LLEGÓ PISANDO FUERTE LEONARDO HERNÁNDEZ, EL “CEJAS” LO INTENTÓ AÚN CON UN NOVILLO MANSO Y JOSELITO ADAME NO PROGRESA.
13ª corrida de la Temporada Grande en la Plaza “México”. Tarde fresca con un tercio de entrada en localidades numeradas.
Leonardo Hernández. Grana y negro a la andaluza. Salida al tercio / División de opiniones / 2 orejas, la segunda fuertemente protestada.
Arturo Macías. Burdeos y oro. Aviso y silencio / Silencio/ 1 oreja totalmente inmerecida.
Joselito Adame. Azul turquesa y oro. División / 1 oreja muy protestada.
2 TOROS DE FERNANDO DE LA MORA PARA REJONES, bien presentados y de excelente juego el primero que mereció el arrastre lento.
4 TOROS DE LEBRIJA, variados de pinta y lámina, el 1° fijo, de alta calidad pero falto de fuerza al fin, el 2° con un buen lado derecho, desperdiciado por Adame, el 3° blandeaba y se colaba, con peligro, el 4° debilucho y se quedaba corto.
Regalitos: 1 TORO DE MARRÓN, de buen estilo pero no a nivel de los de De la Mora.
1 TORO DE JORGE MARÍA, parecía emplazado por el tiempo en los corrales, resultó manso, posiblemente reparado de la vista y mereció banderillas negras, -poco conocidas en esta plaza-. Terminó en una Capea vulgar, pero como en todas las 13 corridas, el individuo que está en el palco de la autoridad cometió pifia tras pifia. Pesos: 521, 480, 470, 480, 522, 521, 478 y 470 kilos?.
JARDINERO DE SAN MATEO
En repetidas crónicas hemos estado señalando los graves problemas que acusa la fiesta brava. Ahora corresponde por las evidencias habidas, consignar que uno de los factores que está sumiendo a la fiesta brava en la capital, es la total incapacidad de las personas que han ocupado el palco de la autoridad. Hoy, para sólo señalar un caso, Ramos –El Invidente- se permitió obsequiar de su bolsillo varias orejas que sorprendieron no solo a los taurinos, sino a los que ocasionalmente van a la plaza que ahora fueron muchos.. Convengamos que cuando se presentan rejoneadores la concurrencia varía y aumenta el público femenino –atribuible a la presencia de Hermoso de Mendoza-.
Pero esta vez vimos cosas insólitas y verdaderamente penosas. Como con los 6 toros de la lidia ordinaria nadie había logrado triunfar rotundamente (fue muy protestada la dádiva de un apéndice a Joselito Adame) vinieron los regalos. Primero, Leonardo Hernández, quien había estado muy bien con el 1° y aceptable con el 2°, fracasando en ambos con la hoja de percal, en el de obsequio, sin nada sobresaliente pero matando en lo alto, se le concedió una oreja (y abroncó directamente al juez para que le concediera la segunda) por lo que el regalo fue de dos orejas.
Lo más ridículo se dio con el 8°, un toro que fue pitado desde su salida y que llenó el público el ruedo de almohadillas, pero al no poderse cambiar, aquello se convirtió en una capea. Por dos, tres pasesitos al esmirriado novillo, matando con una entera, El Cejas recibió una oreja.
Si pretendemos mejorar el espectáculo y no llenar de acusaciones a los anti-taurinos debemos comenzar por casa y más que conveniente sería revisar el reglamento y asegurarse que los miembros de la Comisión Taurina y de quienes dicen presidir, tengan los conocimientos mínimos y la independencia suficiente para permitir que se de un espectáculo digno y no las bochornosas escenas como las del día de hoy.
