Pepe Luis Vázquez. (Foto: Chapresto)
La tauromaquia está de luto. Uno de sus máximos exponentes se ha marchado para siempre. ¡Llora San Bernardo! ¡Llora Sevilla entera! ¡Llora España y América!
Ha muerto una de las más grandes figuras del toreo, pero su gloria en los ruedos siempre será inmortal.
Rafael Dupouy Gómez .- Caracas-Venezuela.-
El pasado domingo, 19 de mayo de 2013, falleció en su Sevilla natal a los 91 años de edad, un genio, un artista indiscutible que marcó historia en el mundo del toreo. Me refiero a Pepe Luis Vázquez Garcés, el decano de los matadores de toros, llamado el “Sócrates del toreo” por su inmensa sabiduría y técnica aplicada en la lidia de sus enemigos, convirtiéndose en un auténtico prodigio sevillano, miembro de una importante dinastía torera.
Nació el 21 de diciembre de 1921, en el barrio de San Bernardo (Sevilla). Hijo de Concepción Garcés García y del novillero José Vázquez Roldán, capataz del Matadero Municipal, quien logró transmitir sus conocimientos y afición al joven Pepe Luis y sus hermanos, también toreros, sobresaliendo, Manolo Vázquez. Posteriormente, un hijo suyo, con el mismo nombre de su padre Pepe Luis Vázquez, heredaría la pureza de su arte y estilo destacándose como un buen matador de toros.
Los toreros que más le inspiraron para convertirse en matador de toros fueron Juan Belmonte y Manuel Jiménez “Chicuelo”. Se vistió de luces por primera vez en Algeciras, el 18 de julio de 1937, en compañía de Antonio Bienvenida, lidiando becerros de Gallardo. El 5 de junio de 1938, debutó con picadores en Sevilla con “Manolete” y Manolo Calderón, toreando, nuevamente, reses de Gallardo.
Como novillero, en la Maestranza de Sevilla alcanzó triunfos extraordinarios en 1938. En siete novilladas, cortó nueve orejas, tres rabos y dos patas. Ese mismo año, se dieron a conocer las virtudes de dos grandes toreros que iniciarían una nueva época del toreo: Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” y Pepe Luis Vázquez.
En Madrid debutó el 13 de julio de 1939, lidiando novillos de Domingo Ortega, junto a Mariano García y Félix Almagro, quien recibió esa tarde una gravísima cornada que le causó la muerte, después de ser ingresado en la enfermería.
Con gran expectación y un lleno hasta la bandera, tomó la alternativa en Sevilla, el 15 de agosto de 1940, siendo su padrino Pepe Bienvenida, que le cedió el toro “Sabihondo”, de don Francisco Chica (antes de Braganza), actuando como testigo Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”. Pepe Luis, recibió una fuerte ovación dando una vuelta al ruedo en el toro de su alternativa. En su segundo enemigo, estuvo en torero, valiente y dispuesto. El público lo despidió con una fuerte ovación, dando la vuelta al ruedo, obligando a Pepe Luis a salir al tercio para agradecer la calurosa aclamación.
El 29 de septiembre de 1940, en la Feria de San Miguel, fue su primer gran triunfo en la Maestranza de Sevilla como matador de toros, al cortar dos orejas ante la ganadería de Enriqueta de la Cova. Pepe Luis toreó esa tarde con Luis Fuentes Bejarano y Pepe Bienvenida. Al sexto toro, el “Sócrates de San Bernardo”, le realizó una faena variada y muy completa que culminó con una colosal estocada.
Confirmó la alternativa en Madrid, el 20 de octubre de 1940, actuando como padrino Marcial Lalanda y como testigo Rafael Ortega “Gallito”. Marcial, le cedió el toro “Carmoneño”, de Bernardo Escudero. La corrida fue suspendida por lluvia en el tercer toro.
Encabezó el escalafón de toreros con más actuaciones los años de 1941 (68 corridas) y en 1942 (83 corridas).
