Una faena así, ha sido de dos orejas toda la vida. Sin embargo el presidente únicamente concedió un trofeo porque nadie pidió la segunda oreja. La plaza de Madrid, no se enteró de la trascendencia de tan gran faena. Esta plaza está ciega. Se trata de una plaza llena de gente que presume que sabe de lo que no sabe, gente que se orienta por las indicaciones de cuatro gurús que les alertan sobre cuál es el torero sublime al que hay que aplaudir todo, y cuál es el torero detestable al que no hay que pasar ni una
FAENÓN DE JUAN DEL ÁLAMO
- Relucieron todas las cualidades de Juan del Álamo: valor sereno, gran concepto clásico, poderío, toreo profundo y de sometimiento, cadencia. Estamos ante un torero muy completo
El tercero de la tarde fue devuelto por su poca fuerza, salió un sobrero de Vellosino alto y acaballado. Además, le faltaban dos meses para cumplir los seis años. Manseó más de la cuenta en los primeros tercios, sin embargo, en el último descubrió clase y largura, esa clase y largura en la embestida tan típica del encaste Aldeanueva. Estas cualidades se destaparon, porque su matador Juan del Álamo hizo las cosas con una total perfección técnica. Del Álamo comenzó la faena con doblones muy toreros y la prosiguió con series de redondos y naturales llenas de mando, largura y templanza. También hubo mucha pureza en la faena, puso el engaño muy plano y muy por delante. Una faena maciza y rotunda que fue a más. La última serie fue la mejor de todas, surgieron tres derechazos donde es imposible torear más despacio. A lo largo de toda la faena no hubo ni un solo enganchón, ni una sola imprecisión. Faena de un gran nivel desde el principio, sin ningún bache y con un final extraordinario.
Relucieron todas las cualidades de Juan del Álamo: valor sereno, gran concepto clásico, poderío, toreo profundo y de sometimiento, cadencia. Estamos ante un torero muy completo, capaz con el toro malo, que al bueno le torea tan bien como el mejor, y que suele sacar lo mejor de muchas embestidas. Como colofón a tan importante faena, estoconazo en todo lo alto, tirándose recto y despacio. Gran estocada.
Una faena así, ha sido de dos orejas toda la vida. Sin embargo el presidente únicamente concedió un trofeo porque nadie pidió la segunda oreja. La plaza de Madrid, no se enteró de la trascendencia de tan gran faena. Esta plaza está ciega. Se trata de una plaza llena de gente que presume que sabe de lo que no sabe, gente que se orienta por las indicaciones de cuatro gurús que les alertan sobre cuál es el torero sublime al que hay que aplaudir todo, y cuál es el torero detestable al que no hay que pasar ni una. Y de Juan del Álamo no les habían hablado, y como ni entienden, ni les gusta, no sabían que Juan del Álamo cortó en Madrid el año pasado tres orejas y de que se trata sin duda del torero joven de más proyección.
Pero con independencia de la rácana oreja conquistada, la faena ahí ha quedado, como aviso a navegantes. Aquí sí que tenemos un torero joven de categoría que puede llegar a ser una gran figura del toreo. Y conforme vayan pasando los días, muchos se darán cuenta de la importancia de esta faena de Juan del Álamo. Ya verán ustedes como a lo largo de este San Isidro se van a ver muy pocas faenas como esta…
El sexto fue muy bien picado por Óscar Bernal, fue un toro brusco, de los que sólo tienen media arrancada y embisten con la cara alta. Del Álamo, le toreó muy bien de capa, en unas verónicas de capote tendido y mano baja. Después sacó dos series muy mandonas y de mano muy baja, hasta que el toro le propinó una volterera y se negó a embestir más. Fueron una lástima esos pinchazos entrando de largo sin fé y sin pasar. Este fue el único fallo de una tarde importantísima. Si hubiera matado a este toro a la primera, podía haber abierto la puerta grande.
El resto del festejo no tuvo ninguna historia. Los astifinos toros de Martín Lorca estuvieron tan justos de fuerza como de raza. Miguel Tendero, que se había ganado la sustitución de David Galván al cortar una oreja el domingo en Madrid, poco pudo hacer con un lote de inválidos a pesar de su temple y buena técnica.
Sólo hubo un toro de Martín Lorca con posibilidades, el primero de la tarde. Era un tanto soso, pero ideal para un torero poco puesto. Tenía la embestida muy larga y templada y sólo acudía cuando se le llamaba. Ángel Teruel se mostró frío, codillero y despegado. Con este toro tan fácil hay que estar mucho mejor si se quiere funcionar en esto.
Estoy deseando ver a Juan del Álamo con las figuras, las puede pegar más de tres disgustos serios. Al tiempo.
Ángel Teruel
Téllez
Óscar Bernal
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