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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 8 de enero de 2016

Si España se hundiera, la Fiesta también / por J. A. del Moral



"...La quema de España ya ha comenzado y la de la Fiesta también mientras la llamada mayoría silenciosa continúa silente, como si el desastre no fuera con todos ellos. Con todo ser viviente en este país a la deriva..."


Si España se hundiera, la Fiesta también.

Vistos los últimos resultados electorales, duele comprobar que también muchos aficionados votantes no votaron o lo hicieron a partidos antitaurinos. Esto quiere decir que lo hicieron por desidia o para castigaral poder todavía constituido aunque en funciones. Pero si todo esto es más que preocupante, mucho peor es saber a ciencia cierta que estas actitudes negativas terminarán por tener funestas consecuencias para los castigadores. Si no fuera porque este castigo nos perjudicará a todos, nos alegraríamos viendo como se retorcerían de dolor quienes han intentado salvarnos de una quema que no ha hecho más que empezar.
La quema de España ya ha comenzado y la de la Fiesta también mientras la llamada mayoría silenciosa continúa silente, como si el desastre no fuera con todos ellos. Con todo ser viviente en este país a la deriva.

Por lo que nos ocupa en esta página que es eminentemente taurina, decir como último ejemplo de lo que nos espera lo siguiente: En el Ayuntamiento madrileño que tenemos con la idivídua Carmena al frente, están pensándose muy en serio que para terminar con los toros en la todavía capital de España les bastará declarar a la plaza de Las Ventas como edificio en pésimo y peligroso estado, lo que impedirá que en el primer escenario taurino del mundo no se podría celebrar ningún evento, entre lo que destaca la Feria de San Isidro.
Y como la santa mayoría silenciosa no reaccione violentamente ante el estado de cosas que estamos padeciendo, sí que podríamos decir que, dentro de muy poco, que España será irreconocible.
Los políticos no son los únicos culpables del estado en que nos encontramos. Lo somos todos los demás y, más que el resto, esa mayoría silenciosa que acaba de votar con las tripas o de abstenerse de hacerlo.
Estamos asistiendo una vez más y van muchos a lo largo de la Historia a otro suicidio colectivo que nos va a precipitar a la catástrofe más grande que se haya visto jamás.

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