El 18 de octubre de 1942, en la Plaza de Las Ventas de Madrid, cortó dos orejas a su primer toro de la ganadería de Antonio Pérez de San Fernando, en la despedida de Marcial Lalanda, quien cortó tres orejas esa tarde. Ambos toreros salieron por la Puerta Grande a hombros de la multitud. El tercer espada, Juan Mari Pérez-Tabernero, resultó herido y no pudo matar a ninguno de sus enemigos ese día.
El 25 de julio de 1943, toreando en Santander (España), recibió una gravísima cornada en la cara que le propinó un toro de la ganadería de Escobar, mientras se encontraba en la arena, después de perder el equilibrio cuando realizaba un quite. La cornada le afectó, dejándole secuelas en la mejilla, la nariz y la ceja.
La Duquesa de Alba, en sus años mozos, se enamoró de Pepe Luis Vázquez. Doña Cayetana, como apasionada aficionada de la Fiesta Brava, siempre acudió a verle torear. De su profunda admiración por el diestro sevillano nació su primer amor de juventud. Con el paso de los años se hicieron grandes amigos de toda la vida y se guardaron siempre mucho cariño y respeto.
En las temporadas de 1944 y 1945 actuó en México, alcanzando resonantes triunfos como el acontecido en la tarde del 17 de febrero de 1945, cuando le cortó las orejas y rabo a un toro de “Coaxamalucan”, en la Plaza de El Toreo, alternado esa tarde con Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” y el mexicano Luis Procuna.
El 25 de abril de 1948, en la Maestranza de Sevilla, estuvo fenomenal Pepe Luis Vázquez, cortándole las dos orejas a un toro bien armado en pitones con temible presencia de la ganadería de Villamarta, en la corrida que celebraba el Primer Centenario de la Feria de Abril. Actuó esa memorable tarde con Antonio Bienvenida, quien estuvo muy torero pero no tuvo suerte con la espada y Luis Miguel Dominguín quien cortó dos orejas.
El 27 de mayo de 1948, en la corrida de la Prensa, volvió a cortar dos orejas en la Maestranza de Sevilla ante toros de la ganadería de Tassara. Actuaron esa tarde Manolo Navarro y Manolo González, quien cortó una oreja a cada uno de sus enemigos.
El 19 de septiembre de 1948, en Valladolid, recibió una cornada en el muslo derecho, de suma gravedad.
El 1 de mayo de 1949, fue una tarde apoteósica para el torero de San Bernardo, cortando cuatro orejas en la Maestranza de Sevilla, ante toros de la ganadería de Tassara. Actuaron esa tarde con Pepe Luis, Manuel Álvarez “Andaluz” y Antonio Bienvenida.
Pepe Luis Vázquez, se convirtió en un torero excepcional de la escuela sevillana, digno sucesor de Rafael Gómez “El Gallo”, José Gómez Ortega “Joselito”, Juan Belmonte, Manolo Bienvenida y Manuel Jiménez “Chicuelo”. Fue apoderado por Marcial Lalanda y ayudó en sus inicios a Diego Puerta.
Se distinguió por su arte, conocimiento y técnica, transmitiendo en su toreo un sentimiento de pureza y gracia profunda sevillana. Compartió cartel muchas tardes con Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”. Inolvidables, soberbias y memorables fueron sus verónicas a pies juntos, su famoso y característico “cartucho de pescao”, sus naturales citando de frente con los pies juntos ligados con el pase de pecho y sus “kikirikíes”.
Según Filiberto Mira, en su libro “Cien Años de Toreo en Sevilla 1900-2000”, toreó en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, 52 corridas, 13 novilladas y 11 festivales, para un total de 76 actuaciones. Siendo superado en ese número de presentaciones en el siglo XX por Curro Romero y Manuel Jiménez “Chicuelo”.
Mi abuelo Florencio Gómez Núñez, tuvo amistad y admiró mucho al maestro Pepe Luis Vázquez. Cuando lo recordaba y se refería a él siempre me describía su excepcional manera de interpretar el toreo. Le pudo ver varias tardes y su apreciación sobre el famoso diestro sevillano era la de un torero de gran personalidad y sabiduría. Con el capote era magistral y con la muleta era solemne y portentoso, siempre demostrando con su valor sereno un temple, una seguridad y naturalidad, difícil de igualar.
