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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 27 de noviembre de 2017

Padilla / por Antolín Castro


Padilla seguirá haciendo paseíllos durante 2018 antes del adiós


El Ciclón de Jerez es, sin duda, un torero querido, quizá podemos decir que mucho más es un torero respetado. Ese cariño, ese respeto, ha sido ganado a través de una trayectoria, en 2018 redondeará 25 temporadas desde su alternativa, basada en la incuestionable verdad de verle la cara al toro.


PADILLA

España
Hace unos días que el torero jerezano, Juan José Padilla, anunció su retirada al término de la próxima temporada europea de 2018. Lo hizo en Sevilla, que no es su tierra local, pero sí la capital de su Andalucía. Salvo Jerez era el sitio idóneo.

El Ciclón de Jerez es, sin duda, un torero querido, quizá podemos decir que mucho más es un torero respetado. Ese cariño, ese respeto, ha sido ganado a través de una trayectoria, en 2018 redondeará 25 temporadas desde su alternativa, basada en la incuestionable verdad de verle la cara al toro.

Y ese toro, al que se enfrentó durante los primeros, casi veinte, años, es quien le proporcionó el respeto citado. Curtió su carrera delante de las ganaderías reconocidas como más duras, pero se curtió mucho más aún por los percances sufridos ante esas ganaderías que conforman el circuito de los valientes.

Y llegó octubre de 2011 y ahí le cambió la vida y la carrera profesional. Un percance gravísimo, que le afectó muchísimo, que le hizo perder un ojo tras una cornada en Zaragoza. Su tesón por seguir toreando hizo posible la vuelta tras varias operaciones -que continuaron ya en activo- para conseguir otro estatus dentro del escalafón.

No me pregunten por qué el cambio tan radical en su carrera, no es nada fácil contestar. Otros perdieron un ojo y el taurinismo no les premió por ello. A Padilla sí. A partir de ese momento se acabaron las corridas de las llamadas duras y, sin otros méritos que la pérdida del ojo, le llueven contratos en los carteles más favorables.

Ojo, de aquello nos alegramos como no puede ser de otra manera, pero no lo entendemos. Si tenía los méritos suficientes por qué no le pasaron a la primera división antes y, si no los tenía, ¿la pérdida de un ojo fue el detonante para conseguirlo?

Nadie lo va a explicar pero Juan José ha podido disfrutar de varias temporadas, quizá 500 festejos, que le han parecido un dulce comparado con todo lo anterior vivido, por haber tenido esa desgracia. Ya lo ha confesado él ‘he tenido que perder un ojo para que me traten como figura’. Sin embargo, figura ya lo era. No hay mayores figuras que quienes se enfrentan con tanta verdad, y riesgo, con el toro nada fácil. Con el más fácil hasta sin un ojo se puede hacer. Demostrado ha quedado.

Padilla, aprovecha ahora el tirón para despedirse la próxima temporada, lo que significará contratos en todas las ferias. Un buen truco, hará caja, más caja todavía, antes de irse al merecido descanso del guerrero. Nos alegramos de que haya podido vivir esta situación, pero detestamos el cinismo demostrado para con él y para con muchos otros. No es mejor este último Padilla que el que conocimos antes de aquél fatídico día de 2011.

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