"...Ahora se recurre al dinero fresco de un comunista rico, el ex soldado del ejército rojo Wang Jianlin, para una ampliación de capital que, si todo va bien, verá la luz a finales de marzo y tranqulizará al Cholo, tan picajoso siempre con el asunto del presupuesto..."
Al señor Jianlin le gusta el fútbol
Mi amigo Rubén Amón, que es más del Atleti que el Cholo y, sobre todo, desde mucho antes que él, dice que el problema no es el veinte por ciento chino sino el ochenta por ciento restante. Y es que pese al indudable éxito deportivo, pese a los días de vino y rosas, pese a que hacía muchísimo tiempo que el equipo rojiblanco no estaba en el primer plano del escaparate, sigue existiendo entre los aficionados rojiblancos más ilustrados un poso de amargura que tiene que ver con los actuales propietarios del club, Miguel Angel Gil y Enrique Cerezo, y sobre todo con el anterior, Jesús Gil. Se les considera a todos ellos ilegítimos dueños de una entidad centenaria que si bien hoy carbura a las mil maravillas no hace tampoco tanto tiempo que estuvo al borde del K.O. financiero.
No debe ser una coincidencia el que ayer Simeone dijera en una entrevista que él seguirá si el club continúa creciendo. Todos los que se fueron recientemente, desde Torres hasta Agüero, apelaron a la imposibilidad de expansión y asentamiento de una idea de club como motivo principal para su adiós. Ahora se recurre al dinero fresco de un comunista rico, el ex soldado del ejército rojo Wang Jianlin, para una ampliación de capital que, si todo va bien, verá la luz a finales de marzo y tranqulizará al Cholo, tan picajoso siempre con el asunto del presupuesto. A Amón le solivianta el ochenta por ciento occidental del Atleti y a mí, que en principio no tengo nada contra una inyección económica tan poderosa, me preocupa que, a la larga, un club al que estimo acabe en manos poco apropiadas.
Es una suerte que al señor Jianlin le guste el fútbol, no sé si en Valencia podrán decir lo mismo de Peter Lim, quien también estuvo por cierto merodeando por el estadio Vicente Calderón. La Ley de Sociedades Anónimas abrió de par en par la puerta a muchos especuladores que utilizaron sin piedad el mundo del fútbol para conseguir popularidad. De aquellos barros vienen los actuales lodos que describen un panorama desolador, de quiebra económica en muchos casos, y ante el cual, a los propietarios no les queda otra que vender su alma al millonario de turno. En un par de meses el dueño del edificio España será también uno de los tres propietarios del Atlético de Madrid, y entonces a rezar para que al ochenta por ciento "preocupante", en palabras de Rubén Amón, no le entre de repente la gripe... y le de por vender. Porque a Jianlin le gusta el fútbol hoy, sí, pero muy del Atleti no parece, la verdad.
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