“LOS PODERES PUBLICOS GARANTIZARAN LA CONSERVACION Y PROMOVERAN EL ENRIQUECIMIENTO DEL PATRIMONIO HISTORICO, CULTURAL Y ARTISTICO DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA Y DE LOS BIENES QUE LO INTEGRAN, CUALQUIERA QUE SEA SU REGIMEN JURIDICO Y SU TITULARIDAD. LA LEY PENAL SANCIONARÁ LOS ATENTADOS CONTRA ESTE PATRIMONIO”.
¿Acaso no es un delito? Editorial del 20 de enero de 2015
España no es un Estado confesional. España es un país aconfesionalsegún la Constitución. Es decir, no admite una religión oficial en concreto, aunque tiene relaciones administrativas con alguna religión, como el caso de la católica, mayoritaria en el país. Un estado laico es aquel que es independiente de cualquier confesión u organización religiosa. Además, las administraciones no tienen relación firmada con ninguna.
Según la Ley 18/2013 de 12 de noviembre, que hace del toreo Patrimonio Cultural de los Españoles, España es un país cuyo Gobierno y Administración deben velar por su libre desarrollo y fomento. Una obligatoriedad por imperativo legal y Constitucional, pues la Carta Magna obliga a los gobiernos y administraciones a velar por su Patrimonio Cultural. Es decir, que España vendría a ser, en lo taurino, un país 'confesional'. Por esa misma razón el propio Estado y sus administraciones, deberían velar por su desarrollo y futuro.
Pero esta 'confesionalidad' constitucional jamás se ha llevado a efecto.Hoy, igual que ayer y que siempre en nuestra historia, vivimos la gran paradoja de ser, al mismo tiempo cultura oficial y legal que debe ser protegida y, sin embargo, la manifestación tradicional y cultural más torpedeada, atacada, impedida y perseguida de todas las que se desarrollan en España. ¿Se imaginan un Estado confesional cuyos gobiernos y administraciones permiten la persecución de esa confesión? Pues el ejemplo sirve.
El toreo sólo necesita exigir un derecho a sus Gobiernos: que haga cumplir la ley. Nada más. No necesita subvenciones ni ayudas de “papá Estado”. Ha de exigir con firmeza que se cumpla la ley, el derecho que nos da la ley y la Constitución. La seguridad jurídica para existir en el futuro que hoy no tiene la tauromaquia.
Esta dejación histórica, este incumplimiento grave de nuestros derechos Constitucionales (cumplidos sin embargo en Francia y en Colombia) ha de ser el discurso enérgico y diario de toda la Tauromaquia, público y aficionados incluidos, cada día y cada hora. Porque los distintos gobiernos, central y autonómicos, han metido la mano en el toreono desde el punto de vista de la afirmación legal de un derecho y una libertad, sino sólo desde el punto de vista de reglamentos y recaudaciones.
Este espectáculo agraviado y perseguido a espaldas de la Constitución, ha sido la segunda actividad que más dinero ha dejado en las arcas públicas tras el fútbol. Entre el IVA otros impuestos y las rentas de pisos de plazas, entre costes y gastos administrativos, de cien euros facturados, las administraciones han ingresado unos 39 euros. Ese afán recaudatorio ha sido el papel más significado del poder público en el toreo. No la vigilancia de su libre derecho constitucional a existir.
Recaudar y reglamentar. Ese es el papel actual de las administraciones en este país confesionalmente cultural/taurino según la ley. Pero al político y al administrador, no se le exige nada. Ni siquiera el derecho a vivir, a existir. La certeza de que viviremos. Nos preguntamos : ¿Qué actividad puede crecer y desarrollarse sin la seguridad jurídica de su existencia a medio plazo? ¿Qué derecho amparado por la Constitución es un derecho si los que han de proteger este derecho y libertad sólo regulan y recaudan?
No necesitamos administración ni administradores. No necesitamos una política castrista, intervencionista, un vigilancia de tutela recaudatoria de país bananero. ¿Acaso no apelan a la Constitución éste y otros gobiernos y muchos partidos, a la hora de afrontar problemas como el secesionismo catalán? ¿Acaso la Constitución no es el primer y último argumento de todo debate social, político y económico? ¿Y la tauromaquia? ¿Acaso somos ciudadanos de segunda? ¿Acaso nuestros derechos lo son?
Todas las administraciones recaudatorias de este país están deslegitimadas para ello desde el momento que los gobiernos de quienes dependen no observan nuestro derecho constitucional. No necesitamos administradores. Necesitamos libertad. No necesitamos más normativa que la Ley y la Constitución.
Nos preguntamos más: ¿acaso no es un delito que un partido político ofrezca en su programa electoral que va a prohibir un Patrimonio Cultural amparado por la Constitución? Si no lo es, que nos lo expliquen. Porque entonces resultará que tenemos dos o tres o cuatro Constituciones. O que somos ciudadanos de segunda. O que les importamos un bledo, menos nuestro dinero. No necesitamos administradores de nuestra inseguridad. No necesitamos recaudadores de impuestos. Necesitamos que nuestros impuestos y tasas nos den derecho a ser ciudadanos de primera.
