-Fotografía: La Loma-
21ª de la Feria de San Isidro en Madrid
Talavante pincha la única faena celebrada de una desdichada tarde
J. A. del Moral
Fue con el último toro, el único enterizo de una gigantesca corrida de El Pilar que tuvo tanta nobleza como poca fuerza en distintos grados. De no haber fallado con la espada, el extremeño hubiera cortado una oreja aunque el toro fue de dos. A José María Manzanares le reventaron su primer trasteo pese a la elegancia que lo presidió y pasaron de lo poco que pudo hacer al quinto. Sebastián Castella, muy mecánico, volvió a dar otra vez más la sensación de estar sin ilusión ni sitio.
Madrid. Plaza de Las Ventas.
Jueves 29 de mayo de 2014. Vigesimoprimera de feria. Tarde cálida, progresivamente nublada, con algo de viento y lleno total
Seis toros de El Pilar, muy bien presentados y de juego parecido por tan nobles como flojos en distintos grados. Tan manso en varas como noble aunque muy débil en la muleta. Otro parecido el segundo aunque cumplidor en el caballo. Otro igual con las mismas carencias acrecentadas el tercero. Y otro que tal bailó el quinto en plena desesperanza. Muy noble y enterizo el sexto.
Sebastián Castella (marino y oro): Feo metisaca y estocada, aviso y silencio. Pinchazo y estocada perdiendo la muleta, aviso y silencio.
José María Manzanares (prusia y oro): Buena estocada, silencio. Dos pinchazos y media estocada tendida, silencio.
Alejandro Talavante (avellana y oro): Estocada, silencio. Tres pinchazos y estocada, silencio.
La grandiosa actuación de Miguel Ángel Perera del pasado viernes 23 de mayo frente a dos toros de opuesta condición – uno de gran clase y otro endemoniado – se lo ha puesto muy difícil a sus compañeros de la cúpula en lid. Por el momento ha destrozado en mil pedazos las pretensiones de liderar y de manipularlo todo por parte de El Juli y, no digamos, del inefable Morante de la Puebla quien, por el momento, lleva una campaña catastrófica. Y es que, no por esperado en los pronósticos de algunos analistas entre los que me cuento, Perera acaba de adelantar sus peones a una distancia enorme con respecto a los que van a intentar pisarle los talones desde no poca distancia, por ahora, claro. Ayer tuvieron la oportunidad de aproximarse al lugar conquistado por el diestro de La Puebla del Prior, el otro príncipe extremeño, Alejandro Talavante, que ya sumó puntos muy favorables aunque insuficientes en su anterior actuación isidril, y José María Manzanares que, gozando de los divinos dones que sigue manteniendo, no está tan en forma como estuvo hace tres años y, más concretamente, en Las Ventas donde continuarán intentando arruinar cualquiera de sus posibles triunfos. El tercero de ayer en desgraciadamente alicaída compañía, fue el francés Sebastian Castella quien, en muy pocos años, ha pasado de ser más español que galo a más galo que español, con la curiosa particularidad que en Francia no le querían cuando mejor estuvo, ni siquiera en su temporada histórica de 2006, y ahora que está viajando cuesta abajo con peligrosa velocidad, es en Francia donde le siguen poniendo en los carteles con mayor fuste de sus ferias – imagino porque su cotización está tocada del ala -, por cierto muy a la baja en la confección de su carteles feriales.
Por ejemplo, en Nimes no se darán apenas los grandes acontecimientos que allí suelen montar, en Mont de Marsan solo habrá dos corridas de categoría, en Dax lo mismo, y en Bayona ni uno sola. Tampoco en su clausura septembrina, imagino por estar con el agua de la economía llegándoles más arriba del cuello. Con estas premisas se celebró ayer la penúltima gran cita de esta feria, a falta de lo que ocurra en la Corrida de La Beneficencia sita en próxima y última semana del larguísimo ciclo.
A Perera también le falta su cita con los toros de Adolfo Martín el 3 de junio. Si volviera a triunfar, no habrá quien le alcance entre los que están en guerra. No desde luego Enrique Ponce que solo compite consigo mismo y con la historia para su exclusivo y privilegiado sitial. Dicen que anteayer estuvo cumbre y acabó con el cuadro que allí conservaban como oro en paño, fascinando a la concurrencia como orador consumado en la cena de los Premios Paquiro que dan los de El Mundo. Hombre, enhorabuena por el cambio. De ponerle verde durante tres años a mostrarle incondicional cortesía y hasta darle su premio, va un abismo.
