"...Unos por otros, el grandísimo resucitado David Mora, está siendo la gran victima de la situación que acabo de plantear. Unos le dan puestos y corridas para nada acordes con su categoría artística. Los más no quieren pagarle más que lo que gana en plazas de tercera. Otros que “es que cuando triunfo en Madrid ya teníamos cerrada la feria”… Y así sucesivamente..."
Inadmisible contubernio contra David Mora
En el fragor de la temporada y mientras llegaba hasta la renovada y últimamente cubierta plaza burgalesa de El Plantío para recoger mi acreditación de prensa que no utilizaré para ver la corrida de rejones por lo que pido perdón, he recibido varias llamadas telefónicas por las que acabo de enterarme de que el diestro David Mora anda prácticamente sin poder torear pese a su enorme y emotivo triunfo en la pasada feria de San Isidro de la que ha sido declarado triunfador del ciclo por varios jurados.
Perplejo me he quedado con tan pésima noticia. Perplejo y hasta incrédulo por lo que su situación es absolutamente injusta además de perjudicial para la afición y para la Fiesta misma.
Pero el caso es que así es y así lo hemos comprobado al consultar la cartelería de no pocas próximas ferias, en las que nadie mediamente coherente puede llegar a comprender esta injustificable ausencia. Y ¿por qué, a qué se debe que David Mora esté ahora mismo como si todavía durara su larguísima convalecencia?
Por lo que hemos podido saber hasta ahora, por varias razones, casi todas inconfesables o al menos inconfesadas por los culpables de semejante contubernio o confabulación. Pero vayamos a los diccionarios sobre el significado de estas dos palabras:
- Acuerdo entre personas para hacer algo ilícito o perjudicial para otro.
- Convivencias con fines oscuros o malintencionados.
- Acuerdo de dos o más personas en secreto para actuar conjuntamente en contra de otra.
Parece que cualquiera de estas tres definiciones podría ser válida para el caso de David Mora.
¿A quién o a quienes interesa que David Mora se vea apartado de los carteles feriales? Da la impresión que a varias empresas y a varios toreros aunque quizá algunos de estos ni siquiera sepan de qué va la cosa.
El caso es que con la reaparición objetiva e indiscutiblemente triunfal de David Mora no contaban muchos, tanto los pertenecientes al entramado empresarial como al del apoderamiento, actualmente coincidente en ambas misiones. Cuestión que muchos venimos considerando muy perjudicial porque la coincidencia de intereses va en contra de la independencia. Pero como tamaña coincidencia se ha convertido en algo habitual, todos lo tomamos como la cosa más natural del mundo. Del mundillo taurino en este caso. Pero natural desde luego que no es por ser algo artificial o consecuencia de artificios.
La temporada 2016 se había diseñado minuciosamente antes de que comenzara sobre las siguientes bases. Con las figuras más o menos consagradas había que contar. Pero también y, sobre todo, con los triunfalmente surgidos nuevos valores. Sobre todo con dos: Alberto López Simón y Andrés Roca Rey. Las combinaciones de ambos con los consagrados serían muy bien recibidas por los públicos, ávidos de una renovación que había tardado demasiado tiempo en llegar y así está sucediendo. Todos lo celebramos.
Pero una vez avanzada la campaña y a punto de alcanzar su primera mitad que cada temporada suele coincidir con los Sanfermines – en el transcurso de esta feria y desde hace 50 años vengo alcanzando inexorablemente la tarde numero 100 de mi particular campaña -, hemos de reconocer que no todas las figuras consagradas están conservando con la misma fuerza que han tenido sus respectivos puestos y que los nuevos valores, aunque están triunfando con gran regularidad, lo están logrando gracias a sus muy certeras espadas. Tanto Roca Rey como, sobre todo, López Simón triunfan a diario más por como matan que por como torean. Y esto tiene un riesgo a medio y plazo. Y mayor riesgo aún a más largo tiempo porque una cosa es arrimarse como perros todas las tardes en el propósito de alcanzar la cima cuanto antes y otra ganar la aquiescencia de los mejores aficionados y de la crítica más solvente e independiente. Cuestión que debería empezar a preocupar tanto a los interesados como a sus mentores.
Pero, por desgracia, no toda la crítica es solvente e independiente, como no todos los que van a los toros son buenos aficionados. Esta pésima singularidad por la que atraviesa la critica actualmente en la mayoría de los medios y del cambio que están sufriendo los públicos, en su mayoría compuestos por personas de aluvión, se están valiendo muchos para manejar la Fiesta a sus particulares intereses sin mirar para nada al futuro. La famosa frase tan utilizada por los taurinos de que “hay que llevárselo”, se ajusta como guantes de seda a las manos suaves o ásperas de los que manejan en tinglado.
Y así llegamos al motivo que nos ocupa principalmente en este artículo-denuncia. Unos por otros, el grandísimo resucitado David Mora, está siendo la gran victima de la situación que acabo de plantear. Unos le dan puestos y corridas para nada acordes con su categoría artística. Los más no quieren pagarle más que lo que gana en plazas de tercera. Otros que “es que cuando triunfo en Madrid ya teníamos cerrada la feria”… Y así sucesivamente.
No contaban con su espectacular y feliz reaparición. Y a estas alturas de la campaña ya les viene mal para sus primeros planes y para la ecuación económica que habían pensado que no les cuadraría como quieren si a David Mora se le diera el sitio y el dinero que, sin duda alguna, merece. Tanto o más por cierto que el que les están dando a los nuevos valores.
Pero es que hay más. El especial caso de José Tomás que, en mi opinión, es absolutamente escandaloso. Pues Tomás ya no es ni de lejos quien fue en sus primeros años y como torea tan poco, llena tanto, se niega ser televisado para que la gente no descubra su extremada debilidad profesional y su presencia en contadísimas y elegidísimas ferias es muy escasa, las empresas que están teniendo la suerte de que caiga en sus plazas, colaboran entusiasmados con el affaire porque se forran cada vez que el ínclito se apunta a alguno de sus ciclos. Como también, según la propagaba más burda que haya existido jamás en el toreo, los hoteles, los restaurantes, los bares y toda clase de establecimientos más o menos lupanares de las ciudades en donde cae este tan inteligentemente manipulado gordo de la lotería taurina.
Da verdadera pena ver desgañitarse pidiendo orejas absolutamente inmerecidas a sencillas gentes que acuden a ver a “Santo Tomás” cual idólatras posesos y que, de ninguna manera, quieren salir de la plaza sin una buena cosecha de despojos para justificar el gasto de la entrada cuando no de los viajes, la estancia y los condumios.
Y la mayor parte de la prensa taurina, colaborando en la misma y escandalosa misión otro tanto y de qué modo, señores. Porque da asco, repugna, dan ganas de vomitar al leer y/o escuchar a muchos tenidos por independientes leyendo lo que escriben y/o dicen en sus medios, una vez vistos los inevitables vídeos que, quiera o no quiera la mafiosa organización que dirige el tinglado tomasiano, surgen como por encanto a los pocos días de cada evento.
Podría y podré escribir más sobre este soberano escándalo que también perjudica a David Mora porque asimismo estorba a los negociantes de vidas y haciendas taurinas. ¿O no? Pues eso.
Bueno, pues dicho quede… Ojalá que muy pronto las aguan vuelvan a sus naturales cauces.
- Acuerdo entre personas para hacer algo ilícito o perjudicial para otro.
- Convivencias con fines oscuros o malintencionados.
- Acuerdo de dos o más personas en secreto para actuar conjuntamente en contra de otra.
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