Dedicatoria del maestro sevillano Pepe Luis Vázquez a Don Florencio Gómez Núñez. Año 1950. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El testimonio de su aprecio y amistad quedó plasmado en la dedicatoria que le hizo a mi abuelo Florencio, durante su visita a Venezuela. Allí expresó: “Al gran aficionado y estimado amigo Don Florencio Gómez, con un sincero y afectuoso recuerdo. Pepe Luis Vázquez.”
En Venezuela, se presentó Pepe Luis Vázquez, alternando con el mexicano Luis Procuna y el español Antonio Caro en el Nuevo Circo de Caracas, el 21 de enero de 1950. Se lidiaron esa tarde toros de la ganadería de Venecia (doña Clara Sierra) y la temporada fue organizada por el empresario Liberino González, quien confeccionó los carteles combinando toreros españoles y mexicanos.
Uno de los más resonantes triunfos del maestro de San Bernardo, fue en la corrida celebrada en la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, el 17 de mayo de 1951, alternando con los diestros Antonio Bienvenida y Miguel Báez “El Litri”, quien confirmaba su alternativa. Los toros pertenecieron a la ganadería de Don Fermín Bohórquez. Por cojear el cuarto toro, tuvieron que retirarlo y trajeron a un toro sobrero astifino de la ganadería de Castillo de Higares, de nombre “Misionero” que le correspondió a Pepe Luis Vázquez, siendo lidiado estupendamente por el torero de San Bernardo quien recordaba, esa faena, como una de sus mejores realizadas en Madrid. Esa tarde fue triunfal, porque los tres toreros que compusieron el cartel salieron a hombros por la Puerta Grande.
Pepe Luis Vázquez, se retiró en 1953 y reapareció en 1959, toreando en pocas ocasiones, siendo su despedida definitiva, el 20 de septiembre de ese mismo año en Las Ventas de Madrid, donde vistió de luces por última vez en compañía de su hermano Manolo Vázquez y Curro Romero.
En el año 1998, recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su destacada trayectoria como figura del toreo.
En el Romancero Taurino “Los Ángeles hacen palmas…” del poeta español Rafael Duyos, termina su libro con un poema dedicado a Pepe Luis Vázquez, ilustrado con plumillas de Antonio Ferrer, exclamando al final: ¡Los ángeles hacen palmas desde los palcos del cielo!
Rafael Dupouy Gómez ante la estatua del maestro Pepe Luis Vázquez ubicada frente a la Maestranza de Sevilla, España. Año 2011. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
La tauromaquia está de luto. Uno de sus máximos exponentes se ha marchado para siempre. ¡Llora San Bernardo! ¡Llora Sevilla entera! ¡Llora España y América!
Ha muerto una de las más grandes figuras del toreo, pero su gloria en los ruedos siempre será inmortal.
Descanse en paz ¡Maestro!
Yo tampoco tuve el placer de verle torear, pero como aficionado si se toda su trayectoria taurina desde sus inicios hasta su retirada definitiva el 19 de mayo de 1959 en Madrid donde es padrino de confirmación de Curro Romero y siendo testigo su hermano Manolo.
ResponderEliminarPero si tuve la suerte de visitarlo previa confirmación telefónica (a partir de las 12 de la mañana) en su casa de la calle Beatriz de Suabia en el popular barrio de Nervión.
Era una mañana de septiembre de 1989, la charla se desarrollo en un salón de la casa presidida por la pintura de un cuadro del torero. Durante cerca de esa hora que duro mi visita pude apreciar la gran categoría humana de este hombre que se oculta tras los cristales oscuros de sus gafas (secuelas de una cogida en Santander y que al final se convertiría en ceguera). Yo no lo conocía de nada, simplemente era un aficionado que sentía una gran admiración por él, sin haberlo visto torear nunca en directo, como así le indique en mi llamada telefónica. Su sencillez se puso de manifiesto de momento hasta el punto que mi notoria timidez fue desapareciendo y la conversación fue de lo más amena que jamás pude soñar.
