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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 24 de junio de 2022

¡SOMOS INCOMBUSTIBLES! (Pedro Moya El Niño de la Capea)

Maracay,1973. Niño de la Capea y Manuel Herrero

 “Pedro cumple 50 de alternativa, pero yo cumplo 49 de estos momentos taurinos y de amistad reflejado en unas fotos”. “Así que me tengo que hacer hoy otra como “certificado” histórico de ambos acontecimientos.  

¡SOMOS INCOMBUSTIBLES!
(Pedro Moya El Niño de la Capea) 

Esto me dijiste cuando el domingo nos hicimos la foto en el Patio de Cuadrillas de la Plaza de Toros de Guijuelo en la que celebrabas tus 50 años de alternativa, y al recordarte yo que hacía 49 años que nos habíamos hecho una en otro Patio de Cuadrillas de América, concretamente en el de la Plaza de Toros de la preciosa ciudad de Maracay (Venezuela) llamada “Maestranza Cesar Girón”. Corrida que organizaba nuestro gran amigo Curro Girón y en la que el cartel estaba formado por el mismo Curro Girón, Palomo Linares y tú. (Por cierto, tarde de triunfo junto a tus compañeros). 

El bajar desde mi barrera al Patio de Cuadrillas de Guijuelo para encontrarme contigo y captar de nuevo dicho momento para el recuerdo, se me ocurrió sobre la marcha al rememorar lo de Maracay, máxime sabiendo que yo conservaba la foto de aquél día (foto que también te enseñé a ti hace años), pues me dije a mi mismo… : “Pedro cumple 50 de alternativa, pero yo cumplo 49 de estos momentos taurinos y de amistad reflejado en unas fotos”. “Así que me tengo que hacer hoy otra como “certificado” histórico de ambos acontecimientos.  

Y ahí están las dos fotos. ¡Que alguien “empate” por casualidad dicho recuerdo! 

¡Veo que estamos igualíííítos en las dos!. Y como tu dijiste: ¡Somos incombustibles!  

¡Gracias a Dios! 

Ambos días tienen dos simpáticas, emotivas e históricas anécdotas para el recuerdo. 

La primera en Maracay, en donde justo antes de salir de la habitación del hotel para emprender camino a la Plaza, tú vestido de torero, se le “ocurrió” a un señor entrar en la habitación con una pistola en la mano, y al grito de “Esto es un atraco” puso hasta las “trancas” a todo el que se encontraba allí. Cómo sería, que el chofer de la furgoneta, que era de Canarias, con el “cangui” que le entró se tiró por el balcón de la terraza sin pensar a qué altura estaba. Claro, no le pasó nada porque la habitación estaba en un entresuelo casi a nivel del jardín. Todos creyeron que del susto que llevaba dentro, si llega a ser en un tercero se hubiera “tirado de cabeza” también. 

La escena del hotel era de Sainete. El atracador con la pistola apuntando. El Capea vestido de torero “sin bolsillos”. Jesús, representante de Chopera diciendo que en esos momentos estaba “sinta”. Otro, que no se qué. Total, todo el mundo poniendo excusas de “caninez”. Tantas, que el atracador aburrido se fue corriendo pistola en mano.  

Yo creo que se iría a empeñarla. Jajajaja.  

O era un “primo” el atracador, o estaba entrenándose. Gracias a Dios no ocurrió nada. 

Cuando llegasteis con más de media hora tarde a la Plaza, y ya en el callejón nos lo contasteis todo, fue la comidilla de todas los que estábamos allí.  

Como es natural, después de saber que no había ocurrido nada, todos lo tomamos como una anécdota “graciosa” para recordar. Sí, sí, graciosa… ahora. 

Guijuelo, 2022. Niño de la Capea y Manuel Herrero

La segunda ayer en la Plaza de Guijuelo, en la que, al verte hacer el paseíllo junto a tu hijo y tu yerno, y viendo a toda la plaza en pie enfervorizada aplaudiendo a un Torero, a un amigo, se me aflojaron las fibras del sentimiento.  

El remate fue verte torear esos dos toros con ese temple, esa verdad, esa casta, esas zapatillas asentadas en la arena. “Entregao”. Gozando. Viviendo en tu interior el Toreo verdad. Transmitiendo a los “tendíos” lo que tú ibas sintiendo metido en una nube de torería. Con una fuerza inusitada del alma.  

Viendo a tus compañeros de paisano jaleando tu memorable momento, tu natural maestría, todos empujando en la misma dirección del gozo… me hiciste y me hicieron “romperme” dos veces, junto a Amelita mi señora, como pocas veces me había ocurrido en mi vida.  

En ese mismo instante Pedro, me vinieron a la memoria tantos y tantos amigos toreros que ya se fueron… 

Toda esa amalgama de sentimientos es muy difícil de asimilar sin que “jiera” 

Pero la verdad es que todos los que estuvimos en Guijuelo esa tarde fuimos FELICES. 

Gracias Maestro 

Gracias amigo 

Manuel Herrero Presa  


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