la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 17 de febrero de 2013

MEDELLÍN: Morante también triunfa como puntillero.




"...Los que vinieron a ver a Morante, salieron satisfechos porque mostró muchos deseos de agradar e hizo algo no usual en él: lidiar. Y remató su labor con algo inusitado: en vez de usar el verduguillo, recurrió a la puntilla y terminó con el ejemplar, cortando una oreja..."

Los desrazados de Ernesto Gutiérrez, estuvieron a punto de cargarse la tarde íntegra. Solo la sobrevalorada nobleza del tercero y el cuarto, la ética laboral de los toreros, y la excesiva disposición de público y palco hicieron fiesta del desastre.

Cornicortos, de poca entidad, ayunos de bravura, de casta, y de emoción, los bicornes manizaleños tardearon, blandearon, escarbaron, se negaron, se rajaron y se entableraron. Menos, ya lo dijimos, tercero y cuarto que que “se dejaron” pero se desfondaron, y fueron premiados más allá del deber y del decoro. Al uno con palmas y al otro con una vuelta, inspiración del señor presidente.

La gente no llenó, sin embargo la media concurrencia fue selecta y cosmopolita. Habían venido de muchas partes a ver la única aparición este año de Morante de la Puebla en Sur América. Romería, tiempo, pasajes, hoteles, comidas, boletas, agravios infames de la desastrada horda antitaurina, la dura piedra, lo que fuera, todo lo pagaron y lo sufrieron con gusto por la ilusión de ver, de sentir, de adorar al duende del río. Y… nada.

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