Un varón esencial
ANDRÉS AMORÓS
Diario ABC
Madrid.-Miércoles , 31-03-2010
Acierta rotundamente la Junta de Castilla y León al distinguir con su Premio de las Artes a Santiago Martín, «El Viti»: ha sido un magnífico matador de toros y es una excelente persona, que encarna las virtudes tradicionalmente atribuidas, en sus mejores representantes, al carácter de su tierra.
Acierta rotundamente la Junta de Castilla y León al distinguir con su Premio de las Artes a Santiago Martín, «El Viti»: ha sido un magnífico matador de toros y es una excelente persona, que encarna las virtudes tradicionalmente atribuidas, en sus mejores representantes, al carácter de su tierra.
El tópico habitual afirma su seriedad castellana y también que era el mejor estoqueador. Lo primero es más exacto que lo segundo, aún siendo buen matador. Ha sido siempre un hombre íntegro, digno, de pocas palabras.
Lo ilustra una anécdota que viví a su lado. En un coloquio, en Alicante, alguien aventuró que un torero puede llegar a amar a un toro como un varón ama a una mujer. Le pregunté yo si eso era posible o pura metáfora literaria. Con laconismo sentencioso, se limitó a contestar:
«Más». Ahí quedó eso, como un natural impecable.
A comienzos de los sesenta, alternó mucho con Diego Puerta y Paco Camino: un cartel inolvidable, con tres grandes matadores de cualidades muy diferentes y complementarias.
Fue un ídolo en Las Ventas: en 1966, el público llegó a pedir para él un rabo. Pero también logró «entrar» plenamente en la Maestranza, a pesar de que su línea no era, en principio, la preferida por la afición sevillana.
Su toreo, con aroma campero, se basaba en el temple y la suavidad. Quizá le influyó una lesión en el brazo para acercarse a la trayectoria circular. Brillaba especialmente en las verónicas, las medias belmontinas, los naturales y derechazos dando el pecho; como remates, unos peculiares molinetes y afarolados, muy lentos. Como enamorado de su arte, le han dolido especialmente los últimos ataques a la Fiesta. Y lo ha dicho con rotundidad.
Ha quedado en la historia como hombre serio y diestro clásico. Los biógrafos del siglo XV utilizan un adjetivo que le encaja como un guante: es un varón esencial.
El Viti, es leyenda viva, aún es relativamente joven, apenas 73 años, para quienes piensen que tenga muchos más, este año, precisamente se cumplen 50 años de su alternativa, en la Plaza de Las Ventas de Madrid, con el toro GUAPITO de la ganadería de Pérez Tabernero, paseó por toda España y fuera de ella, el nombre de su hermoso pueblo salmantino VITIGUDINO, nos hizo disfrutar de su arte hasta su retirada, en el otoño de 1979, aunque creo que tenía cuerda para algunos años más, un señor dentro y fuera del ruedo para quienes tengan la dicha de tratarlo personalmente.
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