"...Desde la atalaya que me ofrece mi avanzada edad y aún consciente de mi insignificancia, pido al Gobierno que derogue de una vez y para siempre la ley de la memoria histórica; una norma legal que resucita y alienta los viejos odios olvidados y nos ponen otra vez al borde de las trincheras, cuando la memoria de unos languidece y la de otros se alimenta de fantasías inaceptables llenas de rencor y de odio. Dejemos a los muertos..." que reposen en paz
La Memoria Maltratada
Por José Utrera Molina
10 de julio de 2013 (Artículo publicado en ABC)
«Mientras esa ley tan injusta como innecesaria siga en vigor, los españoles están condenados a ver, una y otra vez, la cara de un bando y la del otro»
LA memoria es siempre un ámbito repleto de peligrosidad. Si se inclina al pasado, sus relieves son, en ocasiones, estimulantes. Si se prende en las horas trémulas del presente, corre el riesgo de caer en una dramática contradicción. La memoria es un gran espacio siempre respetable pero en ocasiones, bien nuestra fantasía o acaso también, nuestro recuerdo, adquiere un perfil difuso y también contradictorio. Yo me quedo con la memoria del pasado, con todas sus notas negativas, pero como una ventana abierta al sol de abril cuando amenazan próximas las oscuridades de los meses nuevos. La memoria te devuelve en ocasiones la alegría, ves con tus ojos figuras que parecían haber desaparecido y que, sin embargo, por obra de Dios, están todavía en tu mente palpitando en tu propio corazón. Hay memorias tan vivas, tan vibrantes, tan consoladoras que merece la pena haberlas vivido porque nos transportan a lugares que creíamos que el tiempo había hecho desaparecer y recobran su apostura, su vigor y su fuerza. La memoria nos sirve para vivir, más que para atormentarnos, y si en ese gran espacio tiene asiento la esperanza verdecida, que sacude los músculos del alma y ofrece mayor fuerza a nuestra existencia, quizás con mayor razón.
En un intento infame de prostitución histórica sin precedentes, navegan aún por los espacios legales, sin que el actual gobierno del Partido Popular haya hecho lo más mínimo para eliminarlos, los pliegos verdaderamente sectarios, injustos y peligrosamente iconoclastas de la llamada ley de la memoria histórica. Advierto que los españoles no podremos vivir una plena reconciliación mientras esta ley esté en vigor, ya que criminaliza a los que un día fueron vencedores y menosprecia a los vencidos con el hedor sectario y manipulador que impregna todo su texto.
Mientras esa ley tan injusta como innecesaria siga en vigor, los españoles están condenados a ver, una y otra vez, la cara de un bando y la del otro, cuando todo tendría que ser ya tumba, recuerdo de grandezas y olvido de miserias.
Yo tenía nueve años cuando en los primeros meses de la guerra vi pasar delante de mi casa aquellas interminables caravanas para escupir, mancillar y hacer cosas peores a los cadáveres que se amontonaban sin cesar. Nadie me lo ha contado, lo viví con ojos estremecidos y asombrados y ya por entonces, doloridos de lo que estaba presenciando. Y también soy consciente de los muchos fusilamientos que después se produjeron en la Málaga liberada, en los que sobró injusticia y faltó generosidad.
Pasaron los años. Allí cerca había una inscripción que recordaba el holocausto de muchos mártires. Las autoridades actuales lo destruyeron y ya habíamos pasado la etapa en la que unos y otros españoles sentían aún en sus venas la tragedia de la guerra civil. Yo tuve constancia humana, directa y personal de aquél drama que partió en dos mi familia. Por una parte, quien era Coronel inspector de la Legión española en Ceuta, fue destituido de su cargo por su condición republicana. Mientras, en Cartagena, un hermano suyo y de mi madre, Comandante de la Guardia Civil, era fusilado y posteriormente macheteado sin piedad por un grupo de milicianos. Podría contar muchas cosas de uno y otro bando pero la memoria me ha ayudado a sepultar aquellas desagradables escenas para abrir una etapa de paz en mi conciencia, olvidar lo innecesario y alejarme metafisicamente de aquellos que quieren empeñar su vida en derribar monumentos, estatuas y lapidas de los que dieron su vida por España.
