Tomaba la alternativa Toñete en la mañana de este sábado en la plaza de toros de Nimes al lado de dos figuras como Enrique Ponce y El Juli. Se lidiaban toros de Garcigrande y Victoriano del Río para el festejo.
Rompía el paseillo con unos minutos de retraso en el bello Coliseo de Nimes. Veinte años de alternativa cumplía El Juli, el cual saludó una gran ovación previo a la salida del primero. Un abreplaza que llevaba por nombre Asustado dea divida de Victoriano del Río. Un animal con clara tendencia de salida a tablas. Esa tendencia que más tarde cumpliría al saltar al callejón. Faena basada en la premisa del temple. Por el derecho lo llevó largo en series iniciales de muletazo largo y muleta arrastrada. Acertó en distancias y alturas. Por el izquierdo no tenía la misma condición. Tendía a embestir a media altura y no salirse de los vuelos. El final de faena en el tercio tuvo conexión con el respetable. Lo mejor de su obra fue un sensacional derechazo al ralentí, así como dos pases de pecho de pitón a rabo. Tras una estocada en buen sitio se le concedieron las dos orejas y la vuelta al ruedo a un animal con virtudes algo exagerada.
Y se desató el delirio en el segundo cuando Ponce cuajaba de cabo a rabo a un gran toro de Toros de Cortés. Un animal de gran bravura en el caballo y una clase extraordinaria en la muleta.
Faena de fantasía de un Ponce que se rompió ante un ejemplar de una clase importante. Se durmió en muletazos al ralentí, acariciando las embestidas del animal. A los sones de La Misión se creó una mística especial. Fundamental fue su inicio por bajo para someter al animal. De ahí en adelante dejó una obra de magisterio. Ayudó al toro cuando fue necesario, lo sometió cuando fue preciso, un trasteo con letras mayúsculas. Por unanimidad se pidió el indulto, una vez concedido dibujó un final de faena por bajo de un temple bárbaro. Faena de guante de seda de Enrique ante un toro bravo de verdad. Antes tras su brava pelea en varas, se fue ovacionado el picador tras dos puyazos de poder a poder. Incluso llegó a sonar la música. Dos orejas y rabo para Ponce tras una faena marca de la casa a Devoto de Toros de Cortés.
El tercero fue un burraco de Victoriano que nunca acabó de romper. Un toro al que se le pegó poco en el caballo y que llegó al tercio de muleta rebrincadito y sin emplearse. Tuvo la virtud de la movilidad, humillando por el derecho pese a su desigual comportamiento. Lo mejor vino por ese pitón, en el que a base de sobarlo mucho y dejársela en la cara consiguió Julián hilvanar muletazos meritorios. Labor de paciencia de un Juli que no se aburrió pese a la condición del toro. Por el izquierdo no hubo lucimiento. Tras la estocada recibió palmas el animal y una ovación El Juli como recompensa a su tesón.
Por encima del feo y descastado cuarto deDomingo Hernández se mostró un serio y capaz Enrique Ponce. Una faena a la que faltó un punto de mayor ligazón y limpieza. Esa que no pudo tener su labor debido a la desclasada y topona embestida de un toro sin clase ni ritmo en sus embestidas. Acertó Enrique en llevárselo a su querencia, ahí consiguió a base de alturas e inercias robarle pases más que meritorios. Por el izquierdo siempr vino dormido y haciendo hilo. Nunca pudo bajarle la mano, todo lo hizo a media altura y en muchos casos por fuerita. Obra a que le falto un punto mayor ceñimiento dentro de un trastero de menos a más, en el que supo meter en la muleta a un toro de escaso celo y con la raza bajo mínimos. Tras atascarse con los aceros y sonar un aviso saludó una ovación.
Se llevo Julián el lote de menor presencia y virtudes de la corrida. El quinto, de resta importante de la casa y con una historia a sus espaldas más que importante en el campo charro no fue ni mucho menos fiel reflejo de su herencia genética. Un animal de Domingo Hernández justito de presencia que acabó rajado. Como toda la corridavno se dejó torear de capa. Derribó al jaco al cogerlo por los pechos y llegó a la muleta atisbando nobleza. Porfió El Juli en un trasteo voluntarioso pero de escaso fondo. El animal, de desigual y descompuesta embestida nunca quiso entregarse, y salvo en algún muletazo suelto a favor de querencia, todo lo hizo con el viaje corto y a media altura. Anduvo solvente, con la cabeza fresca, pero quizás un punto brusco en su quehacer. Faltó mayor templanza y limpieza a su labor. Su final de faena con el toro rajado tuvo mérito, al igual que partes de su labor en la que a base de bragueta y disposición consiguió meter en el canasto al animal. Tras fallas a espadas saludó una ovación. Sin duda no fue el resultado esperado en una tarde tan importante para él.
Salió en sexto lugar otro de los toros interesantes del festejo, un animal de Domingo Hernández de gran bravura en el caballo y con virtudes interesantes en la muleta. Un animal al que dejó un breve pero bonito quite por chicuelinas. Animal que pedía toques suaves, llevarlo sometido y templarlo. Un toro bravo, nada fácil. Pupilo embistió con entrega, clase y profundidad, no era la tonta del bote, por lo que había que hacerle las cosas perfectas. El inicio de faena fue perfecto. Por la derecha se acopló más y mejor con el animal, dejando derechazos hondos y profundos. Por el izquierdo le costó más acoplarse, pese a ello dibujó naturales estimables. Animal quizás para un torero más fogueado, ya que requería un oficio y un conocimiento mayor. La oreja otorgada le abría la Puerta de los Cónsules, un justo premio para un torero que hoy dejó muy buenas sensaciones en su paso por Nimes. Justa ovación para un toro más que interesante.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Nimes, Francia. Segunda de la feria de la Vendimia. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Toros de Victoriano del Río -primero de vuelta y tercero-, uno de Toros de Cortés -segundo, indultado- y tres de Domingo Hernández -cuarto, quinto y sexto-
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Enrique Ponce, dos orejas y rabo simbólicos y ovación tras aviso.
El Juli, ovación y ovación tras aviso.
Toñete, que tomaba la alternativa, dos orejas y oreja.
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