No quiero que se me olvide mencionar a la ganadería de la corrida de hoy, El Pilar. Hace menos de un mes echó en Sevilla un toro de vacas. Ojala que le salga otro parecido a Manzanares parecido. No le salió. Pero vaya un rumor con visos de certero. Para la feria de Alicante, Manzanares impuso los toros que él quiso para la corrida que iba a matar con El Juli que, a su vez, quería toros de una de sus predilectas, Garcigrande”. Como no ha podido imponer su preferencia, El Juli se ha quitando de la feria de Hogueras y, por lo que sabemos, también de la de Granada. Así, así, exactamente así es como ha empezado a deshilacharse el grupito llamado G-10. Manzanares está siendo el primero en huir de la quema. ¡Ya era hora¡ Perera y Talavante deberían hacer lo mismo más pronto que tarde.
- Les aviso que hoy y mañana sábado 31 me voy a permitir la licencia de casi todos los años. Asistiré a las corridas de San Fernando en Aranjuez del 30 y a la siguiente de la Feria de La Salud en Córdoba para catar y contarles lo que ocurra en ambas. Y ahora vamos al tajo.
Cuarto llenazo de la feria y público de gala. A Castella nos lo sabemos de memoria. Hace tiempo que es un torero pret a porter. Tuvo, eso sí, el gesto de volver a Madrid tras su aparatosa cogida en Osuna. El primer toro, un hermoso castaño que salió suelto, quiso saltar al callejón, siguió suelto y, al embestir por fin, perdió las manos. Talavante no pudo pegarle un solo lance en forma. También en forma tomó el primer puyazo pero yéndose enseguida. El toro huyó también del intento de quite de Castella y se fue al caballo por su cuenta para volver a huir. Manso pues, pero sin malas intenciones Buenos pares de José Chacón. Tanto huía el animal que a Javier Ambel le costó fijarlo. Sentando en el estribo sin moverse en cinco pasadas seguidas empezó la faena. Mala cosa con un toro sin fuerza. Y en los medios cosió suaves redondos porque el animal se toreaba solo y con clase. Pero, ¡ay¡, se derrumbó y tuvieron que levantarlo. La poca fuerza sumada a los choquetazos contra las tablas, minimizaron lo bien hecho por el francés que siguió con la derecha bienintencionadamente en cuanto a la traza de los muletazos que resultaron insustanciales por la nula emoción del feble animal hasta ligar naturales a los de pecho en cadena sin eco en el tendido y más con la zurda mientras la gente se hartaba de esperar que lo matara. Lo que hizo de feo metisaca y estocada.
Castaño ojo de perdiz y alto de agujas el cuarto. De menos a más y a mejores los lances de Castella hasta amagar el toro con caerse. Se picó solo el toro en el primer encuentro sin esperar a que el caballo alcanzara llegar a su sitio. Ya en él, segundo encuentro con pérdida de manos. En banderillas, el toro metió la cara por el lado derecho en los capotazos de la brega. Y así fue pero sin fuerza alguna. Los vulgares derechazos de Castella no provocaron a los reventadores. Le dejaron hacer al pobre hasta que el toro volvió a perder las manos que rugieron un poquito. Y como por el lado izquierdo el toro fue peor, no les importó que Castella sumara izquierdazos irrelevantes. Como una máquina de coser prosiguió el francés con la derecha con más palmas que pitos. Y Castella, como si tal cosa, alargó la faena hasta ponerse pesadísimo. Palmas a la voluntad antes de matar de pinchazo y estocada perdiendo la muleta.
Negro zaino el segundo, también voluminoso. Manzanares lo saludó con un elegante lance a pies juntos y el toro se fue a Chinchón sin encontrar la salida. La poca fuerza del burel desmereció los templados lances que siguieron. Lástima que tuvieran que picarlo porque salió ya picado. Lo hizo por su cuenta acostándose en el peto. Demasiado duró el encontronazo. Tanto, que pudo perder del todo las pocas fuerzas que tenía. Manzanares dejó que se repusiera en una larga pausa y el animal volvió a recostarse en el peto en el segundo encuentro. Talavante también quitó con mimosos lances, rematando con media que por poquito dio con el toro en la arena. Distraído en banderillas, se arrancó sorpresivamente al frustrado primer par. Persiguió a Luís Blázquez que iba a poner el segundo que al fin clavó bien. Y comprometido el tercero. La incógnita estaba en si el toro iba a resistir y en si los del 7 respetarían al alicantino. El público esperó silente a que Manzanares sobara al animal. Y tras dos redondos mecidos, empezó la murga. Siguieron en la estupenda tanda que ligó después. Y de nuevo en la siguiente ya en medio de una estúpida división de opiniones. Los pititos de los reventadores continuaron con los naturales no del todo limpios aunque de bello trazo. No era el mejor lado del toro. Más con la derecha en medio de la murga y, señores, no nos dejan ver a gusto a Manzanares en Madrid. Hasta celebraron que el toro se rajara. La elegancia, el empaque, la majestuosidad de Manzanares en esta plaza son como echar margaritas a los cerdos. Lo mató de perfecto volapié y como si nada. El toreo está actualmente bajo la dictadura de un solo diestro y bajo los caprichos de los reventadores del 7.
