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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 3 de mayo de 2018

Rodolfo Gaona y la internacionalización del toreo / Por Antonio Casanueva Fernández


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Ponciano Díaz en la revista española La Lidia de 5 de agosto de 1889re 

La tauromaquia, que se da primero en España, es importada junto con el caballo a México y a otros países latinoamericanos. Con Rodolfo Gaona se internacionalizó y, de esta manera, la evolución hacia el toreo moderno, se volvió una afluencia bidireccional.  

Rodolfo Gaona y la internacionalización del toreo

Los toros llegaron a América con la conquista española y jugaron un papel fundamental en la evangelización católica (de Vicente, 2012). La ganadería de reses bravas tuvo tal importancia desde el arribo de los españoles al Nuevo Mundo que Hernán Cortés encomendó a su primo Juan Gutiérrez Altamirano las tierras en el Valle de Toluca para que en 1528 formara Atenco, la primera ganadería formal (Coello, 2016).
Desde entonces, la tauromaquia evolucionó en paralelo en América y en España. Y así, como en algunas regiones de la Península Ibérica, surgieron formas distintas de enfrentarse a los toros salvajes (por ejemplo, los mata-toros de Navarra). La sensibilidad, creatividad e idiosincrasia de los latinoamericanos los hizo crear estilos propios. En Perú, por ejemplo, se desarrolló un espectáculo único producto de la fascinación que tenían por dos animales casi míticos: el cóndor y el toro salvaje (Molinié, 2012).

Ponciano Díaz (1858-1897) sintetizó muchas de las expresiones americanas delante de los astados. Destacó por su habilidad como charro, fue diestro con la reata y como jinete, a tal punto que se hizo caballerango de la ganadería de Atenco. Tenía tal conocimiento y dominio de caballos y toros que actuó como banderillero a las órdenes del Bernardo Gaviño, torero español. De él aprendió el toreo a la usanza española, estilo que combinó con suertes autóctonas. Se convirtió en un ídolo en México en donde actuó en 713 ocasiones (Coello, 2015). Viajó a España donde fue recibido con una mezcla de curiosidad y escepticismo. Se presentó en Madrid en 1889 y se dice que, cuando lo vieron con bigotes, algún crítico dijo que “nada tenía que hacer en Madrid” (González, 2009). Poco crédito dan los rejoneadores actuales en España a que fue él, probablemente, uno de los primeros en poner banderillas a caballo con dos manos… Y lo hacía con los toros en puntas.

Otros diestros hispanoamericanos consiguieron llegar a España y confirmar la alternativa en Madrid, como el peruano Ángel Valdez “el Maestro” o el hidalguense Vicente Segura, pero ninguno pasó de ser una simple curiosidad.
El caso del mexicano Rodolfo Gaona es totalmente distinto. Gaona se colocó en la primera línea del toreo ensanchando así los límites de la geografía taurina. El llamado “Indio Grande” no sólo alcanzó la cima del toreo, sino que se sostuvo en ella en tres épocas distintas. Primero, superando a Bombita y a Machaquito; luego, en la Época de Oro, rivalizando con Gallito y Belmonte; y, finalmente, en México, como primera figura mundial, enfrentando y superando a Ignacio Sánchez Mejías. Gaona consiguió así dar forma a lo que, posteriormente, Díaz-Cañabate llamaría el "planeta de los toros" (Díaz-Cañabate, 1977). Hasta entonces todas las primeras figuras habían sido españolas, Gaona fue el primero que, sin haber nacido en España, ocupó un lugar en la primera línea en el toreo.
El influjo había sido de España a América. Por eso en la Península Ibérica se pensaba en los toros como de una fiesta nacional. El conde de Navas llamó al toreo El espectáculo más nacional (Navas, 1899) y afirmó que en ninguna otra parte “se toreó ni se torea con el arrojo, gallardía e inteligencia [de los] españoles” (citado en Alameda, 1989, p.143). Fue aún más soberbio José Daza cuando aseveró que es “el toreo, privativo de los españoles” (citado en Alameda, 1989, p.145). 