Desde la atalaya que me ofrece mi avanzada edad y aún consciente de mi insignificancia, pido al Gobierno que derogue de una vez y para siempre la ley de la memoria histórica; una norma legal que resucita y alienta los viejos odios olvidados y nos ponen otra vez al borde de las trincheras, cuando la memoria de unos languidece y la de otros se alimenta de fantasías inaceptables llenas de rencor y de odio. Dejemos a los muertos que reposen en paz. Dejad de mancillar sus esqueletos. Dejad que las horas malditas de una España dramáticamente escindida se borren rápidamente. Que se destaquen por igual los hechos heroicos de las dos Españas, que vuelvan a su cabalgadura las viejas estatuas, al tiempo que se respeten las levantadas recientemente, en recuerdo y homenaje a aquellos que, con razón o sin ella, ofrecieron lo mejor de sus vidas por la España en la que creían.
Las horas del verano se acercan, la primavera está gritando su término, pero entre flores y rastrojos levantemos una oración de unidad, de fraternidad y de concordia.
Estimado y apreciado Don José, desde la admiración y respeto que me merece usted, sus apellidos y su innegable condición patriótica al servicio de España, me permito dirigirme a usted después de leerle su artículo de ABC que a tenido a bien colgar en este blog Don Juan Lamarca.
ResponderEliminarAntes de nada considero indispensable desnudarme ideológicamente ante usted para que conozca mucho mejor mí perfil político.
Yo soy una persona de 72 años, luego quiere decir que soy algo mayor pero evidentemente no tanto como usted, No se si eso puede influir en la forma de ver las cosas o pueden ser otras circunstancias las que me llega a estar un poco en desacuerdo con usted, (menuda osadía por mi parte) pero mi derecho de libertad de expresión me lo permite.
Yo pertenecí a el Frente de Juventudes en la década de los 50 y gran parte de los 60. De aquel adoctrinamiento político que vivimos muchos jóvenes españoles sacamos grandísimas ideas para convertirnos en el futuro en personas de bien dentro de una sociedad española en donde teníamos que labrarnos un futuro decente.
Es obvio que a mí personalmente como a muchos jóvenes de la época influyo de manera destacadísima el condicionamiento ético y humano de nuestros padres.
En ese Frente de Juventudes, era muy importante la educación política en el espíritu y doctrina del Movimiento, la educación física y deportiva. La colaboración en la formación cultural, moral y social fue fundamental para la buena educación religiosa.
Esta educación religiosa influyó de manera muy notable en mi forma de ver, pensar y sentir, y quizás por eso es por lo que estoy en desacuerdo en parte, con su artículo.
Pedirle al Gobierno que derogue la ley de la memoria histórica, es con todo mi respeto hacia usted, dejar huérfanos a otros españoles que también quieren saber, y eso para mí no significa odio.
Últimamente se está viendo una aireada y subversiva reacción del progresismo patrio, que puede llegar y con razón a pensar que el odio esta presente entre unos y otros, tan españoles unos como otros y tan válidos unos pensamientos como otros.
Por eso pienso que es muy importante desmascarase de ese fanatismo que solamente quiere ver lo que nos interesa, y mirarlo todo bajo el sentido de la fe y el prisma de Dios. Y pensar que todos en las distintas ideologías merecen ser considerados hijos de Dios y con todos los derechos.
En estos momentos por los que está pasando España, con casos escandalosos de corrupción por parte de los de izquierdas y de los de derechas, se pone de manifiesto que de todo hay en un bando y en otro, por tanto a mí me gustaría saber quien son los malos y quienes los buenos.
El otro día leía en este mismo blog el comentario de María del Mar Herrera, en donde decía unas frases de una persona a la que le tengo una gran estima como es Don Eduardo García Serrano, y en honor a la verdad no le daba crédito a que esas palabras salieran de su boca, pero ya veo que el mejor escribano puede echar un borrón.
