-Fotografía: La Loma-
Citada por Benito Pérez Galdós, debutó a los 24 años tras ser niñera y cocinera. Se labró su fama con más dosis de arrojo que de técnica.
Martina, la atrevida torera de Colmenar
que se cortó la coleta a los 66 años.
Martina García tenía más valentía que arte. Tan era así que famosos maestros como «Curro Cúchares» elogiaban su atrevimiento lamentando, a su vez, su falta de conocimiento sobre la técnica del toreo. «Martina, si lo que te sobra de valentía lo tuvieras de conocimiento, serías tanto como yo», cuentan que le dijo el torero a la intrépida mujer en una de las corridas mixtas, muy frecuentes durante el siglo XVIII.
Martina nació en Colmenar de Oreja el 25 de julio de 1814. Su infancia no fue fácil. Se quedó huérfana a los siete años y a los catorce se marchó a la capital para trabajar como niñera. Su afición por los toros tuvo que esperar y se ganó la vida como cocinera de un bar de la calle Hortaleza hasta su debut como matadora de toros en 1838, con 24 años. Un año antes apareció en los carteles madrileños como banderillera. Consiguió entrar en el mundo de los toros participando en corridas cómicas, un espectáculo con gran acogida en aquellos años. Poco a poco, su aparición en las plazas madrileñas era sinónimo de emoción, de arrojo y de valentía. El espectáculo que ofrecía era precisamente ese: el del peligro ante su ausencia de miedo.
De su fama dan fe cronistas de la talla de Benito Pérez Galdós, que cuenta que la diestra cobraba catorce duros (70 pesetas) por sus actuaciones. Entre ellas, algunas históricas como la que protagonizó el 4 de febrero de 1849 contra María García, conocida como «Gitana Cantarina». De aquel duelo salió victoriosa y, según los críticos de la época, toreó de una forma «intrépida y serena» ante los toros.
La última corrida, en la Puerta de Alcalá
Según los historiadores, Martina se retiró de una forma oficial en agosto de 1874. Lo hizo en el último cartel de la desaparecida plaza de la Puerta de Alcalá. Compartió faena con Juana López y Tomasa Prieto, picadoras –dicen que montadas en burros–. Actuaron de banderilleras Javiera Vidaurre y Rosa Campos. Al día siguiente el coso empezó a demolerse.
Sin embargo, Martina volvió a pisar el albero de las plazas algunas veces más. Manuel Serrano, crítico taurino, cuenta que la vio torear tres años después de su retirada. La última referencia a la diestra remite al 7 de noviembre de 1880, cuando tenía 66 años. Fue en la antigua plaza de la carretera de Aragón.
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