"...Toda la corrida de Parladé dio un juego muy interesante y los seis toros, unos más y otros menos, se dejaron torear. Los tres espadas de la terna tuvieron material para triunfar, si sólo ha triunfado Fandiño, se debe al pésimo momento por el que atraviesa El Cid y por la bisoñez de Ángel Teruel..."
AL FIN LO CONSIGUIÓ
Domingo Delgado de la Cámara / Fotos de Andrew Moore
Iván Fandiño ha estado muchas veces a punto de salir por la puerta grande de Madrid, pero por una serie de factores, por la mala suerte fundamentalmente, no lo lograba. Ayer, por fin lo consiguió. Esta es sin duda la noticia de la tarde de ayer, pero antes hablemos, y bien, de los toros de Parladé.
Toda la corrida de Parladé dio un juego muy interesante y los seis toros, unos más y otros menos, se dejaron torear. Los tres espadas de la terna tuvieron material para triunfar, si sólo ha triunfado Fandiño, se debe al pésimo momento por el que atraviesa El Cid y por la bisoñez de Ángel Teruel.
Los toros de Parladé tuvieron la fuerza suficiente y mucha movilidad. Parece que este tercer Juan Pedro Domecq va a ser mucho mejor ganadero que su padre, que heredó una ganadería bravísima y lo único que hizo fue especular con la bobería y la mansedumbre durante treinta años.
Sin duda el toro más importante del festejo fue el segundo de la tarde, manso y abanto en el primer tercio, pero que tomaba los engaños con gran clase y repetición. Su embestida era pronta, alegre, repetidora, enclasada. Su pitón izquierdo era bueno, pero el derecho era extraordinario. Fandiño solamente lo toreó a medias porque el viento le molestó muchísimo y le impidió dar más dimensión al muletazo y ligar más pases en cada serie. En ese momento era más apremiante dominar el viento que abarcar toda la embestida del toro. Consiguió que el trasteo fuese limpio, cosa nada sencilla y que no tuviese altibajos. Se entregó en una gran estocada y cortó una oreja.
El quinto de la tarde fue muy bien banderilleado por Miguel Martín y Jesús Arruga. El toro no tenía clase, embestía con la cara alta y punteando. Con él, Fandiño dio su mejor dimensión en una faena de mucha entrega y verdad. Un detalle a resaltar, la limpieza del trasteo. Era muy difícil torear limpio a un toro que no humillaba y terminaba la embestida con violencia, Fandiño lo logró. Inicio sui géneris con un precioso pase del desdén como remate, y faena maciza fundamentada en la zurda. Con el toro áspero Fandiño se crece y da lo mejor de sí. Es un torero más para la épica que para la lírica. Toreo recio y de verdad sin ninguna concesión a la posturita y el amaneramiento. Cosa que yo estimo enormemente porque la Fiesta actualmente está infestada de cursis y amanerados.
Como colofón, Fandiño tira la muleta y se echa encima del toro a cuerpo limpio, como hacía Antonio José Galán en los años setenta. Logra una estocada hasta la gamuza, contraria y tendida, a cambio de un volteretón. La plaza toda puesta en pie, está conmovida, embargada por la emoción. Desgraciadamente, la estocada tendida hace que el toro no se tumbe y sea necesarios dos golpes de descabello. Una lástima, porque si se llega a tumbar pronto el toro, Fandiño hubiera cortando dos orejas en lugar de una. Me alegra mucho el triunfo de este torero, es el premio al pundonor, a la casta, a la vergüenza torera. Fandiño es un torero de cuerpo entero. Admirable.
El Cid, se encuentra en un pésimo momento profesional. Su lote fue importante. Un lote con mucha miga, con mucho que torear. Fueron toros que no regalaban la embestida, pero obedecían si se les llevaba toreados. Más agresivo y encastado el cuarto que el primero, pero dos toros de triunfo. En el primero, molestado por el viento, El Cid no se decidió a asentarse y torear. Pero peor fue lo del cuarto, El Cid era incapaz de aguantar en la cara del toro y perdió los papeles en varias ocasiones. Dio una impresión penosa, rayana en la impotencia.
Las maneras de Ángel Teruel son muy buenas, pero tiene tendencia a embarcar con el pico y a codillear, también tiene tendencia dar los pases de uno en uno, sin ligazón ninguna. Por todos estos defectos, no aprovechó a su primero, un toro justo de fuerza, con clase y nobleza infinita, ideal para un matador poco toreado. En el sexto intentó soltar más los brazos y ligar los pases, pero ya nadie hizo caso, estaba todo el mundo bajo los efectos del fandiñazo.
Visto lo visto, la Corrida de Beneficencia tiene un enorme interés. Habrá que ver a Fandiño salir a cara de perro, a dar un baño a El Juli, que conociéndole, no va a dejarse ganar la pelea…apuesto por Fandiño.
Serie fotográfica de Iván Fandiño
Miguel Martín
Así, sin muleta, de una forma mucho mas limpia, más auténtica, haciendo la cruz, saliendo por donde hay que salir, sin enganches ni volteretas, toreando con el cuerpo para evitar los pitones y ejecutando la suerte como mandan los cánones, el novillero Gonzalo Caballero mató el pasado 27 de abril en Sevilla. Merece la pena ver las imágenes para compararlas con lo que vimos ayer. Personalmente, creo que el salir con un volteretazo premeditado a modo de pseudo-suicidio controlado no es como para darle el bombo que se le está dando. Creo que el toreo es justo lo contrario, no dejarse coger y ejecutarlo de una forma templada y limpia. Dicho esto, no seré yo el que le quite méritos, puso la emoción de la que careció la faena y vimos algo distinto y echó la moneda al aire para que saliera cara o cruz.
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