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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 7 de abril de 2012

Se abre la Puerta del Príncipe / Por Antonio Lorca



Domingo, 8 de abril de 2012
(Domingo de Resurrección)
Toros de Juan Pedro Domecq
Morante de la Puebla 
José María Manzanares
 Daniel Luque.

Se abre la Puerta del Príncipe

Por Antonio Lorca

Sevilla, 6/04-2012
El domingo 8 de abril se abren las puertas de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla para que aficionados y espectadores entren a tropel, asistan al paseíllo inaugural de la temporada y se sacudan, -si los hados benignos de la tauromaquia así lo tienen a bien-, las telarañas de meses de ayuno y malos augurios.

El Domingo de Resurrección, Sevilla viste de nuevo sus mejores galas, inicia su particular añoranza religiosa sobre las cofradías y convierte el Paseo de Colón en la carrera oficial que desemboca en la santa iglesia catedral de toreo, también conocida como la Maestranza.

El cartel, como cada año por primavera, de lujo: toros de Juan Pedro Domecq, para Morante de la Puebla, José María Manzanares y Daniel Luque. Y los ánimos, por todo lo alto; tanto es así que está garantizado el lleno en los tendidos y que volverá a lucir el deseado cartel de ‘no hay billetes’.

Lo más bonito de este día sevillano es que, después del íntimo recogimiento de la Semana Santa, la ciudad se engalana de alegría, se pone guapa y parece como si recobrara su ilusión por la fiesta de los toros. La Maestranza se viste de limpio, enjalbegada toda con ribetes de amarillo albero, y se dispone a ser escenario de una de las más bellas expresiones artísticas del ser humano. Una mezcla de colores y sensaciones es la antesala del pasodoble ‘Plaza de la Maestranza’, cuyas notas nos devuelven a recuerdos eternos y acompañan al primer paseíllo mientras los cuerpos se acomodan en los angostos tendidos y las almas se reconfortan ante el grandioso espectáculo que, al menos, en el deseo, está por llegar.

Después, solo instantes después, será lo que tenga que ser, y el festejo habrá colmado o no nuestra esperanza, pero nadie podrá hurtarnos la felicidad que entraña la ilusión. Esa y no otra es la gracia del maestrante Domingo de Resurrección sevillano, un suceso que hay que vivir alguna vez para gozar de un edificio de una belleza sin par, de un gentío guapo y de una fiesta que es un crisol de destellos inolvidables.

Así es Sevilla, su Maestranza y la tauromaquia hecha carne en esta tierra singular.

¡Qué pena que la realidad se empeñe en destruir los sueños…!

Después del fogonazo de la corrida inaugural, un paréntesis hasta el viernes 13, día en el que una novillada de Fuente Ymbro será el primer festejo de un ciclo continuado que se prolongará hasta el domingo 29, en el que los toros de Miura pondrán el broche a la Feria de Abril.

Los carteles no son atractivos; quizá los menos buenos de los últimos años. José Tomás insiste en su negativa en volver a Sevilla, de la que se despidió hace 10 años; y no estarán ni El Juli, ni Miguel Angel Perera, ni Curro Díaz, entre otros. Y lo peor, abundan las combinaciones carentes del mínimo interés.

Pero esa es la oscura y tenebrosa realidad que han creado los taurinos. Mejor que nos quedemos con el sueño: el domingo se abre la Puerta del Príncipe para que entren por ella los que ansían la emoción, y puedan salir a hombros de la gloria aquellos privilegiados que sean capaces de traerla al mundo.
***
Sevilla toro.com

1 comentario:

  1. Todo muy bonito lo escrito por Antonio Lorca, pero bajemos a la tierra y llamemos a las cosas por su nombre.

    Ni la Maestranza es la santa iglesia catedral del toreo, ni de íntimo recogimiento durante la Semana Santa se puede catalogar a la mayoría de los sevillanos.

    ¿Cómo se vive en Sevilla, la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo? digo Sevilla que es mi tierra, como pudiera decir otra ciudad de Andalucía, de la forma más opuesta de cómo debiera de ser. Esto aunque moleste es la autentica verdad.

    Volviendo al tema que nos ocupa, Sevilla dejo desde hace tiempo de tener ese sabor taurino que se respiraba por los lugares típicos de la ciudad, hoy hay mucho listo que los escuchas hablar de toros y parecen que han vivido esto desde los tiempos de Joaquín Rodríguez "Costillares" o "Pepe-Hillo". Eso en la calle, pero en la plaza ocurre otro tanto de lo mismo, excepto como es natural el viejo aficionado que como los buenos vinos guardan su solera, a esos si da gusto de oírle.

    Este año será el primero que veré la feria por TV, la salud gracia a Dios está bien, pero la ilusión no.
    Me he pasado toda mi vida de aficionado con la ilusión de presenciar lo que más me ha gustado en la vida, pero ya no merece la pena, no hay toro y sin eso no hay emoción.

    Me alegro por los pobres de espíritu que ellos serán felices con media verónica de Morante y cualquier otra cosita carente de importancia. Buenos aficionados ¡¡Si señor!!.

    Cipriano Martín

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