Por eso dije anteriormente que la educación religiosa influyó mucho para mí en la horas de opinar sobre ciertas cosas, y que no me puede cegar para nada mi condición de persona de derechas, el cambiar mi chip de objetividad sería traicionarme a mí mismo.
Cordiales saludos
César Rivera
No cre que esté en los planes de este gobierno, supuestamente de derechas, en derogar la Ley de memoria histórica que tan elegante y razonadamente propone don José Utrera Molina. Jamás el Partido Popular, a su llegada al poder en cada mommento, echó para atrás ninguna Ley del gobierno socialista a la que se hubiera opuesto en el Congreso de Diutados o, incluso, contra la que hubiera interpuesto un recurso de insconstitucionalidad. Particularmente creo que debiera suprimirse esta norma basada en el odio y la revancha desde la torcida mente de un nefasto gobernante como Zapatero, si pretendemos que se olviden los errores de los dos bandos enfrentados durante la guerra civil. Sinceramente no veo ningún sentido cristiano en la aceptación de esta ley y menos en la actitud de los políticos del partido Popular donde aceptaron gustosamente la aprobación de una norma donde se dice que sus padres fueron unos asesinos. Pero que se va a esperar de gente así que continúan la política socialista de rendición ante la banda terrorista de ETA que asesinó, y de que forma, al concejal del PP,Miguel Ángel Blanco, o a M. A. Ordóñez. En fin que esto no tiene arreglo y somos prisioneros de la dictadura democrática que asola a España.
ResponderEliminarQue disfruten de este hermoso día de verano y pelillos a la mar. Un buen día para volver a llevar flores al cementerio.
Salustiano Sancho
Dieciséis años sin Miguel Ángel Blanco. Hoy se cumple esos años de aquel bárbaro asesinato a sangre fría del joven concejal del Partido Popular de Ermua.
ResponderEliminarEl espíritu de Ermua sigue vivo 16 años después del vil asesinato y los homenajes se multiplicaran por toda España, por la Memoria, la Dignidad y la Justicia.
He dicho en primer lugar por la “Memoria”, precisamente por lo que el Sr Utrera Molina, le pide al gobierno que derogue de una vez y para siempre la ley de la memoria histórica.
Soy un español de 39 años, seis menos de los que tendría hoy Miguel Ángel, si aquellos malditos asesinos no hubieran obrado con aquella cobardía propia de esa banda de indeseables que componían ETA.
Desde siempre me ha gustado oír o leer lo dicho o escrito por personas mayores y bien documentadas, pues me ha gustado beber en esa fuente de sabiduría que dan los años y la experiencia acumulada por los quehaceres realizados al servicio de la sociedad.
De esto es santo y seña D. José Utrera Molina, su dilatada vida política como ministro en el gobierno de Franco, consejero nacional por la provincia de Málaga durante cinco legislaturas, sus numerosos artículos publicados le avalan como una persona de un gran nivel intelectual. Por lo cual siempre es tenido en cuenta sus destacadas opiniones.
Una vez dicho esto, tengo que decir que estoy en absoluto acuerdo con el primer comentario de D. César Rivera, y algo menos por lo escrito por D. Salustiano Sancho. Me explicare, ¿Por qué emplear la palabra odio?, si a mí me da la sensación que el “odio” está repartido por casi todos, o no vemos en los propios medios de comunicación como se manifiestan unos y otros, atacando y de que manera al del signo opuesto ideológicamente de cómo piensa cada periódico, radio o TV.
Como muy bien decía el Sr Rivera, “Quien son los malos y quienes los buenos”.
Por último recordarle Sr Sancho, que muchos les gustaría de llevar flores al cementerio, pero desgraciadamente para esos españoles y españolas aun hoy no saben donde están sus muertos, si esos muertos que en una incivil guerra murieron de un lado y de otro.
Saludos respetuosos para todos en este aniversario de la absurda muerte de un buen español que no le hizo mal a nadie y que le segaron la vida en plena juventud.
Javier Rapallo
P. D. Miguel Ángel Blanco, y todas las víctimas de ETA siempre en el recuerdo.