Rodolfo Gaona convirtió en bidireccional el influjo del conocimiento taurino: de España a América, pero también de América a España. Alameda (1989) dice que se quedan cortos quienes afirman que Gaona “universalizó el toreo Mexicano"; para él “universalizó el toreo… español”.  Creo que “universalizar” no es el verbo adecuado, pues la afición a los toros es minoría incluso en los países taurinos, pero sí podemos afirmar que Rodolfo Gaona internacionalizó el toreo. De esta manera le abrió las puertas a las figuras que vendrían después: Armillita, Arruza, el portugués Manolo dos Santos, el venezolano César Girón, el colombiano César Rincón y, actualmente, al peruano Andrés Roca Rey.

El suceso no achica al toreo español, antes al contrario, literalmente lo agranda, al ensancharlo en esa dimensión figuradamente ‘planetaria’ en el sentido de que no coincide con localizaciones, escuelas o estilos que lo reduzcan, sino que los supera a todos. Por encima de cualquier colorido local, que es sólo de alcance adjetivo, hay unos valores del toreo, que son sustantivos. Valores del toreo español, ahora ya universales. La “Fiesta más Nacional” del conde la las Navas ha pasado a ser una fiesta más que nacional. Cada uno de los que la mantienen puede considerarla suya, pero sin que nadie pueda borrarle su marca de origen, la impronta indeleble del universalismo Español (Alameda, 1989, p. 146).

Portada del libro Rodolfo Gaona en España, 
editado en 1908 por Fernando Romero Puebla

Con la tauromaquia sucedió algo similar que con el idioma español. Su expansión, lo globalizó. El idioma español –como la fiesta de los toros– no es exclusivo de los españoles, es de todos los que lo hablan en el mundo. Dámaso Alonso, doctor en letras y exdirector de la Real Academia de la Lengua, explicaba que el nombre “castellano” le quedaba pequeño al idioma que había trascendido la Península (Alonso, 2007).

…no opone un andaluz a un castellano; ambas regiones, y todas las demás de España hablan una lengua común, la española. En esta lengua nacional, el uso global, ni siquiera el coloquial de una región, no es la vara de medir; la instancia está en la literatura nacional donde las creaciones de los más capaces son o no consagradas por el gusto artístico general de los mejores (Alonso, 2007).

El idioma español se enriquece con escritores y lingüistas en las regiones hispanoparlantes en todo el mundo. Ha habido escritores hispanos galardonados, por ejemplo con el Premio Nobel de Literatura, en ambos lados del océano. Por eso es correcto decir que el idioma español y la fiesta de los toros –junto con la religión católica– son pilares de idiosincrasia hispanoamericana. 

La tauromaquia, que se da primero en España, es importada junto con el caballo a México y a otros países latinoamericanos. Con Rodolfo Gaona se internacionalizó y, de esta manera, la evolución hacia el toreo moderno, se volvió una afluencia bidireccional.  

El gráfico 1 sintetiza, desde sus orígenes y hasta el nacimiento del toreo moderno, la historia de la tauromaquia que hemos intentando describir en este blog. Se pueden observar los tres momentos del origen del toreo: la lanza (cuando el toro era utilizado como instrumento para la guerra), el rejón (usado por los nobles en el toreo ecuestre) y la espada (cuando el toreo se convierte en un espectáculo popular). Las dos primeras etapas se presentan con una línea punteada. A partir del toreo a pie y con espada, se muestran con una línea continua.


En la parte de arriba del gráfico se aprecia que el toro llegó a América con los españoles, desde la conquista. Se incluye a Ponciano Díaz como un resumen del toreo vernáculo latinoamericano. En la parte de abajo del gráfico están algunos de los toreros que se han mencionado en los artículos anteriores para que el lector los ubique en el tiempo.

Rodolfo Gaona internacionalizó el toreo y por eso se le coloca al centro, intentando ilustrar la influencia bidireccional entre América y España. Gaona representa, también, una evolución del toreo con una expresión única que buscan llegar a la mayor emoción posible; características del arte moderno (Rodríguez, 2018).

En el siguiente artículo seguiremos hablando de Rodolfo Gaona, pero para rematar esta nota los dejamos con un video que resume su carrera taurina elaborado por Elías Ruvalcaba "Minotauro".

Para quienes quieran profundizar en la figura de Rodolfo Gaona, les dejamos la liga a un artículo escrito en 2008 por Antonio Casanueva y Velasco, mi papá:

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