No me extraña porque este joven de cabello cárdeno alborotado, despierto y gentil en sus maneras recordó sus tiempos de novillero en su natal Cali en la Escuela Taurina que dejó para dedicare a darnos gloria con la pintura.
Pinta y torea. Diego Ramos saltó al ruedo, aparcó los pinceles y los trocó por la muleta.
Guillermo Rodríguez
Tendido7 / Colombia, 4 Noviembre 2021
El cura no solo predica sino que se aplica. Y digo, Diego, por el pintor vallecaucano, ya una celebridad con los pinceles se bajó al ruedo de la finca La Punta en México y toreó magníficamente.
No me extraña porque este joven de cabello cárdeno alborotado, despierto y gentil en sus maneras recordó sus tiempos de novillero en su natal Cali en la Escuela Taurina que dejó para dedicare a darnos gloria con la pintura. Es curioso como este joven talento siguió los pasos del maestro Fernando Botero, que está en el santoral de la pintura universal y se codea con el fallecido Diego Rivera y otros tantos célebres, pues »estudió» tauromaquia en la Escuela que dirigía en La Macarena de Medellín el conserje, Aranguito (padre) que se dio cuenta que no valía el antioqueño para ser matador pero sí pintor y lo convenció para que siguiera dibujando como lo hacía mientras sus colegas daban pases y lances al aire, él con una libretita anotaba lo que veía.. Hoy es uno de los referentes de la pintura universal y es nuestro.
Enhorabuena a Diego que pegó el cante toreando »de verdá verdá«.
Finca La Punta en México
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