Leonardo Hernández, que hacía su presentación en esta plaza precedido de justificada fama como una de las tres grandes cartas del rejoneo en España, se enfrentó primero a “Petrolero”, negro, bragado, paliabierto, lució primero a Xarope, con el que partió plaza. Montó a Cairel, un bayo claro hermoso, la res mostró codicia y él lo templó con acierto colocando un buen rejón al estribo y luego con Verdi hizo un hermoso toreo a la grupa que continuó por casi una vuelta al ruedo. Convenció pronto a la clientela por su maestría y la belleza y alegría de sus cabalgaduras. Volvió con Xarope a poner banderillas cortas y luego al violín, con gran ovación. Puso un enorme par de la rosa y todavía se lució acercando su frente a la testuz del toro. Este empezó a quedarse y la faena se vino abajo al fracasar con varios pinchazos. Pese a todo la gente lo ovacionó hasta el tercio y el toro recibió honores de arrastre lento. Con el 4°, “Patas Blancas”, cárdeno, lo recibió con Burladero en la propia puerta de toriles, lo que ya había hecho Ventura aquí. También mostró codicia y buena presencia. Con Templario puso banderillas alegrando a la clientela, especialmente una al quiebro. Repitió sus cabriolas con Xarope, poniendo banderillas a dos manos. Humorista volvió para poner también la suerte de la rosa. El toro reculó en tablas y quizá precipitándose colocó un rejón de muerte caído y seis descabellos por lo que la concurrencia se dividió y algunas palmas se oyeron al arrastre del toro. Pero el de Badajoz venía por el triunfo y lo intentó con “Filibustero”, negro, entrepelado con el que se lució con un par al estribo. Repitió al quiebro y Xarope ofreció espectaculares cabriolas. Finalmente con Travieso, un bello tordo carbonero mató en lo alto y en la impresión de algunos logró un triunfo “sensacional”.
Arturo Macías se enfrentó primero a “Bucanero”, un entrepelado cinchado, berrendo en cárdeno, vuelto, de buena lámina. El toro era fijo y empujó en caballos aunque la suerte se prolongó. Quitó de frente con dos saltilleras, una rebolera y una brionesa que agradeció el respetable. Como muchos de sus colegas inició con un cambiado en los medios, un pase por alto y remató con uno del desdén. Se enfilaba al triunfo, pasándoselo bien por la derecha a mano baja y templada y bien rematado. El toro se cayó a más de que por la izquierda no tenía fuerza. Dio varios pases en redondo y alguna manoletina escalofriante. Falló al matar, primero con un pinchazo y luego concluyó con entera contraria oyéndose un aviso antes de que se entregara el animal.
Con “Corsario” un salinero salpicado, le dio dos largas de rodillas, pero el toro pronto comenzó a blandear, un picotazo del ilustre Meléndez y citó con el capote atrás para gaoneras, la res se le coló sin consecuencias y repitió el tumbo, dado que la res estaba al acecho. Algunos doblones y el toro se agotó, matándolo con media tendida y descabellos. También quería triunfo y vino el de regalito, “Dorado”, negro anovillado, que fue recibido con pitos del respetable, mostrando su mansedumbre. Nada con la vara y empezó el chacoteo, casi imposible de banderillar – con garapullos negrsos- y con la muleta El Cejas se vió solo voluntarioso. Resultó que lo mató con una entera, entregándose y de allá arriba, de muy arriba le concedieron una oreja. Salud!!
Joselito Adame con “Navegante” un bello colorado, rebarbo, bragado y paliabierto, trató de emocionar con dos largas cambiadas de rodillas, se le dio un picotazo y con la capa con la que muestra facilidad, en los medios, instrumentó chicuelinas ajustándose y una rebolera. Probó en tablas con algunos pases por alto y con la derecha dio los pases que merecía el animal a media altura dio la impresión de que en algún momento lo ahogaba. Sopló el viento y fue intrascendente lo que hizo con la izquierda. Los taurinos pensaron que estaba muy abajo del toro y lo pitaban . Mató mal con una entera desprendida y el toro fue levantado al intentar el descabello. Con su 2°, “Rivereño”, negro, bragado, astifino, pronto presentó problemas, no empujó en varas y Adame volvió a la suerte de banderillas pero esta vez no pudo lucir. La res era debilucha y pese a todo logró algunos derechazos con la mano abajo, el toro comenzó a quedarse corto y sólo le dio cuatro ayudados por alto para pinchar y luego cobrar entera caída, pero la charlotada había comenzado y se le concedió una oreja, fuertemente protestada.
Si nos atenemos a las credenciales de los dos toros de Don Fernando de la Mora lidiados hoy y a la faena cumbre de El Juli y la hazaña de Silveti, señores, tenemos un magnífico cartel para el domingo próximo y si se cambiase a la autoridad por persona solvente se haría el milagro.
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