"...casi cuatro años después de su llegada: ¿Cuándo fue Isco decisivo? ¿Qué día?... Su fútbol es preciosista pero... ¿cuando ganó Isco un partido él solo?... Sea cual sea su decisión, se quede o se vaya al Barça, Isco seguirá gozando del cariño de la afición madridista. Mejor caer en gracia..."
Frágil: contiene Isco de Capodimonte
Si yo fuera Bartomeu... tocaría a Isco. Desconozco el motivo por el cual Isco, que finaliza contrato con el Real Madrid en junio de 2018, aún no ha querido a sentarse a negociar con su actual club. No sé si Isco quiere más dinero o más minutos, o a lo mejor ambas cosas. Puede, incluso, que Isco se haya cansado del equipo. O de la ciudad. No tengo ni idea. Pero, sea lo que sea, el caso es que, cuando la mayoría de futbolistas del mundo corren hacia el club blanco para buscar un acuerdo cuanto antes, Isco rehúye el contacto y va hacia atrás como el cangrejo. Hay quien dice que podría acabar en el Barça. También hay quien asegura que no existe dicha posibilidad. Pero, repito, si yo fuera Bartomeu... tocaría a Isco. Total, ¿qué tiene que perder el Barça? ¿Que le digan que "no"?...
Isco está exactamente en la misma situación que Leo Messi aunque, comparado con el del argentino, el caso del malagueño sea irrelevante mediáticamente hablando. Y con Messi, que como Isco podrá negociar con quien le plazca desde el 1 de enero del año que viene, dije que si yo fuera Florentino Pérez llamaría a la puerta del jugador. Total, ¿qué tiene que perder el Real Madrid? ¿Que le digan que "no"?... Messi, que se sabe propietario de las llaves del club, está jugando a la guerra psicológica con los pobres mandamases del Barça. En el caso de Messi casi todo el mundo deduce que seguirá donde está y que lo único que quiere es sacarle a Bartomeu el hígado y el corazón, pero, ¿Isco? ¿Qué pretende Isco?... La actitud no negociadora de Isco es tan barroca como lo es, a veces, su juego.
Hace casi cuatro años que Isco llegó al Real Madrid. No es verdad eso de que en el estadio Santiago Bernabéu se pite a todo el mundo: a Isco no. En el Bernabéu se pita al máximo goleador histórico del club y ganador de cuatro Balones de Oro, pero el trato del respetable merengue hacia Isco siempre ha sido especialmente cuidadoso. A Martín Vázquez, por ejemplo, que salió de la cantera y que tenía tanto o más futbol (yo diría que más) que Isco en sus botas, le mataron desde la grada; lo más bonito que le llamaban a Rafa era "¡Mari Pili!"... A Isco no. La afición del Madrid conserva desde el primer día a Isco envuelto en papel de burbujas para que no se rompa, como si fuera una frágil figurita de porcelana de Capodimonte. Si algo ha tenido Isco desde que llegó ha sido el cariño de la grada y la sobreprotección del periodismo. Y me pregunto, casi cuatro años después de su llegada: ¿Cuándo fue Isco decisivo? ¿Qué día?... Su fútbol es preciosista pero... ¿cuando ganó Isco un partido él solo?... Sea cual sea su decisión, se quede o se vaya al Barça, Isco seguirá gozando del cariño de la afición madridista. Mejor caer en gracia...
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