VICENTE LOZANO RIVAS
Valencia-Venezuela.-
Esta semana se dará continuidad a la Feria Taurina de
Valencia y este año habrá de ser muy corta, para la categoría que
tradicionalmente ha tenido en el mundo taurino americano. Sin embargo, el
esfuerzo hecho por la empresa bien vale la pena apoyarles.
Esta antiquísima manifestación popular, reputada por unos
como de máxima expresión cultural y tildada por otros de cruel y
detestable por ser opuesta a la
civilización y al progreso, ha enfrentado a sus partidarios incondicionales y a
sus más acérrimos detractores. Hoy el espectáculo taurino reúne a millones de
aficionados de todo el mundo, moviliza cuantiosas cifras de dinero, genera
empleo y constituye un gran negocio, donde la continuidad no se ha visto
interrumpida.
Una corrida de toros va más allá del espectáculo emocionante
o de la mera diversión. En ella se reúnen
la bravura, el poder y la casta de uno de los ejemplares más bellos y
nobles de la creación, como es el toro; y el talento, la destreza y la valentía
de unos hombres y a veces mujeres, que
arriesgan su vida con ilusión, vocación y entrega para conquistar el triunfo y
el prestigio. El mundo del toro tiene presente la tragedia pero también la
gloria.
Es ese misterio efímero por lo pronto, pero permanente por
lo intenso, lo que ha inspirado a toda clase de artistas: escritores, músicos, pintores, escultores y poetas en
todos los estilos. Mucha literatura y arte se ha derrochado en torno a los
toros, a favor y en contra, pero no han podido quitarle su protagonismo
popular.
Hombres como Picasso, Botero, Gerardo Diego, Michelena,
Cruz Diez, Soto, Juan Ramón Jiménez, García Lorca, Ortega y Gasset, Alberti,
Falla, Vargas Llosa, Sabater, Fuentes, García Márquez y muchos otros, Han
sido acérrimos defensores de la fiesta.
Los detractores se refieren al toro como victima,
desconociendo que el toro de lidia es una especie animal que ha tenido una
selección y transformación por muchos siglos. El toro es el gran protagonista,
él representa el esfuerzo del hombre de campo que lo ha criado y seleccionado
para que se lleve a cabo la faena, el encuentro con el hombre, el torero.
De manera que este próximo fin de semana, Valencia tendrá a
su afición presente en la
Monumental Plaza de Toros
para ratificar una vez más, que
en esta ciudad se reconoce a la fiesta de toros como una verdadera expresión de
arte, belleza, emoción y riesgo, donde finalmente la razón triunfa sobre el
instinto.
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