Esto lo decimos porque toreros mexicanos que han mostrado su deseo de estar en primera fila, o al menos en las primeras, se han jugado la vida para lograrlo.
Amigos aficionados…
Si siembras, cosechas… Si te arrimas al toro mostrando la verdad de tu toreo, seguramente encontrarás recompensa.
Esto lo decimos porque toreros mexicanos que han mostrado su deseo de estar en primera fila, o al menos en las primeras, se han jugado la vida para lograrlo.
No es propiamente decir que vamos a aplaudirle siempre a un torero que se pasa las tardes en la arena entre revolcones o cornadas, pero el ímpetu, la vocación, se le reconocerá siempre. Caso Isaac Fonseca, que acaba de dejar patente en la arena de Colmenar Viejo que quiere llegar lejos.
Enorme ha sido el reconocimiento que llega para el menudito torero de Michoacán tras la impresionante labor en la final de la Copa Chenel, donde terminó matando seis toros, pese a que en el tercero le pegaron una cornada. Él quiso y logró. Al final, el trofeo fue a sus manos y seguramente vendrán mejores cosas para él.
Y, claro, recordemos su clamoroso triunfo de novillero en la pasada Feria de San Fermín en Pamplona. Pues también estará en la edición de este año en la más famosa de todas las festividades del mundo taurino.
Pamplona verá a dos mexicanos, pues igual fue acartelado Leo Valadez, quien triunfó en 2022 en Pamplona. ¿Cuál es la razón por la que estarán en San Fermín? Porque han hecho el toreo que gusta; digamos, por ejemplo, a San Isidro, en Madrid, salieron a jugarse la vida, nada de medias tintas. Dos años seguidos punteando, sacrificando el pellejo, sufriendo volteretas y cornadas, y allá estarán en esa Pamplona que todo mundo ve. El toreo, con su verdad, es cosa de hombres, no de nombres.
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