Miguel Ángel Perera |
Las Corridas Generales de Bilbao…
Pedro Javier Cáceres
26/08/2012.-Bilbao supone un examen para todos los toreros después de los triunfos y triunfitos del mes de agosto. Una semana con el toro como protagonistas y que ha falta del cierre de hoy con los victorinos nos deja pocos triunfos pero muchos matices.
Leonardo Hernández abrió la puerta grande con una faena perfecta de principió a fin, dos orejas y una más en el segundo toro.
A pie, los grandes nombres de este ciclo son el de Julián López “El Juli” y Miguel Ángel Perera.
Intención y ganas Ferrera, Gallo y Morenito con la corrida de La Quinta, una corrida de mucho interés con uno de esos encastes que se quieren extinguir, una tarde con muchos matices. Ferrera mostró el momento de madurez que atraviesa, con una pausa que antes no tenía, Gallo, con la decisión, elegancia y figura que ya habíamos visto y Morenito con momentos de elegancia. La tarde de los matices, pero, matices positivos.
Llegó el corridón de Fuente Ymbro, con más cuernos que en una revista del corazón y con mucho que lidiar para después poder torear un poquito. Una tarde de aficionados más que de toreros en la que Diego Urdiales mostró su seriedad y su calidad, lástima sus fallos con la espada que le privaron de cortar un trofeo. Leandro perdió algo de fuelle tras las orejas de Málaga y Madrid. Dejó detalles en el segundo pero se vino abajo después. Su estilo artístico y un punto ascético, con la irregularidad que eso supone, provocó una deriva en la segunda parte de la faena al quinto toro y un verdadero mitin con la espada. A David Mora le faltó apretar en su primer toro, cierto que no era fácil, pero estando donde está tenía que poner toda la carne en el asador. En el sexto bregó con un toro que adquirió sentido y con el que finalmente dio una vuelta al ruedo.
Cartel estrella el martes con un Juli marcando las diferencias. Cortó una oreja a su segundo toro, debiendo cortar otra en el primero. Sin problemas a la hora de pegarse un arrimón de los de verdad, jugándose la vida y matando con contundencia. Julián estuvo extraordinario pero el toro no tenía dos orejas. Lo de Cuvillo atraviesa un momento delicado, y la corrida se mostró desigual y simplona, aunque con dos toros interesantes: primero y sexto. A Morante se le fue el primero, estuvo voluntarioso y en puntos vulgar, lo peor que le puede pasar a un torero con un arte excelso. Talavante anduvo bien pero sin dar el paso, en el sexto se entretuvo con adornos y a la hora de torear se quedó sin toro.
La tarde del Cid, Fandiño y Mora fue un verdadero espectáculo. Se pudo ver al toro de Bilbao, la ganadería de Jandilla presentó un buen encierro en el que destacaron dos toros de notable alto, segundo y tercero. Una corrida con posibilidad de premio y que ya se lleva uno, repetirá en Vista Alegre. Tarde importante de Fandiño que por fin entró en Bilbao, pero que se queda aun en el recibidor, al igual que Mora, ambos debieron empujar más, tuvieron un toro cada uno para reventar Bilbao. Fandiño es un torero de verdad, su concepto es de oro puro pero no puede caer en la previsibilidad y la monotonía, quizá un adorno a tiempo siempre puede ayudar. A David Mora le pierde el querer ligar los muletazos, que no se basa en pegar pases en redondo porque se pierde la parte final del muletazo. Ambos tuvieron toros (más de uno bueno en dos tardes) para pasar del estatus de “toreros de feria”, hacer su “fajillo” y asegurarse vivir de esto.
Y llegó la tarde de El Juli, puerta grande de Vista Alegre que lo mantiene y lo ratifica como número uno del panorama actual. La corrida de El Pilar mantuvo la línea de la de Jandilla, aunque con algún altibajo. A El Juli le debían una oreja de su primera tarde, un apéndice que cobró de manera excesiva ya que pese a ser una faena rotunda inventándose al toro en la parte final, la primera fue un poco acelerada. Aun con ese pequeño detalle, a hombros salía un figurón del toreo. No ha sido la feria de Talavante, que no ha dado toda la dimensión que puede dar, pese a ello cortó una oreja. Juan José Padilla se encontró con el peor lote y con el que nada pudo hacer, aparte de recibir el cariño de la afición de Bilbao, un cariño y un respeto que ya se había ganado.
De la primera tarde de Ponce destacar su solvencia, nunca falla y continúa en su línea de ser el torero más importante de la historia. Se encontró con un toro de Juan Pedro que tuvo que inventarse y sostener. Una tarde en la que destacar al jovencísimo Saúl Jiménez Fortes. Valentía seca que le hizo entrar en Bilbao un año después de tomar allí la alternativa. Una cornada en el primer toro en la zona escrotal que le hizo entrar en la enfermería, sus ganas por salir al ruedo a por su segundo pudieron con el dolor y el drenaje que llevaba en la pierna. De nuevo a tragar paquete y un nuevo revolcón. La parte negativa está en la suma de golpes que a la hora de la verdad pueden pasar factura. Esa osadía, ese valor de Jiménez Fortes, desde la admiración propicia un debate.
Por debajo de lo esperado, casi una decepción la de Alcurrucén, pese a ello, se pudo ver a un Miguel Ángel Perera largo y templado hasta acabarse los dos (de tres) de Alcurrucén que se dejaron algo más, para después el acostumbrado arrimón que resultó más sereno y consciente que otras veces. Ponce y Fandiño se encontraron malos lotes, Ponce, homenajeado antes de arrancar el paseíllo por su 55 actuación en Bilbao, tiró de técnica para robar algún muletazo. Más complicado lo tuvo el de Orduña con dos toros con genio y con un sexto que desarrollo un cierto peligro.
A la espera de lo que ocurra hoy en la que cierra la Feria…
¿Triunfador?
Leonardo Hernández abrió la puerta grande con una faena perfecta de principió a fin, dos orejas y una más en el segundo toro.
¡Oiga que es un rejoneador!
¡Claro! Así está esto.
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