No existen palabras de consuelo para quien ha perdido al ser que más quería pero, desde nuestras páginas, en calidad de aficionados queremos trasmitirle a Morante nuestro dolor y mandarle un fortísimo abrazo sabedores del trago amargo que estará pasando y, como quiera que todos hemos pasado por ese amargo lance de perder a un ser querido, es por ello que entendemos a la perfección todo el dolor que anidará en el alma de José Antonio Morante de la Puebla.
Un abrazo para Morante
Pla Ventura
Toros de Lidia / 21 junio, 2022
Ha fallecido tras una larga enfermedad el padre de Morante de la Puebla, es decir, don Rafael Morante, un hombre relativamente joven puesto que, en los tiempos que corremos, 74 años apenas son nada cuando el promedio de vida ha avanzado de forma muy considerable.
Imaginamos todo lo que habrá sufrido en silencio el genio de La Puebla y, como ahora, aterrado por ese dolor profundo al ver que su progenitor se ha marchado junto a Dios. Recordemos que, Morante, antes que artista, es un hombre de carne y hueso y que sufre y padece las mismas circunstancias que cualquier ser humano, razón por la que barruntamos que, en todo ese proceso de la enfermedad de su padre, como todo gran hijo, habrá penado y arrastrado ese dolor silencioso en su alma.
No existen palabras de consuelo para quien ha perdido al ser que más quería pero, desde nuestras páginas, en calidad de aficionados queremos trasmitirle a Morante nuestro dolor y mandarle un fortísimo abrazo sabedores del trago amargo que estará pasando y, como quiera que todos hemos pasado por ese amargo lance de perder a un ser querido, es por ello que entendemos a la perfección todo el dolor que anidará en el alma de José Antonio Morante de la Puebla.
En circunstancias como la descrita es cuando en verdad aparece en el cuerpo de los toreros su grandeza infinita, estar rotos de dolor y tener que repartir felicidad a los que en los ruedos asisten al más bello espectáculo del mundo en el que, Morante, es el artista más genial de todos los tiempos. Queda claro que, en situaciones como la descrita y en otras muchas más, los toreros son gentes especiales a los que tenemos que admirar porque no tienen nada que ver con el resto de los humanos.
La Puebla del Río está de luto, no puede ser de otro modo porque ha perdido a un vecino modélico y, justamente, padre del torero más genial que gozamos en la actualidad. Que Dios tenga en la gloria a don Rafael Morante y que, como equipaje se lleva en su alma la grandeza de haber sido el progenitor del torero que más nos ha emocionado en los últimos cinco lustros que, para mayor dicha, aquel hijo que don Rafael crió con esmero, educación, sensibilidad y arte, seguirá deleitándonos con su toreo bello.
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