Acochinao el colorado quinto con 642 kilos. No puede ser. Es muy difícil que un toro así aguante la lidia completa y en forma. Esta transcurrió entre palmas de tango por ver si la presidencia lo devolvía. Se picó porque hubo que hacerlo. Y los sietemesinos, encantados a sabiendas de que con este monstruo sería muy difícil engarzar una faena en serio. El 7 acaparó el protagonismo. Lo que más les complace es que no triunfen los buenos toreros e intentar que así sea. Ayer lo pasaron en grande. No me explico cómo se puede estar delante de un toro intentando conseguir algo lucido aunque sea tan flojo como este quinto y seguir empeñado en lograrlo. La gente normal aguantó también la situación con franciscana paciencia. Los mejores muletazos los pegó Manzanares al natural después de que el 7 le gritara a coro lo del “pum-petardo”. Petardo de qué. Petardo el de ellos. Pinchazo saliendo peligrosamente perseguido, otro más y media tendida.
Castaño el tercero y renqueante. Talavante lo saludó ajeno al follón. A trancas y a barrancas se picó en dos encuentros sin empelarse nada el toro y sin quites. La presidencia aguantó la bronca y lo mantuvo en el ruedo. En estas corridas da asco sentarse en Las Ventas. Ni a los buenos pares hicieron caso. Además, ayer debutó en el 7 un nuevo Salvador con la misma voz e igual de impertinente. Y como no habían conseguido que devolvieran al toro, también la tomaron con Talavante. Habría que organizar un antisiete que se dedicara a chillar a los toreros que ellos prefieren. Muy vulgares o malos la mayoría. Talavante tiró por la vía rápida y tras dar unos cuantos pases mató de buena estocada.
Y vamos con el último. Este sí embistió de salida con brío y encastada nobleza. Simplemente bien Talavante en el recibo por desclasadas verónicas. Y como Manzanares ya estaba batido, callaron los de 7 y se tranquilizaron los tendidos. Cumplidor en el caballo y realmente bonancible el animal, Talavante quitó con apretados lances y recorte a pies juntos y dejó al toro en suerte con medias chicuelinas muy celebradas. Gran par de Javier Ambel en sustitución del peón lesionado. Talavante brindó la faena. La inició con la derecha un poquito ligero. Y luego, dando sitio al toro algo mejor. Un extraño del toro por el lado izquierdo le obligó a pegar un paso atrás. Pero acto seguido se empleó con su mano más privilegiada sin acabar de estar a gusto. El toro era de derechas, como yo. Y a derechas subió de la faena. No obstante, quiso empeñarse en los naturales y los consiguió normales Alternando una y otra mano continuó con la gente ya entregada y ni un solo reproche, ni siquiera cuando el toro perdió las manos. Buena la faena aunque no del altísimo nivel de la de su primera tarde. Fue el momento ideal para entrar a matar. Pero pinchó en medio del disgusto general. Para una oreja que se iba a cortar…. Ya es mala suerte.
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A los cerdos,en desdichada frase del comentarista,no les echa Manzanares margaritas precisamente,sino más bien, toreo basura que posiblemente consideren tanto el señor cronista como el elegante y "empacoso" coleta,es lo que se merecen los que con su dinero ,les dan de comer a los dos.
ResponderEliminarHabló la voz de la experiencia, la voz consagrada de un aficionado de solera, la voz del aficionado QUE NO TIENE TOREROS EN SU CABAZA, en definitiva un aficionado sectario y fanático de un torero.
ResponderEliminarSeñor franmmartin, no haga como aquel día que no supo captar mi broma y ni siquiera tuvo lo hombría de contestarme.
Hoy no estoy de broma, hoy estoy hablando en serio y diciendo la verdad de lo que pienso de usted como aficionado.
Le diré de antemano que puede usted contestarme todo lo que quiera, porque el que no va a contestar en esta ocasión seré yo. Pero una cosa si le digo, si empleara usted un calificativo estúpido y grosero, sepa usted que eso mismo se lo devuelvo multiplicado por tres. Y si me repitiera la “jugada” multiplicando por más, siempre me quedaría de últimas para que la multiplicación más exagerada fuese la mía.
Un saludo
Clavelitos