No permitir ayuda humanitaria del exterior, ni siquiera la de connacionales conmovidos por la calamidad de la patria, revela la crueldad e inseguridad del Gobierno, cuyos personeros no sufren los rigores de la situación. Antaño nuestro pueblo y sus huestes libertadoras fueron honra y prez de Latinoamérica, hogaño son todo lo contrario, pero a nivel mundial.
ANTAÑO Y HOGAÑO
Eduardo Soto Alvarez
En Venezuela la situación ha dejado de ser crítica, se torna desesperada. El impedir la ayuda humanitaria a un país, pudiera ser una nueva modalidad de crimen de lesa humanidad, pero, en todo caso, el gobierno chavistoide es culpable de lesa venezolanidad, por partida doble. Pues nada le ha importado la creciente angustia y sufrimiento de la población y es una administración maléfica dirigida y asesorada por extranjeros.
Al gobierno ya no le interesa la gente sino mantenerse a toda costa en el poder, todo está subordinado a ese objetivo y todas sus acciones se analizan a través de ese prisma.
En estas circunstancias es evidente que para los palaciegos de Miraflores, la Constitución y las Leyes pierden vigencia; la Asamblea Nacional hay que vaciarla de poder; al obsecuente Tribunal Supremo de Justicia, hay que inflarle el suyo; y al pueblo hay que continuar aplicándole el yugo, mediante la descarada manipulación de la comida y los remedios.
El entorno de seguridad lo proporciona, a su particular conveniencia, las charreteras, cuya cúpula ha utilizado todos los medios para amasar todos los reales, a la sombra pasajera del poder y la impunidad.
Frente a este drama, el Gobierno se empeña en entorpecer las vías constitucionales para cambiar una situación que ya ni se aguante ni se tolera. Pero el dantesco panorama se torna más complejo, con un régimen manejado por gente de otros lares, con cómplices venezolanos, a quienes solo interesa su enriquecimiento personal y el de su entorno inmediato.
No permitir ayuda humanitaria del exterior, ni siquiera la de connacionales conmovidos por la calamidad de la patria, revela la crueldad e inseguridad del Gobierno, cuyos personeros no sufren los rigores de la situación. Antaño nuestro pueblo y sus huestes libertadoras fueron honra y prez de Latinoamérica, hogaño son todo lo contrario, pero a nivel mundial.
. La supervivencia es instinto primario, el gobierno ha actuado en tal sentido varias veces, cuando el pueblo se decida hacer lo propio, no habrá necesidad de repetición, pues con una sola vez sería más que suficiente.
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