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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 28 de junio de 2022

FRANCISCO LAMEYER Y BERENGUER, TAUROMAQUIA DE 1845 / por Jose María Moreno


La serie que mostramos la hemos extraído del libro de Pedro Vindel Estampas taurinas, de 1931, porque no obra en nuestra colección, pero la consideramos de alto interés para el aficionado por su calidad y su acertada composición.

FRANCISCO LAMEYER Y BERENGUER, TAUROMAQUIA DE 1845

LAMEYER GRABÓ UNA TAUROMAQUIA EN 1845 EN LA QUE MUESTRA SU ADMIRACIÓN POR GOYA Y SU FORMACIÓN EN LA ESCUELA ROMÁNTICA.

Jose María Moreno
Suerte de Varas / 27 junio, 2022
Mostramos una tauromaquia de gran calidad grabada por Francisco Lameyer en 1845, que está compuesta por 6 litografías, que recuerdan a los aguafuertes de Goya de 1816. Lameyer, gran admirador de Goya, parece darle un homenaje en el que mezcla su formación en la escuela romántica del segundo tercio del XIX, con la visión oscura del sordo de Fuendetodos.


La serie que mostramos la hemos extraído del libro de Pedro Vindel Estampas taurinas, de 1931, porque no obra en nuestra colección, pero la consideramos de alto interés para el aficionado por su calidad y su acertada composición.


Lameyer, nacido en El Puerto de Santa María en 1825, se trasladó de niño a Madrid, donde comenzó su labor formativa artística. Fue amigo de los Madrazo, Fortuny y otros importantes artistas plásticos, y su labor profesional la desarrolló como oficial del cuerpo administrativo de la Armada española.


Pronto dejó su trabajo en la Armada y se dedicó a la pintura. Publicó sus primeros dibujos en El Semanario Pintoresco y en El Siglo Pintoresco. Su reconocimiento como gran artista devino de su colaboración con Estébanez Calderón en la obra Escenas andaluzas, publicado en 1847. Fue uno de los más destacados pintores de la escuela romántica.


En 1845 publicó en la Litografía de los artistas esta tauromaquia de 6 grabados en la que, como ya dijimos, su admiración por Goya queda perfectamente reflejada. La realidad de la serie, su calidad litográfica, supera a muchas otras tauromaquias de la época, si bien su carencia de «originalidad» debe minusvalorarla.


El Museo del Prado tiene dos obras de Lameyer, amén de varios dibujos. El gran grabador murió en Madrid en 1877.

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