Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Desde las primeras elecciones en democracia, en 1977, tuvimos, hasta la llegada de Rodríguez Zapatero al poder, una aceptable democracia, pero cuando alcanzó la Moncloa el “Bobo solemne”, es decir, ZP como le llamó Mariano Rajoy, dicha democracia empezó a deteriorarse, y luego con Pedro Sánchez la democracia solo lo ha sido de nombre, pues hemos tenido y tenemos un socialcomunismo corrupto hasta más no poder. La calidad de nuestra democracia es la peor de la Unión Europea con diferencia. Es verdad que se hacen elecciones, pero la verdadera democracia es mucho más.
Zapatero llego al poder gracias a la masacre del 11 M, todavía no bien aclarada, aunque no hay que ser muy inteligente para saber que el PSOE fue el único favorecido con tan terrible crimen, por tanto se le puede aplicar la frase popularizada por Cicerón, “cui prodest scelus, is fecit”, en castellano, “a quien beneficia el crimen, ese es el autor”. Ello quiere decir que el PSOE, mientras no se demuestre lo contario, es muy posible que algo tuviera que ver con aquel atentado.
El tal Zapatero, que parecía y parece bobo, o si quieren tontorrón, que en Europa nadie le tomaba en serio, simplemente le ignoraban, sin embargo, ha sabido pegarse al narcotraficante Maduro, y él sabrá la cantidad de millones que le ha puesto en algún paraíso fiscal, además de alguna que otra mina en la propia Venezuela, solo por defender el socialcomunismo bolivariano.
Tras “el Bobo solemne”, es decir Zapatero, vino Rajoy que salvó, por los pelos, a España de tener que ser rescatada por Europa, pues ZP la dejó en ruina total. Pero las circunstancias hicieron que a Rajoy le sucediera el hombre más mentiroso del mundo, es decir, Pedro Sánchez, o “Perro Sánchez”, como le llaman frecuentemente, o “el Bobo fatuo”, o El Mentiras, o El Felón, o “Falconeti”, etc.
Este sujeto, es el más despreciable que ha parido España en los últimos siglos, no conoce los conceptos de ética y moral, por tanto, no los practica; carece totalmente de principios ético-morales. Solo le interesa mandar y utilizar el falcon; para ello estaría dispuesto a todo, incluso a vender a sus seres más queridos. Intelectualmente es de mediocre para abajo, pero ha aprendido a mentir muy bien, porque hay ignorantes que le creen.
Como Zapatero, también llegó al poder de forma irregular, de tal manera que podemos decir que es un presidente legal pero ilegitimo. Legal porque los pactos a los que llegó para ser elegido presidente fueron legales, pero ilegítimo, puesto que en la campaña electoral dijo que nunca pactaría con los separatistas, con los comunistas de Podemos, ni con los terroristas de Bildu, y luego pacto con todos ellos.
No cabe la menor duda de que si Sánchez vuelve a ser presidente del gobierno España acabará de romperse totalmente, y en dos o tres años tanto Cataluña como Vascongadas serán naciones independientes, y lo que quede de España se regirá por una dictadura socialcomunista como la de Venezuela, en la que Sánchez se apoderará de todo el poder, desaparecerá la libertad, y aunque haya alguna vez elecciones serán amañadas, como ocurre en Venezuela, y nadie podrá echarle de la Moncloa como no sea a tiros, y eso no ocurrirá, porque a diferencia de lo que pasaba en el 1936, cuando la izquierda se apoderó del poder ilegalmente, había muchos militares que estaban en contra del estado de terror (asesinatos diarios de gentes solo por ser de derechas o por ir a misa, quema de iglesias, etc) insoportable que había creado el Frente Popular, pero ahora los militares están todos estrechamente controlados por el gobierno de una manera o de otra. Ya me entienden.
Es por todo ello que, como decía, en las elecciones del 23 de julio nos jugamos muchísimo, y hay que ir a votar se esté donde se esté. No podemos tener escusa alguna para no votar. Y desde luego tanto el PP como VOX tienen una gran responsabilidad en lo que pueda pasar, porque en algunas regiones (en Extremadura Dª María Guardiola está haciendo mucho daño al PP y a la democracia española) están dando un espectáculo lamentable al no ponerse de acuerdo para formar gobierno, bien sea autonómico o en ayuntamientos. Ya está bien de personalismos, de pensar solo en obtener sillones, y pensar más en toda España, para librarla del criminal socialcomunismo que es el cáncer de la humanidad, y lo que nos espera si Pedro Sánchez vuelve a ser presidente.
Los que le voten ya no podrán decir que les ha engañado, porque sabemos lo muchísimo que miente. En nuestra opinión sus votantes se pueden clasificar en dos grupos: Los que le voten creyéndose lo que diga, que pueden calificarse de necios. Recuérdese el proverbio árabe que dice, “La primera vez que me engañes será culpa tuya; la segunda vez la culpa será mía.” A lo que añadimos, “por tonto”. El otro grupo de sus votantes los consideramos como comprados, o estómagos agradecidos, es decir, que son aquellos a los que ha dado miles de cargos innecesarios y aquellos otros vagos, que no trabajan porque no quieren, y a los que regala una paguita basándose en multitud de argumentos (subvenciones a entidades y asociaciones de izquierdas, para propagar el socialcomunismo, ingreso mínimo vital , subsidios por desempleo, ayuda familiar, bono cultural, etc), con el dinero sacado, mediante impuestos, a los que verdaderamente trabajan y producen. Piensa que si a un empresario, que trabaja de siete de la mañana a diez de la noche, le quita en impuestos 5000 euros y da mil a cada uno de cinco vagos que no trabajan, pierde un voto pero gana cinco. Así se puede explicar que si llamas a un albañil te diga que no puede ir hasta dentro de seis meses porque falta gente para trabajar en la construcción, que en la hostelería te digan que faltan camareros, y sin embargo tengamos el mayor paro de la Unión Europea.
Efectivamente, por todo eso y por la mucha corrupción que hay dentro del gobierno y sus alrededores, España es la nación con más paro en general y juvenil de la Unión Europea y Zona Euro, y la última en crecimiento económico.
En definitiva, que este gobierno ha llevado a España a ser la primera en todo lo malo y la última en todo lo bueno. Por eso hay que votar para mandarlo a oposición, y que allí esté, al menos, durante lo que queda de siglo XXI.
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