Hablamos como es lógico de su etapa como torero, de Manolete, me habla más intensamente que de otros toreros, quizás por su trágica muerte, pero recuerdo que de quien me hablaba de una forma muy especial y con gran visos de admiración se pone de manifiesto cuando me habla de Pepín Martín Vázquez .
Me indicaba que no le gustaba el “barullo” que se mueve alrededor del mundo del toro, de que no asistía a la Real Maestranza incluso ni para ver a su hijo Pepe Luis.
Luis Carlos Peris se preguntaba ¿Algo más sevillano que Pepe Luis?
Pepe Luis ve cómo su vocación le nace pronto y está deseando que termine el horario de la escuela, que está situada al otro lado de la vía del tren, en el barrio de Santa Cruz para ir corriendo a casa por el callejón que había bajo el tendido ferroviario para coger el bocadillo de sardinas que le tenía preparado su madre…y los avíos de torear. Entre los avíos, una aparatosa cornamenta unida por un palo y que formaría el primer toro que se sometió al duende de José Luis, que entonces aún no le llamaban como después, Pepe Luis.
Para el Sr Peris, Pepe Luis Vázquez fue heredero de Chicuelo en el trono de Sevilla, desató el fervor desde su debut en plena Guerra Civil y está considerado el prototipo de torero sevillano.
Cantado por los más grandes poetas, sus obras de arte fueron comparadas con el Parque de María Luisa o con la mismísima Giralda, era corriente preguntarse si hay algo más sevillano que Pepe Luis Vázquez.
Mi más sincero pésame a la familia.
D. E. P.
Miguel Yagüe
Extraordinario artículo de D. Rafael Dupouy sobre la muerte del genial Pepe Luis Vázquez, sin lugar a dudas lo más interesante de lo mucho que he leído estos días.
ResponderEliminarDesconocía que la corrida de confirmación de alternativa en Madrid, el 20 de octubre de 1940 fuera suspendida por lluvia en el tercer toro.
Lo que no se es si el Sr Dupouy sabe que en esa corrida fue invitado por el Jefe del Estado Español D. Francisco Franco, Heinrich Himmier, personaje de triste recuerdo por sus numerosas órdenes de muertes.
Desconocía también esa admiración de la Duquesa de Alba, que por lo escrito del Sr Dupouy llegaba a algo más que a sus cualidades toreras.
También me parece justo reseñar el comentario del Sr Yagüe por lo que de emotividad tiene para un aficionado saludar y cambiar impresiones en la intimidad de la casa del torero.
Quiero también felicitar al director de este blog D. Juan Lamarca, por subir el 12 de mayo, otro gran artículo de D. José Utrera Molina, bajo el título “Sevilla, esencia española”.
Que sensibilidad y que hermosas palabras las escritas por el Sr Utrera Molina en ese día previo a su muerte, parece como si Dios hubiera puesto “gotas divinas” en el corazón humano del gran político español para que esa “divinidad” fuera llevada a la pluma para plasmar, lo que al final ha sido todo un cariñoso homenaje de amor y admiración a un torero ante lo que era una muerte eminente.
Gracias Sr Utrera Molina.
Ha todos, Rafael Dupouy, Miguel Yagüe, Juan Lamarca y José Utrera Molina mi saludo más afectuoso.
Donato Tarré
Sr. don Rafael Dupoy, Sr.don Miguel Yague y Sr. don Donato Tarré.
ResponderEliminarLo más sensato en estos casos fueron, las palabras que pronunció, el monstruo de Córdoba, después del homenaje de los intelectuales en Lardy, gracias, gracias, gracias. Pero estas tres gracias, dedicadas en este caso a estos tres señores, por un hijo de Pepe Luis, que se os escribe, habría que añadir, la herencia humana, de INFINITO, valor que nos dejo mi padre, ¿Cómo os podemos pagar a tantas personas, la semblanza maravillosa que hacéis sobre el? Este patrimonio humano, de aficionados de todo el mundo, no tiene precio, espero estar a la altura del apellido, correspondiendo, como el hizo y vosotros lo merecéis,
Lolo Vazquez