"...La cornada de Escribano no cabe apuntársela a la “fiera corrupia” de Adolfo Martín. Ni mucho menos. El cuarto de la tarde ha sido un magnífico toro para el torero, homologable a los de cualquier ganadería de la llamadas “comerciales”.
...La cornada, fuerte y certera, ha sido consecuencia de la entrega total del torero andaluz en la estocada..."
Bienvenido al club, don Adolfo...
¿Ve usted como con los toros que no siembran el pánico en el ruedo también se puede ser un buen ganadero? De seguir por el camino de lo lidiado en Alicante, hasta podrían acabar pidiendo sus toros los caporales del escalafón.
La cornada de Escribano no cabe apuntársela a la “fiera corrupia” de Adolfo Martín. Ni mucho menos. El cuarto de la tarde ha sido un magnífico toro para el torero, homologable a los de cualquier ganadería de la llamadas “comerciales”. Noble, humillador, templado e incluso tardeando en sus embestidas, que le ha dejado estar, colaborando mucho con el de Gerena a la realización de una faena repleta de aterciopeladas suavidades. La cornada, fuerte y certera, ha sido consecuencia de la entrega total del torero andaluz en la estocada.
La fiereza característica de los “adolfos” de otros tiempos ha brillado hoy en Alicante por su ausencia. Sólo el quinto y el sexto han presentado algunas dificultades pero sin querer comerse a nadie. Y Paco Ureña y Escribano han podido torear con la despaciosidad y templanza que exige el toreo en boga en la actualidad. Palazón ha acusado la falta de corridas pero también, sobre todo con su primero, ha apuntado que con más bagaje podría cuajar en un torero con buenas maneras.
Bienvenido al club don Adolfo. ¿Ve usted como con los toros que no siembran el pánico en el ruedo también se puede ser un buen ganadero? De seguir por el camino de lo lidiado hoy en la Feria de Fogueres de “la terreta”, hasta podrían acabar pidiendo sus toros los caporales del escalafón. Alguno de sus pupilos hasta se ha pasado de bobito en sus encuentros con las telas. Dicen que el viejo don Eduardo Miura no pudo conciliar el sueño una noche, porque por la tarde un torero se adorno con uno de sus toros cogiéndole un cuerno.
Si los que le quedan en el campo son de las características de los de esta tarde alicantina, el sobrino de Victorino puede comenzar muy pronto a padecer de insomnio. Y los toros nobles, bravos y templados también pegan cornadas. No se preocupe, hombre…
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