Ruptura entre el torero y la casa Chopera
"...Ayer se supo, un día menos en Salamanca, que Jiménez Fortes (mosqueó lo de “quitarse” de América y las razones que adujo) ha decidido salir del “internado” privado, para matricularse en la universidad pública del toreo...
Pedro Javier Cáceres
Crítico taurino y periodista
Jiménez Fortes ha salido del “internado” Chopera. Servidor no se siente sorprendido por la noticia. Sin ir más lejos, barruntándolo, el lunes le entrevisté en La Divisa de ondacero.es y ahí anduvimos bordeando la antesala de la misma.
Consumado el hecho se precisa el análisis. Jiménez Fortes es desde Talavante y luego Luque, ya ha llovido, el único joven que de primeras se ha encaramado como alternativa para llenar carteles de figuras en plazas y ferias de postín. Es un proyecto con visos verosímiles de realidad a corto plazo.
Lo tiene casi todo: valor, raza, coraje, buenas maneras, verticalidad y excelente concepto. Madrid fue testigo cuando se presentó de novillero en San Isidro siendo un casi desconocido: “lo tiene todo”.
Solo faltaba administrarlo adecuadamente. Su mentor, el ex matador salmantino Julián Guerra, pensó en Pablo Chopera para ello. La apuesta era muy fuerte. La Casa Chopera es para los toreros como ese internado para niños bien, o becados (es el caso), que te asegura tener oportunidades de mostrar tu valía pero el peaje de disciplina y asunción de compromisos de envergadura es alto, muy alto. El que vale, vale, y el que no de “banderola”. “Pronto y en la mano”. La línea recta es el camino más corto, nada de vericuetos.
Jiménez Fortes ha toreado más de una veintena de corridas, gran parte en plazas gestionadas por Chopera (todas del primer circuito y élite del segundo), con vitola de gran promesa, arropado generalmente por las grandes figuras.
Un reto. Un escaparate de proyección inmediata. Arma de doble filo: el peso de las plazas, la seriedad del toro de muchas de ellas y ver la carita de los jóvenes maestros, ya consagrados, en los patios de cuadrillas, supone estar a la altura; por lo civil o lo criminal.
Y él, ha resuelto, con creces, para hacerse un sitio en la élite por méritos propios… pero teniendo el punto de apoyo para mover el “mundo”.
El precio, no obstante ha sido alto. Cornadas, palizas, porrazos, tragantones; hasta posiblemente terminar reventado.
El pasado lunes le aventuré, no es la primera vez que hablo de ello con Saúl (por cierto, que personalmente no le conozco), que si aguantaba un año más en el “internado” iba en el camino de ser figura del toreo.
Ayer se supo, un día menos en Salamanca, que Jiménez Fortes (mosqueó lo de “quitarse” de América y las razones que adujo) ha decidido salir del “internado” privado, para matricularse en la universidad pública del toreo. A pecho descubierto, sin más tutoría que su mentor original. Asume un reto solo previsto para graduados. Julián Guerra, también. La lucha del torero en los ruedos se parangona con la guerra que tendrá Julián en los despachos.
Méritos ha contraído más que de sobra para ser la novedad ilusionante del 2013. La incógnita está en si tendrá, ha habido casos — muchos-, la mano a distancia de Chopera y asegurarse repetir en sus plazas: la palanca de Arquímedes.
Todo queda a la voluntad de Pablo, herido en su orgullo, que —como ocurre siempre- ha sido el último en enterarse y el único que no lo veía venir.
Incluso si las colocaciones en las grandes ferias, con la garantía de los hierros a matar, van a tener el mismo rango. En el torero actual —supongo que ha sido siempre- los “internados” (hay varios) terminan confluyendo en algo parecido a la Obra.
Jiménez Fortes es un activo de la Fiesta, que no está sobrada (la labor de Pablo Chopera debe igualmente estimarse). Para ser figura del toreo hace falta algo más que parecerlo, pegar pases, muy buenos, y tener un valor espartano. Saúl esta tejiendo su orla con su crecimiento día a día respondiendo a las “oportunidades que le han servido” al creer Pablo en él.
Por todo ello hay que desearle lo mejor…que será bueno a corto, medio, plazo para todos; incluso para Chopera, sus plazas y sus aficiones.
Pero si cuando asumió, responsable, entrar en el “internado”, fue una apuesta de alto riesgo, el “saltar la banca” es para comprar el casino, o….
Y aunque las formas, como en otros casos, no hayan sido leales ¿quizá el “entorno”?
Respeto: “en mi hambre mando yo” *
*.- Lo cuenta Salvador de Madariaga en el prólogo de uno de sus libros.
Unos jornaleros sin tierra estaban en la plaza esperando por la mañana temprano que algún capataz de un cortijo viniera a contratarles para unos días. Entonces apareció un cortijero que venía a comprar votos para las elecciones, y a uno de aquellos pobres, pobrísimos, le dio dos duros, que entonces eran una fortuna, por su voto para las elecciones; naturalmente para que votara al cacique de derechas correspondiente. Aquel jornalero hambriento cogió los dos duros, se los tiró al suelo al otro y le dijo esta frase impresionante, esta frase propia de un trabajador, esta frase dignísima que es la siguiente: "En mi hambre mando yo".
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