Deserción en Granada: de la “burbuja JT” al suflé
Pedro Javier Cáceres
Crítico taurino y Periodista
El 20 de julio de 2008 se publicaba en esta tribuna una columna titulada: “Los toros y la burbuja JT”
El pasado lunes www.ladivisa.es avanzaba (lo de exclusiva o primicia me parece una cursilería como perdiz con ligas) que la empresa de Simón Casas abandonaba la gestión de la Plaza de Toros de Granada.
No tendría mayor calado de no tratarse de una gestión bendecida por todos, en especial la Propiedad y la afición granadina, que basó su éxito en la contratación de José Tomás para ser escenario de su reaparición en 2013 en cartel que se aligeró presupuestariamente con la contratación de Finito y Rafael Cerro como “motorista y escolta”.
Luego se reforzó el abono con las contrataciones de Morante, Manzanares y El Fandi. Abono rematado con El Cid, Escribano, Daniel Luque y una terna de rejoneadores (Bohórquez, Leonardo, Lea Vicens) sin Hermoso, Ventura, Andy, Galán para equilibrio de cuentas.
La feria se desarrolló entre los días 19 y 22 de junio con indudable éxito de convocatoria y por lo tanto de brillante gestión: 1 no hay billetes, 1 casi lleno más 2/3 y ¾ en los dos últimos festejos.
No era fácil.
Se partía de una empresa consorcio con el ponderado Cutiño, el denostado, pero poderoso, Matilla y la “fuerza” del empresario de Las Ventas, Martínez Erice.
Sus esfuerzos (el cartel de abono era más que notable con El Juli, Manzanares, Ponce, Morante, Talavante, Padilla, Fandi -una tarde de seis toros) y Hermoso de Mendoza, Diego Ventura y Manuel Manzanares en el festejo de rejones, no fueron más allá de conseguir entre 1.200/1.300 abonados de un aforo de 11.900 localidades.
El canon era de 290.400 euros (IVA incluido) y concluida la temporada la UTE decidió dejar la Plaza. Las razones son de manual.
El ciclo 2014 tomó oxigeno, a tope, a partir del 26 de abril cuando se confirmó la presencia de JT.
Sólo el primer día se colocaron 6.000 abonos, para cerrar –un triunfo sin precedentes- con 8.000.
El canon se había reducido, dicen que sensiblemente- respecto del anterior: "Creo que eso son datos que deben quedarse en las interioridades de la empresa. No hay por qué desvelarlos, lo único que digo es que nuestra cifra es sustancialmente inferior a la que había anteriormente” (Santiago López).
Aparentemente todos contentos.
La Propiedad, los aficionados y la hostelería “ojalá viniera José Tomás cada 15 días”(son declaraciones de Antonio García, secretario de la Federación de Hostelería de la provincia).
¿La Empresa?
No tardó en dar muestras de máxima satisfacción por el trabajo bien hecho, aceptó de buen agrado el reguero de felicitaciones que provenían de todos los sectores de prensa, asociaciones, etc. del ámbito taurino y de la sociedad, no sólo granadina, en general.
Tampoco se hizo esperar en su inquietud por, al menos, la falta de rentabilidad ante tamaño esfuerzo refrendado por el párrafo anterior.
Hasta el lunes (www.ladivisa.es ) en que se confirmaba la retirada: ni huida, ni espantada. Más, el contrato era por un año con la posibilidad de prórroga/s, hasta 4 años, y lo que ha hecho el grupo de Simón Casas ha sido simplemente renunciar a ellas al no haber acuerdo.
Se supone que ha habido reuniones desde conocidas las cuentas hasta el lunes pasado con la Propiedad para intentar reconducir las obligaciones contractuales.
Ahora, se han apresurado a aprobar la oferta para dirigir la plaza presentada por Jorge Matilla y Juan Reverte. ¡Suerte!
Pero el problema de Granada no es único, y comprobado está el “suflé” de turno se desinfla ipso facto, mucho antes que se pincha una “burbuja”.
Independientemente de ser inviable económicamente porque en, el mejor de los casos, no se garantiza (antes al contrario) la presencia de José Tomás –aún previendo ausencia de desgate- de por vida.
El problema de Granada es similar al de Córdoba, Jaén, etc. los cosos de multipropiedad privada que tiene su legítimo derecho a rentabilizar un inmueble que no puede tener otro destino que los derivados a partir de ser recinto para toros y otros espectáculos.
La solución no es fácil pues sólo el sector podría abordar una operación rescate, como en tantas otras plazas que se están perdiendo o están en estado terminal como las nombradas o Vitoria y otras más de 2º.
O resolver que estos inmuebles fueran adquiridos por las Instituciones Públicaspertinentes que garantizaran supervivencia y su actividad por ser de interés general, independientemente del suflé o la burbuja de turno, como apuntaba el secretario general de la Federación de Hosteleros.
Tal remedio, no obstante, entra en fase de utopía por la coyuntura desfavorable en cuanto a la economía presupuestaria de todas las administraciones, el delicado momento que atraviesa La Fiesta en cuanto a prestigio y aceptación social y que el sector no ha sabido contrarrestar –sigue haciendo el Tancredo-, pero sobre todo por falta de voluntad política en todo cuanto atañe a la Tauromaquia, mientras las “gentes del toro” miran para otro lado y se ufanan de no hacer política. (www.elimparcial.es del domingo pasado).
Podría llenar dos cuartillas más, o doscientas, elucubrando sobre las causas de la retirada de Simón Casas Productions, incluso más de uno pensará –piñón fijo- que no obedece a pérdidas sino a no “haberse hecho de oro”, pero sería rellenar blanco con negro con una batería de obviedades que me remiten a muchas columnas en este medio desde junio de 2008 y 348 (349 con éste) artículos.
Y vuelvo a remitirme como referencia al 20 de julio de 2008 cuando se publicaba en esta tribuna una columna titulada “Los toros y la burbuja JT”(http://www.elimparcial.es/noticia.asp?ref=19156&cadena=burbuja_jt&como=2)
Han pasado 6 años.
Tan sólo “los toros” son más lentos, en este País, que la Justicia.
Así nos va, y peor –se barrunta- que nos va a ir.
De la “burbuja al suflé”.
***
El Imparcial
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