Yo me sorprendí el pasado sábado mediante la retrasmisión de la corrida farsante que se celebraba en Madrid en que, de repente, Domingo Delgado de la Cámara daba la noticia al respecto de Gijón. El hombre, muy contento, decía haber recibido una notificación que certificaba que el coso de El Bibio no estaba en ruinas. Pero bueno, ¿quién habló de ruina en dicho coliseo? Esa es la falsedad que vendió la susodicha que no quiero volver a nombrar pero que, en el acto, me posicioné en contra de aquella falacia que, como se ha demostrado, era una mentira más de los políticos de izquierda que, si algo saben hacer bien no es otra cosa que mentirle a los ciudadanos para engañarles de forma vil.
La señora citada –bueno, lo de señora es un eufemismo muy sutil si de dicha pajarraca hablamos- se sintió muy ofendida cuando en el coso de El Bibio, en la feria de 20121, se lidiaron dos toros que tenían por nombre feminista y nigeriano, lo que tanto ofendió a la indeseable citada. ¿Solución? Argumentar que la plaza amenazaba ruina y su clausura inmediata. Y la maldita izquierda sigue hablando de libertades cuando en cada esquina tienen un dictador preparado para la destrucción de todo lo que huela a paz y bienestar.
Como se comprueba, a tenor de los nombres de los toros antes citados, los socialistas tienen la piel muy fina, se les hiere en un abrir y cerrar de ojos, eso sí, legalizar a Bildu, apoyar a los asesinos, pactar con independentistas y demás reatas de mala calaña, eso sí está muy bien visto y, además lo hacen para defender al pueblo español, como al ley de Memoria Histórica, la del Si es Si y todas las leyes criminales que han dictado para que la destrucción del ser humano sea una realidad y, si faltaba algo, los okupas, los que tienen la bendición del gobierno y de todos sus adláteres.
Fijémonos en las diferencias ostensibles entra alcaldías puesto que, muy cerquita de Gijón, en Santander, su alcaldesa, Gema Igual, se siente ufana de presentar los carteles de su feria año tras año. Estoy seguro que en Santander habrá gente que no le guste la fiesta de los toros pero, ello no es motivo para erradicar dicha fiesta de ningún pueblo ni ciudad. En Gijón, por lo que pudimos ver, según aquella asquerosa que ya es recuerdo del pasado, “todos los gijoneses” eran anti taurinos, de ahí la bendición de dicha persona llevó a cabo para satisfacer a la ingente mayoría. ¡Váyase a la mierda, alcaldesa! Bueno, en ese lugar la han dejado sus partidarios y, Gijón, una vez más tendrá toros, eso sí, con la bendición de Vox que ha apoyado al Foro Asturias, la formación que ha ganado en la ciudad norteña.
Hoy, claro, al desayunarme con la noticia de que Carlos Zúñiga, como empresario, ya está montando la feria gijonesa, la alegría no puede ser mayor, sencillamente porque ha reinado la cordura una vez más y se ha restablecido lo que jamás tenía que haberse profanado, la fiesta de los toros en honor a la Virgen de Begoña pero, vete tú hablándole de santos y vírgenes a los sociatas.
Que todo el mundo me disculpe pero, la correlación de los hechos de todo lo que ha pasado en Gijón la dibujé antes de que todo sucediera pero, insisto, en estas cuestiones, cuando están de por medio los sociatas, todo es muy fácil de adivinar, es decir, se les puede leer el pensamiento con una facilidad asombrosa puesto que, no hay que ser adivino, con observar la maldad que tienen casi todos en sus venas, con ello es más que suficiente para pronosticar y acertar, lo que hice en su momento.
Si de la fiesta de los toros hablamos, yo entiendo que, cuando las gentes muestren desinterés por dicha fiesta y no acuda nadie a las plazas de toros, es lógico que dicho espectáculo se extinga por sí solo, es el caso de Tenerife que, siendo legal la fiesta taurina, las gentes dejaron de asistir y no se puede culpar a nadie. Ahora bien, que un espectáculo como los toros que goza de todo su esplendor en Gijón, como en tantísimos otros lugares de España, se clausure dicho espectáculo por el capricho de un dictador, eso no tiene nada que ver con la democracia, pero sí con la dictadura al más alto nivel. Y esta pandilla de cafres que nos gobiernan –esperamos que sea la última vez el próximo día 23 de julio- critican a Franco porque dicen que era un dictador. Que alguien me explique, qué prohibió Franco. El generalísimo era una hermanita de la caridad comparado con estas gentuzas actuales que, insisto, amparados por la democracia ejercen sus dictaduras personales según les conviene. Gijón es el ejemplo.
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