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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 20 de junio de 2014

Las verdades del barquero Xabi Alonso / por Juan Manuel Rodríguez


"...Si yo fuera integrante del equipo técnico del seleccionador se me caería la cara de vergüenza al comprobar cómo tiene que ser un jugador el que cante las cuarenta de lo que realmente ha sucedido. Pero no existe ese peligro.::"

Las verdades del barquero Xabi Alonso
  • Aún le queda por lamer al periodismo deportivo un centímetro de la suela del zapato de Del Bosque. Gracias a Dios no parece que Alonso vaya a ser de esos. Tras las fanfarrias de la víspera, en la que nos íbamos a comer a Brasil, Alemania, Inglaterra, Argentina y Holanda por los pies, 

20 de Junio de 2014 
De vez en cuando se agradece que alguien diga la verdad. Xabi Alonso, que es un verso libre, dice lo que piensa cuando le viene en gana y ese carácter suyo, ese modo de colocar a todo un colectivo delante del espejo, es precisamente el que tanto a él como a su amigo Álvaro Arbeloa le ha traído más de un problema y más de dos con la facción que dirige el qatarí Xavi Hernández. Era muy llamativo escuchar cómo Xabi, que como digo no pregunta nunca qué debe decir o qué no, ponía los puntos sobre las íes del naufragio español en Brasil mientras Iniesta silbaba El Puente sobre el río Kwai al tiempo que echaba balones fuera, nunca mejor dicho. A mí, de entrada, el "es su opinión" de Andrés me supo a "chaval, te estás saliendo otra vez de la manada", "chaval, por ahí no", "ya viste, chaval, lo que le ha pasado a tu coleguita Arbeloa". Y efectivamente ha sido así.

Según publica hoy en Marca mi compañero Alberto R. Barbero, el grupo se ha indignado con Alonso, y sus declaraciones tras el encuentro ante Chile sobre la ausencia de hambre y ambición han provocado malestar en el resto del vestuario. No me extrañaría (y menos aún después de escuchar las declaraciones de Jorge Pérez, que es otro villarista inmovilista de mucho cuidado) que de la próxima convocatoria de Vicente del Bosque, que al paso que vamos seguirá hasta 2016, se cayera Alonso y llamarán de nuevo a Xavi, que ya está para sopitas de ajo. Si yo fuera integrante del equipo técnico del seleccionador se me caería la cara de vergüenza al comprobar cómo tiene que ser un jugador el que cante las cuarenta de lo que realmente ha sucedido. Pero no existe ese peligro.

Aún le queda por lamer al periodismo deportivo un centímetro de la suela del zapato de Del Bosque. Gracias a Dios no parece que Alonso vaya a ser de esos. Tras las fanfarrias de la víspera, en la que nos íbamos a comer a Brasil, Alemania, Inglaterra, Argentina y Holanda por los pies, y después de los fanfarriones de la debacle, la frase sigue siendo aquella que acuñara el gran Kubala, la de "chicos bien, moral óptima". Ahora la teoría de los sujetavelas consiste en decir que llevando a los que estaban bien, a los que se habían ganado su convocatoria sobre el campo, no se sabe qué habría pasado. Es cierto, no se sabe. Lo que, salvo que a alguien se le ocurra reescribir también esta reciente y dramática historia, sí sabemos a ciencia cierta es qué sucedió no llevando a los mejores. Alonso acaba de recordárnoslo, de ahí que quieran pasarle la factura al cobro. Pero es poco dinero porque Xabi también se va. Salvo, por supuesto, que Vicente vuelva a llamarle para la Eurocopa de 2016. Todo es posible en Villaralandia.

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