Rafael Albaicín, torero de leyenda
Joaquín Albaicín
Hace poco, mi primo Jesús Soto de Paula me contó mientras cenábamos en Málaga, después de la presentación de su nuevo libro, cómo fue una noche a darse de cara con un anciano que, por las calles de Jerez, trastabillante, iba toreando ese toro imaginario de todos los borrachos y, al reconocerle, excusó ante él su embriaguez con la aclaración de que estaba acordándose de la faena de Rafael Albaicín en Sanlúcar, un trasteo –al toro ‘Cazador’, de Juan Guardiola Soto– que se quedó grabado en el alma de mucha gente: de don Álvaro Domecq, de Juan Belmonte, de Luis Fuentes Bejarano, de José María Pemán, de Alonso Moreno de la Cova, de Salomón Vargas…
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Con que poquitas letras se hace arte... Enhorabuena señor Albaicín.
ResponderEliminarMuchas gracias. Hombre, el artículo es mucho más largo, ja ja ja. Esto es sólo el arranque. Un abrazo.
EliminarPoseer arte es muy difícil, pero el que lo tiene...¡lo tiene!
ResponderEliminarEnhorabuena a Joaquín Albaicín, de casta le viena al galgo.
Juan Lamarca
Gracias, Juan. Y gracias también por la hospitalidad que brindas en tu blog a mis artículos. Un abrazo.
ResponderEliminarJoaquín Albaicín