Esto dice nuestra Constitución (artículo 46, Capítulo tercero del Título I: De los Derechos y Deberes Fundamentales):
“LOS PODERES PUBLICOS GARANTIZARAN LA CONSERVACION Y PROMOVERAN EL ENRIQUECIMIENTO DEL PATRIMONIO HISTORICO, CULTURAL Y ARTISTICO DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA Y DE LOS BIENES QUE LO INTEGRAN, CUALQUIERA QUE SEA SU REGIMEN JURIDICO Y SU TITULARIDAD. LA LEY PENAL SANCIONARÁ LOS ATENTADOS CONTRA ESTE PATRIMONIO”.
La ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre se convirtió en la primera mujer en la Historia en pronunciar el Pregón Taurino de Sevilla el pasado año 2014.
ResponderEliminarComenzó con el pasodoble Salga el toro. Y salió, un morlaco astifinoy avisado. Desde el principio atacó «a los malandrines que quieren acabar con la fiesta». Y definió a los antitaurinos como los peores «por ser antiespañoles, porque saben que los toros simbolizan la esencia del ser español y porque en su afán por acabar con España quieren prohibir los toros por decreto». Y con la muleta remató: «Los españoles que quieren dejar de serlo luchan contra la fiesta».
Esperanza Aguirre tenía ganas de mostrarse sin máscaras ni eufemismos. Declaró su orgullo taurino incluso con cierta prepotencia y defendió «los valores religiosos, taurinos y de amor a la patria que le transmitieron en su familia». Esperanza Aguirre sin trampa ni cartón.
«El toreo es un misterio, una forma de entender la vida, un juego muy serio en el que se citan la vida y la muerte. Yo quiero hacer un canto al valor, porque nuestra sociedad no da valor al valor. Hay demasiados cobardes. Echamos de menos la valentía cívica», añadiendo a toda frase su grado de acidez, crítica y sarcasmo.
Su pregón fue un homenaje a su encaste taurino «a la sangre Aguirre que corre por mis venas» y también a la de Gil de Biedma que sonó como un romance de valentía. Recordó a su bisabuelo el farmacéutico Félix Borrell que en su botica de la Puerta del Sol reunía tertulia taurina. Y rescató las historias de sus tíos, grandes aficionados a la fiesta. «Mi tío Ignacio incluso llegó a torear y no sólo vaquillas en tentaderos», añadió emocionada con gran ovación y palmas del respetable. Esperanza Aguirre y Gil de Biedma hija y nieta de taurinos salió por la puerta grande del Lope de Vega entronizada como una tercera Esperanza de Sevilla detrás de la Macarena y la Esperanza de Triana.
Las palabras de Esperanza Aguirre sobre los toros como fiesta nacional y la españolidad de los antitaurinos despertó reacciones. Aguirre señaló en su pregón, que "lo peor de esos antitaurinos que lo son, especialmente por ser antiespañoles, eso es lo peor, lo son porque saben muy bien que los toros simbolizan mejor que nada la esencia del ser español".
Yo, que me gusta los toros y que respeto a quien no le guste, le preguntaría a Doña Esperanza ¿Para ser español te tiene que gustar la tortilla española, si no, no eres español?. Así que los alérgicos a los huevos sois unos antipatriotas.
Esta "señora" puede decir lo que quiera, y su audiencia de Madrid a la que le entusiasma personas como ella, la aplaudirán porque por lo que demuestran, es allí donde tienen el certificado de españolidad a través de los toros, pero en el resto de España los españoles se sienten españoles porque les sale del alma, de sus sentimientos o de sus coj...., y no porque les guste o no la fiesta nacional como dicen los salvapatrias que luego se llevan el dinero a paraísos fiscales.
El actor de Ocho apellidos vascos, Dani Rovira, preguntó en Twitter a la popular "¿Me va a decir usted lo que siento yo por España?" y después fue Jorge Javier el que replicó a Aguirre desde el plató de Sálvame. "Si ser español significa que hay que apoyar a una fiesta en la que se maltrata a un animal hasta la muerte yo no quiero ser español como es usted" aseguraba en directo el presentador. Pese a que antes de intervenir aseguró que le caía muy bien Esperanza Aguirre, Jorge Javier se fue encendiendo poco a poco ante las palabras de la expresidenta de la Comunidad de Madrid y señaló que "me parece insultante. Quién se apropia de la idea de España, quién me dice que para ser español tengo que aplaudir a señores que asesinan a animales... No lo entiendo".
No terminó ahí el presentador de Sálvame. "Amparándose en la edad, la sexagenaria graciosa dice cosas ofensivas para mucha gente y no puede obligar a la gente a que le gusten los toros. Hay muchos españoles a los que no le gustan.
Vicente Mateo
este tío, aunque tendría que estar como en la película de los Diez mandamientos para que supiera lo que es trabajar, no tiene la culpa de de sus fechorías, la culpa la tiene esta gentuza que ha impuesto esta degeneración que sufrimos en este pobre país, antes grande y orgulloso. Banda de politicastros traidores, cobardes y ladrones protegidos por el manto real de la monarquía laicista y separatista.
ResponderEliminarSe vayan todos a tomar por donde más les guste......
Porfirio Villalón
Este Porfirio con nombre de filósofo le sería muy útil con que solo cumpliera de los 10 mandamientos, uno, el que dice “NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS”.
ResponderEliminarY sobre las recomendaciones de que “Se vayan todos a tomar por……” deje usted que elijan ellos, no se crea usted tan adivino de porque a usted le guste tomar por ahí, a todos les tiene que gustar.
Emilio García