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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 24 de enero de 2011

Ferias taurinas: Todo a 100, 1.000 o un millón / Por Pedro Javier Cáceres


 
Ferias taurinas: Todo a 100, 1.000 o un millón

Por Pedro Javier Cáceres

Madrid, 24 de Enero de 2011
La feria de Fallas ya está en los ordenadores de la imprenta para difusión y propaganda.
Buena feria. Bien estructurada y con hilo argumental. Al relance de la remodelación de la plaza, que será bautizada el 12 de marzo sábado con Ponce, Juli, y Vicente Barrera, cartel para todos los públicos el domingo con Rivera, Fandi y Talavante.

Las fechas más flojas se cuajan con una novillada, el lunes y dos carteles de toreros “clase media”. Juan Bautista, Abellán, Leandro; Curro Díaz, Tejela y Pinar.
Madurez, juventud, capacidad, coraje y dos gotas del arte más caro en busca de cotización.
A partir del 17, después de “la Plantá” y con las obras falleras en las calles valencianas lujo con remate hasta el día del patrón.

Morante, Manzanares, Luque. Cid, Perera, Cayetano y Juan Mora, Enrique Ponce y Castella.
Todo el G-10, el elenco de las figuras comparecerá en la calle Xátiva.
Y no menos el G-7 de los ganaderos abastecedores de la materia prima. Victoriano del Río, Jandilla, Alcurrucen, Fuente Ymbro, Cuvillo, Capea y Las Ramblas.
Lujo y remate, repito.
Sin embargo, no es la más competitiva en cuanto a “encontronazos” entre las figuras y el “toro” como árbitro.

Más. Me consta que para la fecha de arranque, con motivo de la “mayoría de edad” de la remodelación y modernización de la plaza el empresario francés pensaba en “rizar el rizo” y ofrecer un cartel “galáctico” ( y muy del top de las apetencias y gustos de la afición valenciana): Ponce, Juli, Manzanares. ¿Por qué?
Sencillo, los “cachés” de estas tres figuras, ídolo uno, y “consentidos” los otros dos de la Valencia taurina, no sólo quiebra la caja de tal espectáculo si no que hipoteca todo el serial que es, además, el soporte del canon y otras obligaciones de la Empresa para con la Diputación y el sostén económico del resto de temporada, confesa de deficitaria. Valencia es, en rémoras y desequilibrios, la hermana pequeña de Las Ventas.
Sus aforos andan muy por debajo de los de plazas de segunda y tercera en base a unos precios establecidos por la Institución en el pliego de condiciones en aras de defender al aficionado y que el costo del billete no sea el obstáculo para cubrir cemento.
Pese a ser precios baratos en valor relativo comparados con otras plazas, incluso menos relevante, son caros en valor absoluto de moneda constante. Difícil ecuación si, como en Valencia, la capacidad no es de Monumental.

Cosas de los pliegos de condiciones.
Anda el mundo del toro a vueltas con ellos. Pero se obsesionan y estancan en el canon, la desmesura en la programación y las cargas de promoción y difusión, actividades culturales más las ayudas a las escuelas de turno. Las Administraciones también. Sobre este trípode echan el pulso.
Sin embargo nadie se atreve a negociar sobre el importe de las localidades.

Si convenimos que por “barata” que sea una entrada, en cualquier plaza de las de referencia resulta cara para el espectador, salta de ojo que, con el plan lineal de precios, se producen situaciones “contranatura” que sería saludable corregir. Por ejemplo, en estas Fallas, que el costo del boleto sea el mismo el día de San José (Mora, Ponce, Castella) que el día 15 (Bautista, Abellán y Leandro). Descompensación que luego se traduce en el lamento de los toreros de los festejos de “atrezzo” a la hora de las liquidaciones, sea cual sea la entrada registrada.

Nadie piense que se aboga por una subida de euros. No.
Pero si de lo que se trata es de hacer afición, o llevar gente a la plaza, sin que el boleto sea impedimento, congélense los precios, pero para el abonado, y además motívesele con los descuentos oportunos. Fortalézcase el abono. De temporada, de ferias, o de un solo ciclo.
Pero libérense el importe de las entradas para los espectadores ocasionales ávidos tan solo de grandes eventos, más sociales que taurinos, creando una correlación de fuerzas en que el cartel rematado no sea deficitario en su descontextualización y que el de los modestos sean, a costa de los honorarios de la terna, los que dejen el “cash flow”.
Incluso, estos, con menor, o ninguno, tirón, podrían cotizarse en taquilla por debajo del mínimo establecido como arma de seducción para el aficionado de a pie o paisanos de aluvión.

Creo que el futbol lo hace así para grandes acontecimientos de Copa del Rey, Champions o Europa League, incluso para los no socios o abonados en encuentros de Liga.
Si la operación es compleja en Madrid por tener abonado casi el 80 %, no es el caso de Valencia con más de la mitad del aforo por “hacer socios”.

Además, sería una oportunidad de paliar los efectos de la reventa, entre otras cosas, sin meternos en honduras sobre las sospechas de las reventas oficiales propiciadas por muchos empresarios como una “bolsa” de ingresos atípicos.

Otra historia es la del IVA, ahora que dicen pasan a Cultura. Pero parece que nadie le pone el cascabel al gato. El diferencial bien gestionado podría ser otro balón de oxígeno.
Mientras tanto estamos como estamos. 12 y 19 de marzo llenos de reventón. Se augura. 13,17 y 18 más de ¾ con gran reventa en la sombra. 14,15,16 y 20 el abono y poco más, media plaza generosamente despachada.

Ferias de todo a 100, 1.000 o un millón. Pero todo igual y para cualquiera.
Lo cogen los chinos y lo bordan.

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