Los Canorea-Valencia, que tantas cosas han hecho mal en Sevilla, ahora están cuidando a los novilleros y surgen muchos nombres, con o sin picadores, con o sin Puerta del Príncipe. Una buena labor muy positiva.
Olé por descubrir novilleros sevillanos
- Pues bien, ahora la política de las novilladas del verano, especialmente en julio, con precios razonables, no se olviden, está dando unos frutos increíbles y Canorea-Valencia descubriendo más novilleros que en las demás plazas juntas de España.
Ricardo Díaz-Manresa
Nadie –y lo habré escrito mil veces- se alegra más que yo de hacer justicia y de encontrar motivos para hacerla. Nadie quizá haya criticado más que yo a los cuñados de la Real Maestranza, Eduardo Canorea y Ramón Valencia, pero ahora ha llegado el momento de alabar, de resaltar la obra bien hecha.
Los periodistas no debemos tener filias ni fobias y disponer siempre de la tranquilidad y el equilibrio para distinguir lo bueno de la malo y decirlo. Y ahora hay que brindar por los cuñados y darles un olé porque están descubriendo novilleros sevillanos.
Me pareció demencial –y lo escribí en su momento- lo del G-5 y la empresa Pagés, la suicida política de precios de este año con esos subcarteles de feria y no digamos la deficiente estrategia de las últimas temporadas con resultados pobrísimos o irritantes que llevaron a muchos de los abonados a decir adiós. Y los que se van difícilmente retornan. Adiós sin vuelta. Se van y no volverán.
Pues bien, ahora la política de las novilladas del verano, especialmente en julio, con precios razonables, no se olviden, está dando unos frutos increíbles y Canorea-Valencia descubriendo más novilleros que en las demás plazas juntas de España.
Lama de Góngora fue el primero y ya en los buenos carteles. Javier Jiménez -ya matador- y su hermano Borja, encaminados, y ahora a los aspirantes a saltar a la de con picadores Juan Carlos Carballo, Pablo Aguado y Rafael Serna. De ellos –hechos insólitos- Lama y Serna han disfrutado las mieles de la Puerta del Príncipe al igual que Borja Jiménez, ya con picadores. Muchos años han pasado para ver una cosa así.
El hecho de tener reflejos y de repetir en mano a mano a Jiménez y Garrido y ponerlos en nocturna, fuera del calor insoportable de Sevilla en esta época, merece todos los elogios. Y la gente fue, vaya si fue, porque el cartel tenía interés y porque las entradas estaban al alcance de sus bolsillos. Política de toda la vida que casi siempre da muy buenos frutos. Con ganado asequible para que pueda triunfar el que tenga condiciones.
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Avance taurino
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