La lectura que podemos darle a dichas elecciones está clarísima; no soplan buenos vientos para el PSOE que, podrido desde Madrid, sus ecos llegan a todas partes y en Andalucía no ha sido una excepción. No es menos cierto que, la política administrada por el señor Moreno en cuestiones económicas ha dado su fruto y, el ciudadano se ha dado cuenta; en política sobran cantos de sirena, mentiras, promesas que jamás se han de cumplir y falta, justamente, lo que les ha dado el señor Moreno a los andaluces, lo que nos hace barruntar que por ahí ha venido su triunfo.
Al paso de los años, todos creíamos que lo peor del mundo era el bipartidismo y, los hechos nos han demostrado que era mentira; que lo más sangrante de la política son esos partidos oportunistas repletos de analfabetos, artífices de la mentira para engañar a los pobres puesto que jamás el socialismo y menos el comunismo ha hecho nada por el ser humano; eso sí, se han llenado los bolsillos y todos viven opíparamente gracias a esa democracia que les permite a tantos gandules mentir con un micrófono en mano, engañar a las pobres gentes y vivir todos a cuerpo de rey.
Triunfó la razón en Andalucía con toda la lógica del mundo. Dicen que Juan Manuel Moreno ha ganado las elecciones gracias a la prudencia con la que llevó a cabo su campaña pero, sospecho que, al margen de ello, mucho ha tenido que ver su política económica para ganar por rotunda mayoría. Que en Andalucía se paguen los impuestos de sucesiones, donaciones y demás cuestiones crematísticas, con el menor porcentaje que en toda España, eso dice mucho a favor de este ciudadano ejemplar; como la tarifa plana que estableció para los autónomos cuando llegó a la presidencia basada en una cuantía de cincuenta euros mensuales durante tres años, los que supuestamente un trabajador autónomo puede estabilizarse. Obras son amores y no buenas razones. Y de tal modo es como se estabiliza una región, un país, un pueblo; rebajando impuestos para que la gente pueda vivir y, a su vez, pagarlos con dignidad.
Los impuestos que a diario pagamos los que trabajamos dan para mucho, hasta para mantener a miles de golfos que están en política para engañar, mentir, embaucar, prevaricar y seguir estando en la poltrona porque, de otro modo, con toda seguridad, todos esos tipejos/as trabajarían en el alambre. Por dicha razón, esos impuestos, bien administrados dan para todo, hasta para rebajar los impuestos de sucesiones y donaciones que, como se sabe, son de una crueldad extrema porque hay que pagar por aquello que se ha pagado.
Confiemos que Andalucía sea toda una lección para el resto de España. Se empezó por Galicia, continuó Madrid, Murcia, Castilla-León y, como ayer, Andalucía, regiones todas dirigidas por políticos decentes que, para mayor virtud, son letrados en materia para poder desarrollar la labor que se les ha encomendado. ¿Puede una cajera de un supermercado se ministra? Si se apunta a la extrema izquierda, con toda seguridad pero, ¿qué precio tenemos que pagar por mantener a dicha individua? La hecatombe porque estas gentuzas piensan en ellos y, dilapidan el dinero ostentando un cargo que no les pertenece. Como dije miles de veces, para ser político habría que opositar con una tesis durísima y, aprobar, por supuesto; pero no, para entrar en política, como tal, solo se exige que seas español, si eres gandul mucho mejor y si militas en las filas de los social comunistas, la bendición la tienes de inmediato. Así nos ha ido con Pedro Sánchez y sus malditas huestes.
Cualquiera tiene esperanzas de que el milagro de Andalucía se traduzca en el año venidero para las elecciones generales que, aplicando la lógica así debería ser; pero no por una cuestión de partidos, nada de eso; sencillamente para eliminar del poder a los que como hiciera el aberrante Zapatero, una vez más, han llevado a España al cataclismo. Y hago énfasis en que los partidos no tienen nada que ver, son las personas que los componen puesto que, en su día, Julio Anguita, un político comunista rigió los destinos de Córdoba en calidad de alcalde, una labor que ejerció durante muchos años y, la que abandonó para pasar a ser parte del partido a nivel nacional. No era cuestión de siglas, pero sí de personas puesto que, otro político comunista, Ramón Tamames, con su libro, Estructura Económica de España, reeditado una y mil veces, dicho señor nos da lecciones de economía al más alto nivel, algo que la izquierda debería tomar nota pero, tratándose de analfabetos en todos los órdenes, nadie ha leído a don Ramón Tamames, por eso no saben de su grandeza.
En España sobran politiquillos barriobajeros y, como el caso de Juan Manuel Moreno, lo que queremos son hombres y mujeres dotados de talento y conocimientos como para dirigir un país o una región, nada importa; pero siempre, insisto, con personas preparadas, nunca con oportunistas gandules que, aferrados a las bendiciones la democracia se han hecho ricos en el cargo. Que se lo pregunten a Mónica Oltra, la comunista de Valencia que, imputada hasta los ojos sigue defendiendo su inocencia, eso sí, cuando estaba en la oposición, como hacia su amo Ximo Puig, sostenía que una persona como Paco Camps debería de dimitir porque se la había imputado; lo decía esta tipeja y Ximo Puig y, ambos, llenos de sospechas por todos los lados, como la cosa va con ellos se hacen los locos y le echan las culpa de la extrema derecha que ha puesto en marcha una cacería contra ellos. De esos cínicos con los que tenemos que liberarnos. Por cierto, como decía el otro día un poeta valenciano, ¿qué han hecho estas gentes desde que están mandando en Valencia? Una pregunta que no tiene respuesta, la que se hace todo el mundo y la que, para fortuna de los valencianos, como ha ocurrido en Andalucía, en las próximas elecciones podamos echar a esta basura humana a la puñetera calle.
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