Dios. El Ángel situado en primer plano junto a María sujeta un incensario, el regalo entregado por Gaspar, símbolo de que Jesucristo es el Hijo de Dios y por lo tanto las oraciones de los hombres ascienden como el aroma del incienso hasta Él.

Detalle de los Ángeles.

La Virgen María sujeta con firmeza al niño Jesús y, al igual que los Reyes Magos, aparece representada con vestiduras reales. De esta forma Giotto quiere retratar a María como Reina de los Cielos. A su lado aparece San José, el casto y humilde esposo, quien no llevando una vestimenta tan humilde como los camelleros, tampoco lleva un ropaje lujoso como los Reyes Magos o los Ángeles.

Detalle de la Sagrada Familia.

Giotto dibuja un dosel de madera para crearle un marco a la Sagrada familia y, detrás de éste, en la zona derecha del fresco, una montaña. Es un recurso pictórico utilizado por Giotto el de colocar un fondo para agrupar a los personajes más importantes de sus pinturas.

Detalle del fondo de la Adoración de los Reyes Magos.

La Estrella de Belén «Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.» (San Mateo 2, 9-10) La Estrella de Belén es retratada con una cola llameante, probablemente debido a la aparición del cometa Halley en 1301, tres años antes de que Giotto pintara esta escena. Se supone que Giotto la utilizó como inspiración para su Estrella de Belén. La Agencia Espacial Europea, en su primera misión al espacio profundo, envió una sonda al cometa Halley , siendo ésta la primera sonda en descubrir el núcleo de un cometa, acercándose lo más posible hasta la fecha. Por ese motivo la sonda fue nombrada Giotto, precisamente en referencia a esta pintura.

Detalle de la Estrella de Belén.

El último detalle del fresco de La adoración de los Reyes Magos de Giotto que nos falta por comentar es el enorme espacio dedicado al cielo de color azul, color intenso que domina toda la capilla. Con él, Giotto además de cerrar la composición del fresco, hace alusión a un espacio infinito que se relaciona con lo sagrado. Al entrar en el recinto nos sentimos inundados por un torrente azul con destellos blancos, un techo del mismo color en el que aparecen pintadas estrellas y en cierto modo es como si entráramos en el recinto de Dios, en un lugar donde la belleza y la perfección celestiales pueden llegar a nuestra inteligencia y nuestra alma a través de la contemplación de la encarnación de Dios para la salvación del mundo. Con estas hermosas imágenes aprovecho para desearos una feliz Navidad a todos los que llegáis hasta este blog en estas fechas ¡Qué mejor que meditar sobre estos temas de la mano de uno de los grandes maestros de la pintura de todos los tiempos! Aunque tengamos que conformarnos con su visión a través de internet en lugar de en persona… ¡Que la luz de Dios hecho Hombre os guíe como la estrella a los magos! ¡Feliz Navidad! En este enlace podemos ver las modificaciones en el tiempo de la representación de los Reyes Magos. No debemos olvidar que es una de las escenas cristianas de mayor tradición. Existen antecedentes tan antiguos como la que aparece en el Mosaico de San Apolinar el Nuevo en Rávena (Italia) del siglo V-VI d.C.

Escena de los Reyes Magos en el Mosaico de San Apolinar el Nuevo siglo V-VI d.C, Rávena (Italia).

Y en este otro enlace podemos ver detalles de las demás representaciones pictóricas de la capilla de los Scrovegni. Imágenes obtenidas a través de preguntasantoral.es, histoiredelartdelteil.artblog.fr y Wikipedia.

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