Toreros debutantes en la feria de 1965.
Foto: Columna Grana y Oro
"...De esta manera comenzaría a escribir la historia una de las ferias más importantes de la América Taurina, la cual reforzaría su status con la construcción de una plaza de toros fija: la Monumental de Pueblo Nuevo, que vendría a ser la segunda plaza de toros más grande del país y una de las primeras del mundo taurino..."
Leonardo Hernández Pineda
En 1965, para la primera Feria Internacional de San Sebastián, la Empresa Taurina “Hermanos Zúñiga” programó dos corridas de toros para los días sábado 23 y domingo 24 de enero de 1965, las cuales se llevaron a cabo en las antigua plaza Venezuela y para ello se contrataron encierros mexicanos de las divisas de “Campo Alegre” y “Santoyo”.
Se anunciaba la presentación del torero sensación en la tauromaquia universal, el torero de Palma del Río Manuel Benítez “El Cordobés”, quien vendría de suelo tachirense proveniente de Colombia, país en el que realizaba campaña y en donde ya había conseguido resonantes triunfos. El torero ibérico llegó a San Cristóbal proveniente del aeropuerto de la ciudad de Cúcuta, no más pisar suelo tachirense fue “absorbido” por las autoridades venezolanas quienes le escoltaron hasta San Cristóbal, ya que temían por la seguridad del torero.
Para el sábado anunciaron reses del hierro de “Campo Alegre” para los diestros José Zúñiga “Joselillo de Colombia”, el hispano Manuel Benítez “El Cordobés” y el venezolano Efraín Girón siendo este último el triunfador del festejo con corte de dos orejas, ya en se segundo oponente el torero colombiano había cortado un apéndice. Siendo ésta la primera oreja que se otorgaba en nuestra naciente feria.
Al día siguiente hicieron el paseíllo los venezolanos Joselito Torres y Curro Girón junto al español Manuel Benítez “El Cordobés”, que repetía actuación, para lidiar reses del hierro de “Santoyo”. El torero aragüeño “Joselito Torres” fue herido por su primer toro por lo que una vez pasaportado fue trasladado al Hospital Central donde fue intervenido, “Curro Girón” cortó dos orejas, una en el que lidió por la cornada de su compatriota y otra en el segundo de su lote. Por su parte “El Cordobés” dejó sólo destellos. En deuda con la afición quedaría el torero cordobés, pues no mostró su dimensión del toreo. Caso contrarío el del maracayero Efraín Girón quien se destapó como uno de los mejores diestros con los que contaba la baraja taurina nacional.
El trofeo como triunfador de la I edición de la Internacional de San Sebastián le fue otorgado al aragüeño Efraín Girón, quien recibió el galardón en el medio del ruedo de la plaza de toros de San Cristóbal, la cual se había construido para la ocasión y cuyo ruedo era, por muy poco, de menor tamaño que el de la plaza insigne para la época en Venezuela: El Nuevo Circo de Caracas.
De esta manera comenzaría a escribir la historia una de las ferias más importantes de la América Taurina, la cual reforzaría su status con la construcción de una plaza de toros fija: la Monumental de Pueblo Nuevo, que vendría a ser la segunda plaza de toros más grande del país y una de las primeras del mundo taurino. Por sus arenas desfilarían todas las figuras taurinas del momento quienes escribirían con tinta de oro páginas que hicieron que se reconociera a nivel mundial nuestra feria como la Feria Internacional de San Sebastián. Y a la cual muchos toreros quisieron venir, exonerando sus honorarios sólo ya que sabían que un triunfo en San Sebastián, le abría muchas puertas.
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