Un ensayo de la académica Violeta Montoliu
Valores universales de Mariano Benlliure
Para el mundo de los toros, el nombre de Mariano Benlliure, del que ahora se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento, es verdaderamente mítico: muy pocos como él han sabido ver su sentido escultural. Pero este valenciano universal, contemporáneo del gran Sorolla, fue mucho más que un escultor de toros. Fue, sin otros apellidos, un gran escultor que marcó toda una época. Violeta Montoliu, académica de la Real de Cultura Valenciana, es una de las grandes estudiosas de su vida y su obra. Hoy traemos a nuestras páginas un ensayo suyo, que nos acerca a la trascendencia de esta gran figura del Arte.
Mariano Benlliure nació en el seno de una familia artistas: su padre era pintor decorador y sus tres hermanos mayores, Blas, José y Juan Antonio, pintores de reconocido prestigio. Su pasión por la escultura se despertó muy pronto, fue autodidacta y no asistió a ninguna academia ni escuela artística, aunque sí trabajó en varios talleres dibujando, tallando y cincelando.
Siendo joven, se residió en Roma, donde tuvo su estudio durante casi dos décadas. Mientras se mantenía como pintor-acuarelista, se dedicaba de lleno a su vocación como escultor. Y muy pronto comenzaron a llegarle los reconocimientos, el primero de los cuales fue la 2ª Medalla –la primera se había declarada desierta-- de Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1884 con una obra realizada en Roma y que tituló “Accidenti!”: un monaguillo que se ha quemado con el incensario que ha arrojado al suelo.
Cuando el siglo XIX caminaba hacia su final, en 1896 se estableció en Madrid, aunque mantuvo aún durante unos años su estudio romano. Entre 1910-1912 se construyó una casa-estudio en la calle de Abascal, por la que pasaron los personajes más ilustres de su época, unas veces para posar para el maestro y otras para participar en las animadas tertulias que allí se organizaban. La larga serie de retratos y monumentos que salieron del estudio de Abascal constituyen un testimonio excepcional de aquella sociedad y de su época.
La obra de Mariano Benlliure es muy extensa y variada, y abarca todos los géneros y técnicas de la escultura. Tan sólo en escultura monumental realizó más de cincuenta obras destinadas a las principales ciudades españolas e hispanoamericanas.
Pero su dedicación artística no fue obstáculo para que desempañara importantes cargos públicos relacionados con el mundo de la cultura y las Bellas Artes: entre 1901-1903 fue Director de la Academia de España en Roma; de 1917 a 1919 Director General de Bellas Artes y de 1917 a 1931 Director del Museo de Arte Moderno de Madrid –actualmente integrado en el Museo del Prado-. Perteneció a diversas Academias de Bellas Artes: San Fernando de Madrid, San Carlos de Valencia, San Telmo de Málaga, San Lucas de Roma, Brera de Milán, Carrara y París.
Falleció el 9 de noviembre de 1947 en su casa-estudio de Madrid. La víspera había hecho su vida habitual de trabajo en el estudio. Don Mariano terminó el modelado del último grupo escultórico que ha salido de su prodigiosa inspiración: un "paso" para Crevillente, representativo de la entrada de Jesús en Jerusalén. Estaba muy contento por haber terminado su obra, y, después de estar un rato en el gran salón donde tiene expuestas bastantes esculturas suyas, se despidió de ellas, enviándoles besos con la mano, como acostumbraba a hacerlo todas las noches. En seguida, se acostó. Unas horas después falleció de una dolencia cardiaca.
Las cinco rutas madrileñas
Coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento se han multiplicado las actividades que tienen por objeto dar a conocer mejor todas sus aportaciones, artísticas. Y así, la Comunidad de Madrid, en colaboración del Ayuntamiento de la capital, ha creado cuatro itinerarios turístico-culturales por Madrid, con los que se pretende ensalzar la obra de este artista. Los itinerarios abarcan los 23 monumentos públicos, esculturas funerarias y lápidas creadas por el artista, distribuidas por la capital.
El primero de los itinerarios recorre los alrededores del Museo Nacional del Prado y del Parque de El Retiro y permite admirar los monumentos dedicados a Goya, Mª Cristina de Borbón, Alfonso XII, el periodista Miguel Moya, primer presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, el general Martínez Campos y Cuba.
La segunda ruta discurre por la zona centro de Madrid, desde la Plaza de la Villa de París hasta los Jardines de Cabo Noval, junto a la Plaza de Oriente, donde destacan las esculturas dedicadas a Bárbara de Braganza, al teniente Ruiz y a Álvaro de Bazán.
El tercer itinerario parte del distrito de Salamanca, avanza por el Paseo de la Castellana y Chamberí, hasta llegar al paseo de Moret. En esta ruta se puede disfrutar de los monumentos a Emilio Castelar o al general Cassola, entre otros. Por último, el cuarto recorrido invita a visitar las esculturas funerarias del Panteón de Hombres Ilustres, de las Sacramentales de San Isidro y San Justo y del Cementerio de la Almudena.
Su vida y su obra
Pocos expertos han estudiado tan detenidamente la vida y la obra de Benlliure como Violeta Montoliu Soler, académica valenciana y catedrática de Historia del Arte, autora del libro “Mariano Benlliure (1862–1947)”, editado en 1996 por la Generalitat Valenciana y que por su interés hoy continúa reeditándose. Hoy traemos aTaurologia.com su ensayo “Mariano Benlliure Gil (1862-1947). Escultor valenciano”, elaborado dentro de las actividades de la Real Academia de Cultura Valenciana, en la que dirige la sección “Historia del arte valenciano Mariano Benlliure Gil".
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