"...Cuando Zidane gane la Champions como entrenador, que no se le ocurra decir que empezó en la Segunda B española..."
Zidane y la mediocridad
29 de Octubre de 2014
Con lo que no contaba Zinedine Zidane es con la mediocridad, "lo excelente para los mediocres" si parafraseamos a Joseph Joubert, ensayista, moralista y compatriota de Zizou, probablemente uno de los quince o veinte mejores futbolistas de todos los tiempos. Zidane contaba con el problema, que él convirtió en un reto, de arrancar en el Castilla su sueño de convertirse en entrenador. Contaba con la dificultad añadida de hacerlo en la Segunda División B y en un Grupo, el II, que emparejó allá por el mes de julio al filial del Real Madrid con una mayoría de equipos vascos y navarros, ocho en total. También contaba con lo que supondría la presencia del hombre de La Novena en los campos de Sestao, Amorebieta o Barakaldo. Todo lo tenía calculado Zidane, todo menos la mediocridad.
En cualquier otra Liga del mundo se aprovecharía la presencia de un ex futbolista de la dimensión universal de Zidane en una categoría como nuestra Segunda B para promocionarla por todo el mundo: "Fíjense que bien hacemos aquí las cosas que un ex campeón mundial y europeo con Francia está dispuesto a ganarse los galones contra el Trival Valderas de Alcorcón o contra la Sociedad Deportiva Leioa en vez de irse a la Liga de su país, en la que le lloverían las ofertas y sería recibido con una alfombra roja y en loor de multitudes". Aquí no, aquí se le denuncia. Zidane, el autor de uno de los goles más bellos de la Copa de Europa, es el denunciado, y un señor que posa con la bandera del Barça y que se define como el nuevo Quijote es el denunciante.
El trasfondo de la denuncia del barcelonista Miguel Galán, que luego apoyaría solidariamente el sobrevalorado Paco Jémez, es que todos somos iguales. Pues no, no lo somos. Ni siquiera lo somos ante la ley como para serlo en el fútbol. Por muy pronto que se levante Galán a estudiar fisiología del esfuerzo y biomecánica deportiva y muy tarde que se acueste empollando táctica, estrategia y sistemas de juego del alto rendimiento, siento tener que desengañarle desde aquí y decirle que no, que no, que no, que de ningún modo es él igual que Zinedine Zidane cuando de fútbol se trata. Tampoco hay que ser demasiado listo para deducir de las declaraciones de este caballero que su denuncia está cortada por el patrón de un antimadridista de libro. Gloria momentánea para Galán, que hasta ha logrado salir en Le Parisien, y parón circunstancial en la carrera de Zizou, que pese a la mediocridad llegará bien alto... también desde los banquillos. Cuando Zidane gane la Champions como entrenador, que no se le ocurra decir que empezó en la Segunda B española.
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