Extraña pareja de baile
"...Sin toro, sin rivalidad, sin exigencias de un público entregado e iconoclasta, más rural y menos sutil pero tan romancero como -por ejemplo- Sevilla, estos encuentros, anunciados en la cumbre, no pasan de ser -la época es propicia- torneos de verano..."
Por el humo se sabe donde está el juego
Pedro Javier Cáceres
Valencia. Feria de julio 4ª y 5º... anunciados mano a mano fue un reclamo que casi llenó la plaza las dos tardes, pero del mano a mano a la...
MONA A MONA
Se fue El Juli a la puerta de chiqueros, segundos después del minuto de silencio por las víctimas del accidente ferroviario y casi sin romper el paseíllo.
Buen indicio. De El Juli se espera eso y más. Y lo dio, pero huérfano de toda rivalidad: tanto humana como animal. Como el campeón mundial de los pesados haciendo sombras o pegándole al saco terrero.
Se justificó, en figura, con ese primero rajado, a base de aguante y firmeza, inseguro con la espada pero el esfuerzo y la declaración de intenciones valió la oreja.
Entró en el 2º en quite, el único de la tarde, no replicó Manzanares, y a partir de ahí empezó con el sobrero a salir "la mona" y lamentablemente lo que se esperaba: cada uno por su lado o cada "loco con su tema".
El Juli haciendo bandera de su incontestable poderío, raza y amor propio, ante animales que pedían ONGs.
Otra oreja, sobre esos cimientos, le cortó al 5º tras una estocada atrás y abajo previo pinchazo.
Trofeo que paseó pero del que no hizo uso para salir en hombros ¡elocuente!...la dignidad de la figura y la viñeta -sin palabras- que editorializa el fiasco.
Hubo un gran toro, el 4º (Garcigrande -la corrida llevaba los dos hierros de la casa-) y la plástica y estética de Manzanares iban y venían en un mar de deficiente estructura, ahora oleaje, ahora marea baja, siempre con la impronta de su particular tauromaquia que cada vez más empieza a ser contestada ante la ausencia de triunfos rotundos soportados en faenas macizas. Le cortó una oreja, de esas de ITV.
Si el sobrero fue "becario de toro", el 6º fue una broma de mal gusto.
Sin toro, sin rivalidad, sin exigencias de un público entregado e iconoclasta, más rural y menos sutil pero tan romancero como -por ejemplo- Sevilla, estos encuentros, anunciados en la cumbre, no pasan de ser -la época es propicia- torneos de verano.
Pasó ayer, con algo más de identidad y con toro más adecuado a la categoría de la plaza. Pero de mano a mano, "nasti de plasti"....
...Y VERSO A VERSO
Pero sin componer soneto.
Por un lado la lírica melancólica, vía Sevilla y por otro la trova fresca e improvisada, con acusadas desigualdades -incluso a veces trovador otras trovero, parece igual pero no es lo mismo-, vía Extremadura que ni siquiera convergieron hasta Talavera, nudo de comunicaciones.
Desde la estación de origen, cuando se anunció el "duelo", cada tren, el del poeta y el del trovero, fueron a su marcheta particular.
Juegos florales en seis actos, cuasi distintos, ni siquiera tres a tres.
Bécquer y Ausiàs March, o Pablo Milanés, o Ramonet según las musas inspiraban a un Talavante con deseos y ambición de triunfo.
Pero al menos, ayer, hubo algo de fundamento, no en el espíritu de mano a mano, sí de corrida convencional con dos figuras ¿por qué no tres?
También hubo algo de "tupper" (self service) que descafeína la competencia.
Cada torero llevó su lote. Todos con presentación digna.
Morante optó por Juan Pedro y no acertó, o no hubo suerte.
El esfuerzo en prosa de un poeta hizo componer una obra en el 5º, que no fue toro excelso y con excesiva y evidentes querencias, de menos a más que le valió al torero para probar su fondo -que no es poco, pese a su tímido prodigar- y satisfacer a un público ávido de "arte" donde la belleza del embroque es, para su legión de partidarios, como el parchís cuando haces una y se cuentan veinte sin reparar escrupulosos en el nudo y desenlace -remate- del muletazo o de la serie.
La oreja provocó un leve disenso que da un plus de valor al alza de lo hecho por Morante; quizá, hoy por hoy, el único torero (fuera a parte JT) con partidarios, muchos e incondicionales a los que la brevedad en toros no aptos, como sus dos primeros, se le agradece.
Talavante eligió Victoriano del Río, y dentro de la desigualdad de juego del lote, excelentemente presentado, acertó.
Su primero fue el toro de la feria y el sexto tuvo su importancia.
Bien Talavante de disposición y entrega. Buscando siempre el temple lo consiguió a veces. Otras improvisó y alternó suertes variadas y vistosas.
Dentro de un tono bueno y con continuos deseos de superación el balance de oreja y oreja, con el que sí salió en hombros, se antoja parco para la condición de esos dos toros.
En el cuarto estuvo por encima, y es un dato que avala sus intenciones sinceras de triunfar.
No fue mal espectáculo. Pero ¡oiga!, se anunció mano a mano y no hubo un solo quite... ¡ni siquiera cada uno en los suyos!
Háganselo mirar, lo del abuso de los manos a manos, no vaya a ser que el personal piense que con la crisis los cachés acostumbrados, ahora inasumibles, se compensan matando un toro más, se anuncia mano a mano y al final la publicidad suena entre "estampita", "nazareno" o "toco mocho".
Mejor, corrida de dos toreros. Que además conlleva que no hayamos visto a Perera, que Fandiño actuara vía sustitución, que Castella estuviera desubicado de su hábitat natural...etc, etc...¿El trile?
Y no ha hecho más que empezar el baile de los menos a menos, las monas a monas, el momio a momio o -como mucho- el verso a verso.
Por el humo -vendido- se sabe donde está el "juego".
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