Teniente General Don Blas de Lezo y Olavarrieta, insigne marino vasco nacido en Pasajes (Guipúzcoa) en 1689
Desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!
Bernardo López García, poeta también olvidado....
¡Bendita España, que pare y cría los hombres armados!
Exclama Francisco I de Francia, derrotado en Pavía, cuando llega prisionero a Madrid y ve por sus calles a los niños jugando con espadas de madera.
No, aquí no se parían hombres armados, se paría, con dolor, hombres de valor, el que desde niño infunde el sufrimiento.
Y se lamentaba en el momento de ser hecho prisionero por el guipuzcoano Juan de Urbieta: “Ni un amigo me queda para unir mi espada a la suya”.
Tampoco; la soledad y la derrota no es asunto de espadas, sino de honor y honra.
Valor, honor y honra son viejos conocidos de los soldados españoles.
General Rafael Dávila Álvarez (R)
Este sábado 15 de noviembre se inaugura en los Jardines del Descubrimiento de Madrid un monumento al Teniente General Don Blas de Lezo y Olavarrieta, insigne marino vasco nacido en Pasajes (Guipúzcoa) en 1689. No pretendo explicar quien era Blas de Lezo; mejores plumas lo han hecho en estos días previos a la inauguración del monumento.
Quisiera simplemente hablar de lo español, una historia repleta de héroes y genios del arte militar. De hombres que han construido nuestro español monumento al valor, el honor y la honra. Hombres sencillos, humildes y olvidados.
Decía el poeta, también olvidado, Bernardo López García, en su oda al 2 de mayo:
Desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!
El mundo se asombra de lo español siendo el español el que con frecuencia se asombra de lo que olvida o desconoce.
No sabemos donde está enterrado Blas de Lezo. Sabemos que “…murió el día 7 de septiembre por unas calenturas, que en breves días se le declaró tabardillo; y aunque estuvo privado 11 horas volvió en sí, pudo recibir los santos sacramentos y disponer sus cosas; y a los 9 días de haberle dado, se lo llevó Dios”.
¡Dios mío, que solas se quedan las tumbas!
¡No hay puñado de tierra sin una tumba española! Desde la cumbre bravía que el sol indio tornasola...
A menudo el recuerdo nos da un latigazo en el alma por nuestra incomprensión y olvido. El olvido como último honor; ni de sus restos se supo el lugar. Una tumba española, una tumba más en la tierra del mundo que, para eso, casi todo es español.
Será este sábado cuando en los Jardines del Descubrimiento SM. El Rey Juan Carlos I descubra al héroe, al marino vasco de Pasajes, genio de la guerra en la mar y en la tierra, mutilado por cien batallas, incluida la del injusto olvido.
No es el único ni será el último. Podremos seguir diciendo: ¡Bendita España, cuando pare y cría hombres honrados y de valor! y, aunque otros los olviden, serán monumento a lo español.
El Teniente General de la Armada española, Don Blas de Lezo Olavarrieta, subirá al heroico cielo de los grandes guerreros. No será ya necesario buscar su tumba. Estará cerca de la Bandera de España, grande y hermosa, que ese día ondeará con los vientos que desde las orillas del Caribe, desde Cartagena de Indias, navegarán por el Atlántico en suspiros de España.
Será Don Blas de Lezo compañía para Cervantes y Calderón; para Daoiz y Velarde o el Teniente Ruiz; Eloy Gonzalo, el General Martínez Campos o el Cabo Noval. Acompañará al general Vara del Rey y a los héroes de Caney, al Padre Huidobro y a los soldados muertos en misiones internacionales; a nuestros incógnitos soldados que son nuestro español monumento al valor, al honor y la honra.
Monumento español a lo español
Nunca hubiese escrito este artículo, jamás lo hubiese terminado y firmado, sin vaciar mi alma del todo recordando el monumento al último soldado español laureado. Un legionario, también un vasco, de Bilbao, el Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga, que entregó su vida por la de sus compañeros en la Saguía el Hamra, el Aaiún 1958, concediéndosele la última Laureada de San Fernando del Ejército español.
También en su homenaje se erigió un monumento, en Erandio, que al poco tiempo fue arrancado de cuajo y arrojado al Nervión. Más tarde, en 1979 su hermano, también legionario, era asesinado por ETA.
El monumento recuperado se conserva y se le rinde homenaje en la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII” en Almería.
Un latigazo en el alma, que yo como soldado nunca voy a olvidar. Estoy seguro que el Teniente General Blas de Lezo me ha traído hoy este recuerdo para que se lo transmita a aquellos que tengan la paciencia de leerme.
Valor, honor y honra son viejos conocidos de los soldados españoles. Con ellos nunca estarás solo. Son amigos que siempre unen su espada a la tuya.
Hoy unimos las nuestras en el recuerdo a un héroe español más. El Teniente General Don Blas de Lezo y Olavarrieta se eleva en ese monumento colectivo a lo español.
General Rafael Dávila Álvarez (R)
13 de julio 1734 Nombramiento Blas de Lezo como Teniente General de la Armada española.
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1734/028/A00132-00132.pdf
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¡¡¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!!
ResponderEliminar¡¡¡ABAJO LOS TRAIDORES!!!
Totalmente de acuerdo con el anónimo cuando dice¡¡¡ABAJO LOS TRAIDORES!!! creo que se está refiriendo a todos estos sinvergüenzas que llevan y traen dinero de las corrupciones que hacen todos estos golfos. Menudos caraduras todos estos “traidores de dineros”, luego hay otros que traen y llevan sobres con dinero negro, que también se les pueden llamar “traidores”. De esto saben de manera muy destacada en el Partido Popular.
ResponderEliminarY así nunca podemos decir ¡¡¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!!, habría que decir VIVA ESTOS TRAIDORES DE MERCANCIAS.
Pedro Sánchez