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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 19 de noviembre de 2019

Y recordad que San Luis Rubiales defiende la democracia llevándose la Supercopa a una dictadura / por Juan Manuel Rodríguez



El problema, tal y como yo lo veo, es que la Supercopa no es del señor Rubiales, ni siquiera de la federación del señor Rubiales, aunque sea ella la que lo organice, sino de España. Enfrenta a cuatro clubes españoles de fútbol y lleva el apellido de España, que es la avanzadilla mundial de los derechos humanos y del respeto por las libertades individuales. 

Y recordad que San Luis Rubiales defiende la democracia llevándose la Supercopa a una dictadura


Lo de Luis Rubiales del otro día, defendiendo la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí, que es un país que no respeta los más elementales derechos humanos individuales o colectivos, es un triple salto mortal con tirabuzón y cinismo, mucho cinismo. Porque uno ha de ser un cínico de tomo y lomo para sostener ante un personal mayor de edad y con dos dedos de frente que, ante la discriminación, la federación española sólo puede actuar de dos formas, bien bloqueando la apertura que, según parece, le ha prometido a Rubiales el príncipe Bin Faisal, a la sazón ministro de Deportes, o bien participando de ella. Uno tiene que ser un mentiroso profesional o un optimista congénito, y yo prefiero pensar que el presidente de la federación, por quien tengo cierto cariño, es lo segundo y no lo primero, para pensar que la presencia de cuatro equipos españoles durante un fin de semana va a transformar una dictadura de años en una moderna democracia. Eso tampoco lo piensa Televisión Española, que no es precisamente el canal de televisión que más piensa últimamente y que se ha negado a transmitir los partidos, ni tampoco el resto de canales que se han alejado de dicha competición como si de un apestado se tratara.

El problema, tal y como yo lo veo, es que la Supercopa no es del señor Rubiales, ni siquiera de la federación del señor Rubiales, aunque sea ella la que lo organice, sino de España. Enfrenta a cuatro clubes españoles de fútbol y lleva el apellido de España, que es la avanzadilla mundial de los derechos humanos y del respeto por las libertades individuales. Yéndose a Arabia Saudita, que pisotea a las mujeres y que denigra a los homosexuales, siempre puede haber alguien que crea que el Reino de España está a favor o que mira hacia otro lado por el parné, o sea por la pasta gansa. Pero es que, y aquí está el meollo de la gran tomadura de pelo, según San Luis, el asunto no es ni tan siquiera crematístico porque la Federación podría haber ingresado los cuarenta millones de euros en cualquier otro sitio, por ejemplo Dinamarca o Australia, de modo que lo que, en el fondo, pretende hacernos ver este hombre santo, este auténtico chamán, es que la federación que preside se ha llevado nuestra Supercopa (porque es nuestra, de todos) hasta Arabia para defender la democracia, cuestión ésta que constituye, como dije al principio, un ejercicio de funambulismo a la altura del mismísimo Nik Wallenda cuya última proeza consistió en recorrer sobre la cuerda floja una distancia de 549 metros a una altura de 35.

Y si grave es que San Luis Rubiales se lleve nuestra Supercopa de España a Arabia bajo la vana pretensión de que a fuerza de goles democratizará algún día una dictadura que le corta hoy, ahora, en este momento, la cabeza a los homosexuales, más impresentable aún es que el presidente de la federación española de fútbol reconozca que el Gobierno le dio total independencia para hacerlo. De modo que Javier Tebas actúa a veces como ministro del Interior en sustitución de Grande Marlaska suspendiendo un partido por el artículo 33 y otras lo hace Luis Rubiales como ministro de Asuntos Exteriores en sustitución de José Borrell llevándose una competición deportiva española a un país sin democracia para al parecer... potenciarla. Todo muy lógico. Todo muy sensato. Así que las televisiones no quieren ofrecer la Supercopa saudita por un yo qué sé que qué sé yo y no porque allí no se respete la igualdad entre hombres y mujeres. Y, además, ¿dónde está el problema si resulta que las mujeres van a poder entrar al campo para ver el Real Madrid-Valencia? Está tan perdido San Luis Rubiales que ya me creo incluso lo que ha dicho la Cope y que Luis Enrique vaya a sustituir a Robert Moreno antes de que arranque la Eurocopa.


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