Nueva polémica tras la salida a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas del novillero albaceteño José Fernando Molina.
Las Ventas: José Fernando Molina
y los autobuses de la discordia
Jean-Charles Olvera - España
Opinión y Toros / 20 Junio 2022
Es la tercera salida novilleril controvertida de esta temporada venteña tras las también exageradas “puertagrandes” de Víctor Hernández el 27 de marzo y de Diego García el 1 de mayo durante la feria de la Comunidad.
Un sector amplio de los tendidos 8 y 9, claramente paisanos del albaceteño, pidió con fuerza las orejas que el sector turístico de los mismos tendidos apoyó de igual manera, más por juerga que entendimiento. A lo que respondió el tendido 7 increpando “otra puerta grande de los autobuses” en clara alusión a los paisanos de Molina y sus autobuses que rodeaban el coso.
Había cortado José Fernando Molina una primera oreja muy límite al segundo novillo de Los Chospes, el único de los cuatro de este lote (de 1º a 4º) que tuvo juego y que fue ovacionado. Con ese novillo se presentó a portagayola a por todas, siendo prendido con aparatosa voltereta milagrosamente sin consecuencias.
Siguió sin zapatillas un trasteo que inició con distancia, tras un amago de péndulo, por varias series por la diestra y una por la zurda apretando el buey. Acabó reduciendo distancias, con nuevas series por derechazos, pero con menos transmisión, concluyendo por bernadinas más efectistas en los tendidos que en el novillo. Un final a menos con una entera tendida trasera y nueva voltereta incluida. Oreja protestada tras ser pedida a gritos por su paisanaje. Aún así, fue una vistosa presentación en Madrid, aunque desigual, la de este joven novillero.
Con el bonito quinto colorado “Chufa” de Torrealba, Molina pudo lucirse de capa por verónicas. Con la franela lo hizo con más empaque y templanza que en su segundo. Nuevamente inició con distancia y por derechazos, esta vez más centrado, lesionándose la cara con una banderilla tras un pase de pecho, sangrando durante la faena, lo que impactó los numerosos turistas presentes. Destacar sus series por naturales con mando.
Quiso alargar su faena insistiendo por cercanías lo que enfrió el fin de faena, además de recibir recados del 7 por olvidar cargar la suerte de vez en cuando, corrigiéndolo el novillero. Una entera caidita efectiva fue el detonante para otra petición pedida con fuerza. El palco dejó caer pelúa no sin que fuese increpado de inmediato por el 7 con los gritos de “fuera del palco”, por suponer ser la segunda oreja de una nueva puerta grande que se anunciaba con polémica.
Fue ese mismo presidente, Ignacio Sanjuan, el que negó a Jorge Martínez una merecida oreja mayoritaria el 23 de mayo en la gran novillada de Fuente Ymbro durante San Isidro. Ese mal recuerdo le hizo sin duda ceder tras la primera petición. Esta segunda fue más clara, el conjunto de su segunda faena merecía un premio.
Lo que siguió fueron varios minutos penosos de griterío en los tendidos, con insultos incluidos y hasta cánticos al estilo futbolero de los paisanos de Molina en contra del reducto del tendido 7, quien inicialmente protestaba, como de costumbre, con palmas de tango, increpando al palco sin meterse con nadie más.
Esos incidentes responsabilizan un palco que desgraciadamente casi nunca mide quienes cubren los tendidos. Sin menospreciar los que pagan, la presidencia no puede hacer la vista gorda como si nada con esas peticiones abusivas y exclusivas de paisanos llegados en masa en autobuses para que su chaval salga por la puerta grande. Como tampoco de esas ovaciones muy sonoras de unos pocos amigos que equivocan al novillero al salir al tercio.
Así se confundió Antonio Grande al saludar al primero, oyendo después más pitos que palmas. Mal también los amigos de callejón del mexicano Arturo Gilio quienes fueron los únicos que jalearon fuertemente sus pases aislados, con otro recado del 7 que desestimaron con desfachatez al seguir gritando solos como si estuvieran en cualquier callejón de una plaza de Yucatán. Esto no es la plaza de un pueblo cualquiera. Son Las Ventas, una plaza en la cual el público (callejón incluido y aún más) y el aficionado tendrían que actuar sigilosamente, pero con pasión, olvidándose ser de cualquier bando.
Con ese ambiente eléctrico pasaron desapercibidos los dos otros novilleros. A Antonio Grande, quien tuvo el peor lote, se le nota aseado, pero transmite poco, aun esforzándose. Arturo Gilio fue paseado por el tercero en varios terrenos, decidiendo el azteca abreviar pronto. Con el último de Torrealba, dio algún buen pase aislado, terminando más confiado.
Si no fuese por lo de José Fernando Molina, poco se hubiera visto esta tarde: tampoco se vio un buen par de banderillas y solo se oyó una leve ovación para el picador Daniel López al quinto. Eso sí, vimos seis estocadas enteras (traseras, caídas, bajas o atravesadas), raro como para anotarlo y no se oyeron avisos. Dispares de presentación los Chospes, mal presentados el tercero y el primero que además era mogón… por no decir más. Más en el tipo los de Torrealba.
Y todo acabó con un final y una salida a hombros de José Fernando Molina, embarullada entre división y polémica. Cada quién regresando después a su casa o su pueblo, saliendo pitando al metro, al coche o para muchos esta tarde en los autobuses de la discordia.
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