"...Cuatro sombras, al menos, en los de 2013 : el chupinazo retrasado, el raro rechazo de los cebaditas, el tapón de corredores del penúltimo día y algunas entradas que sobraron. Pero en primera línea mundial, como siempre..."
Sanfermines con sombras
Ricardo Díaz-Manresa
Sí las tienen. Empezaron con el rechazo de los cebaditas (pronóstico grave). Después con la izada de la ikurriña para fastidiar el chupinazo (pronóstico muy grave). Más tarde con el barullo de orejas, con las estupideces de los presidentes y con lo que le gusta a los pamplonicas en el ruedo (pronóstico… previsto cada año). También con el petardo del tapón en el encierro del penúltimo día (pronóstico bastante grave) y nos enteramos de que ha bajado un poco la venta de localidades aunque no se ha notado salvo muy ligeramente en las taquillas (pronóstico leve…de momento).
Más de una sombra dentro de tantas luces que tiene esta fiesta universal y que ya canté en “El mejor spot taurino del mundo”). Pero los periodistas deben contarlo todo.
El rechazo de los cebaditas fue muy raro. Nada menos que 27 años seguidos yendo a Pamplona, creo, y triunfos varios como la mejor ganadería, incluída la Feria del Toro del 2012 que recogió en estos sanfermines su hijo Salvador, con el disgusto de no haberle dejado lidiar en Pamplona. O sea, estuvieron los ganaderos valientes y elegantes, dando la cara.
No entiendo tampoco que una ganadería como la de Salvador García Cebada, que ha cuidado y elegido sus toros para Pamplona con tiempo, como cada temporada, no tenga seis aptos para sanfermines. Es un varapalo tanto moral porque saben lo que significa esto para un ganadero : menudo golpe al prestigio y menudo disgusto. Y golpe económico porque también sabe todo el mundo lo bien que pagan en Pamplona.
Yo soy partidario de que se cumpla ley, para todos y siempre. Los Cebada han estado –repito- elegantes : incluso han reconocido que se equivocaron al mover tanto los toros en la finca, ya que perdieron más peso del normal. Aceptan el varapalo y en 2014, si Dios quiere, estarán ahí, como siempre. Es como los Miura en Sevilla e incluso en Pamplona. Si los cebaditas no están San Fermín no es San Fermín.
Tampoco soy veterinario ni experto en reconocimientos, pero he leído atentamente el acta en que se justifica el rechazo de 9 y la aprobación de 2 y no lo entiendo muy bien, pero ahí están los datos para el que se quiera acercar a analizarlos.
Lo que se analiza y no se entiende es que cuatro desalmados con la colaboración de los habitantes de los pisos pudieran colocar una ikurriña delante de la fachada del Ayuntamiento. La casa consistorial a tope con balcones incluídos, abajo no entraba ni un afiler como siempre para el chupinazo, habría vigilancia –es un suponer- y resulta que no los vio nadie, no lo impidió persona alguna y encima tardaron mucho las fuerzas del orden en quitarla. Los etarras consiguieron su objetivo : 20 minutos de retraso para el famosísimo y universal chupinazo. Y, lo de siempre, su único y gran objetivo, que todas las televisiones, radios y medios informativos estuvieran a sus pies, dándoles todo el tiempo y sitio del mundo. ¿Cuándo mis colegas, si es que tienen sentido común alguna vez, les darán el espacio y el tiempo justos y necesarios a estos actos terroristas y no el tratamiento de gran acontecimiento?. Tampoco he leído que detuvieran a los delincuentes. Vale todo. Hasta el año que viene. Que hagan lo que quieran. Como en San Sebastián, que se quedarán sin toros por desgracia sin gracia de Bildu aunque son minoría. Gran sombra en sanfermines esta triste historia.
En cuanto a lo del tapón del encierro del penúltimo día, con los Fuente Ymbro, un fallo de organización paradójicamente del encierro más y mejor organizado del mundo, con la dichosa puerta que se cerró y dejó el paso a la plaza a medias por la prevista y no solucionada avalancha. Estos tapones los veíamos con frecuencia en el famoso No-Do, pero eran diferentes porque caían los que venían corriendo delante de los toros, que no les hacían caso y superaban el montículo. Arreglaron el problema ensanchando el callejón que da acceso a la plaza desde Telefónica, ese trozo de túnel. ¿Solución? Que estén abiertas las puertas que deben estar y cerradas las otras. Y antes, igual que echan a los presuntos corredores que no están en condiciones, que aparten del circuito a los primeros caraduras que quieren entrar gratis a la plaza y que “corren” en cuanto oyen el cohete. Cortar en algo la masificación de jetas. Menos mal que el capotillo de mi San Fermín es maravilloso.
Lo del barullo de orejas, sí y no, tiene poco que analizar. Ha sido siempre así, sigue siendo y así seguirá. Son las orejas de Pamplona, a las que nadie hace caso. Y, cuando son de verdad, tampoco desgraciadamente.
Y, como final, lean esto cuando todos hemos resaltado la renovación masiva de abonos. Lo ha escrito Del Moral :
“Por lo que respecta a los aspectos económicos, a las corridas de San Fermín de 2013 fue más gente de la que algunos temían acudiesen, aunque muchas tardes hubo huequitos, en casi todas la reventa perdió un dineral y los propietarios de más de dos abonos se las vieron y desearon para colocar boletos sobrantes. Muchos los rechazaron incluso regalados. En esto fue lo mismo que pasó en las corridas isidriles de Madrid”.
O sea, una heridita de pronóstico leve, espero que pasajera.
Y que se den cuenta de que los etarras lo único que hacen es joder la fiesta universal. Que lo impidan.
Y que arreglen el fallo de este año en el encierro y que, naturalmente, vuelvan los cebaditas y triunfen una vez más.
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