- Trump no es un santo, pero mantiene unos principios cristianos.
- Que es lo que el Nuevo Orden, la nueva forma de la masonería, trata de destruir.
- Y si el golpe de Estado civil contra Trump tiene éxito no esteremos ante el caos global sino ante algo peor: una tiranía mundial.
- Impuesta a golpes, naturalmente.
- ¿Todo lo anterior significa que Trump es un modelo de estadista?
- No, Trump es un barbián con ideas morales claras.
- Mientras que Hillary es un puritana con ideas tenebrosas.
No se engañen: detrás del acoso a Trump está el ataque, que se pretende final, contra la Iglesia
Defender a Donald Trump (en la imagen, junto a Hillary Clinton), aunque no nos guste Donald Trump, es una tarea de todo buen patriota. Para ser más exactos de todo buen occidental y de cada ser humano del planeta tierra. Me explico:
Acabo de presenciar en Antena 3 TV, es decir, en la presunta televisión española de derechas, que “el barco de Trump se hunde”, mientras mostraban (en un informativo, no se trataba de un programa de humor) al Titanic inclinado de popa y a punto de ser engullido por el océano.
La verdad es que llevan cesando a Trump desde antes de que jurara el cargo. Y esto porque, repetimos, el Nuevo Orden Mundial (NOM) tenía ya preparado el zarpazo final con Hillary Clinton, la mujer que tenía a un satánico por jefe de campaña y que iba a cambiar, según sus propias palabras, los “paradigmas religiosos” del mundo.
Porque de eso se trataba: una Hillary-papisa descargaría el último (no es el ultimo pero el NOM no lo sabe) zarpazo, el definitivo, contra el Cuerpo Místico de Cristo, contra la Iglesia de Roma. ¿O es que alguien creía que se trataba de otra cosa?
Todos los medios del NOM, sobre todo, las grandes cadenas norteamericanas, tanto de izquierdas como de derechas, así como el binomio masónico de Washington Post y New York Times, llevan practicando este golpe de Estado civil contra Trump, desde antes, insisto, de que jurara el cargo. Contra Donald todo vale, incluso violentar la democracia y, sobre todo, violentar la verdad.
No se engañen: detrás del acoso a Trump está el ataque, que se pretende final, contra la Iglesia de Roma. Trump no es un santo, pero mantiene unos principios cristianos. Que es lo que el Nuevo Orden, la nueva forma de la masonería internacional, trata de destruir.
Y ojo: si el golpe de Estado civil contra Trump tiene éxito no esteremos ante el caos global sino ante algo peor: estaremos ante una tiranía mundial. Impuesta a golpes, naturalmente, según procede, aunque, eso sí, en formas aparentemente democráticas. Por ejemplo, las votaciones se mantendrán. Es más, habrá una profusión de votaciones para todo y para todos. Y habrá algo parecido a lo que el Papa Francisco califica de III Guerra Mundial por trozos. Ya casi estamos en ello aunque miremos para otro lado.
¿Todo lo anterior significa que Trump es un modelo de estadista? No, Trump es un barbián pero con ideas morales claras.
Mientras que Hillary es un puritana con ideas tenebrosas, partidaria de acabar con la religión católica, subsumida en un sincretismo global, y de imponer el aborto mundial, el derecho al aborto, que no es ora cosa que inaugurar, por todo lo alto, los tiempos de la blasfemia contra el Espíritu Santo: lo bueno convertido en malo, lo malo convertido en bueno, la verdad en mentira y la mentira en verdad. Esto es Hillary.
Como para echarse a temblar.
O sea, apoyemos la continuidad de Trump, por la cuenta que nos trae. Quienes le critican, al menos desde ambientes cristianos, no saben lo que hacen porque no saben lo que deshacen.
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