"...Ayza Gámez no es que cayera en la trampa: es que estaba encantado de caer. Ya saben ustedes la famosa sentencia de Oscar Wilde: el mejor modo de evitar la tentación es caer en ella. Y hacia allí trotó alegre Ayza, la mano temblando de emoción en el bolsillo del pecho, incrédulo ante el generoso regalo del destino que al fin le iba a permitir aliviar su íntimo deseo de expulsar al mejor jugador del mundo..."
Fantasías arbitrales y problemas familiares
Jorge Bustos
Ya hay que ser un niño raro para soñar con ser árbitro de mayor. Y una vez cumplido ese extravagante sueño, ya hay que ser un árbitro raro para expulsar a Cristiano Ronaldo con una roja directa, gesta que no se veía en un campo desde la temporada 2009/2010, la primera del portugués en España, a quien nadie había avisado suficientemente de la terrible diferencia que existe entre el arbitraje inglés y la picaresca hispana.
Ya hay que ser un niño raro para soñar con ser árbitro de mayor. Y una vez cumplido ese extravagante sueño, ya hay que ser un árbitro raro para expulsar a Cristiano Ronaldo con una roja directa, gesta que no se veía en un campo desde la temporada 2009/2010, la primera del portugués en España, a quien nadie había avisado suficientemente de la terrible diferencia que existe entre el arbitraje inglés y la picaresca hispana.
Ayza Gámez es por tanto un hombre de fantasías extravagantes, un hombre que exhibe sus disfunciones sin demasiado pudor. Es cierto que Ronaldo debió contenerse, pero no es fácil hacerlo cuando los defensores vascos llevan todo el partido confundiendo tus tibias con troncos de leña. Se equivocó al levantar la mano ante el rostro desencajado de Gurpegui, que no necesitaba más para rodar por el suelo como fulminado por un ictus. Pensábamos que el fútbol vasco se caracterizaba por una noble frontalidad sin engaños ni adornos, pero se conoce que la escuela dramática de La Masía imparte cursos por correspondencia al resto de autonomías.
Ayza Gámez no es que cayera en la trampa: es que estaba encantado de caer. Ya saben ustedes la famosa sentencia de Oscar Wilde: el mejor modo de evitar la tentación es caer en ella. Y hacia allí trotó alegre Ayza, la mano temblando de emoción en el bolsillo del pecho, incrédulo ante el generoso regalo del destino que al fin le iba a permitir aliviar su íntimo deseo de expulsar al mejor jugador del mundo. Si parece agresión, es que es agresión y punto.
Más tarde, para que nadie pusiera en duda sus tendencias, hurtó la última jugada al Madrid anticipando el final del encuentro. Es siempre improbable marcar en el último minuto, pero Ayza prefirió no correr riesgos. Y para acabar, como sospechaba que no todo el mundo tiene por qué compartir la siniestra originalidad de sus gustos, apuntó en el acta el gesto de tocarse el mentón que Cristiano dirigió al cuarto árbitro camino del banquillo. Lo cual delata sus dudas sobre la materia punible en la jugada de la roja, pretendiendo justificar la expulsión con argumentos a posteriori. Un héroe del pito, este Gámez.
Vamos a confiar en que el Comité corrija el despropósito nacido de las caras fantasías de Ayza y minimice sus efectos en Liga. Vamos a confiar en ello aunque solo sea para compensar la elección de Clos Gómez como árbitro del derbi copero. Clos Gómez, el héroe de la final de Copa en que expulsó a Mourinho y a Cristiano. Clos Gómez y Ayza Gámez: dos hombres sin duda afortunados, pues según la doctrina de Sánchez Arminio carecen de problemas familiares.
(La Lupa, Real Madrid TV, 4 de febrero de 2014)
Entre el cordón sanitario y las fantasías arbitrales se está dando a entender que al Real Madrid le están persiguiendo los árbitros o alguno determinado, como por ejemplo el valenciano Ayza Gámez.
ResponderEliminarEste mismo colegiado hizo lo propio con Sergio Ramos hace poco más de un año. El jugador andaluz del Real Madrid perdió los nervios y acabó insultando al árbitro siendo sancionado con cinco partidos (cuatro por los insultos y uno por la doble amarilla que motivó el percance).
Fue el 9 de enero de 2013, en partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey ante el Celta de Vigo, Tras ver la tarjeta roja, Ramos le dijo al colegiado: “Eres un sinvergüenza y me has jodido todo el rato”. Este mismo insulto lo utilizó dos veces con los asistentes.
No se si este comentario se publicara o correrá la misma suerte que el del “cordón solitario” y tendré que enviarlo a “Glorieta Digital”, donde desde esta mañana se puede leer.
Sr Lamarca, siempre le estaré enormemente agradecido por el respeto que usted me ha brindado y la gran oportunidad de poderme manifestar en plena libertad de expresión.
Me gustaría poder seguir haciéndolo, pero esto ya dependerá de usted.
Saludos cordiales
Enrique Castillo