Abidal es un peón, Messi es el rey, la reina, la torre, el alfil y el caballo de esta partida. No le gustará que lo digan pero manda, vaya que si manda, lo manda todo y más. Es lo que tiene meter la pelotita entre los tres palitos. Es otro modelo de gestión.
Messi, Abidal, Bartomeu, Rodrigo, Bakambu, Xavi...
¡había una vez un circo!
Seguro que Leo Messi suscribe aquella famosa frase atribuida a Bill Shankly: "La directiva ideal está compuesta por cuatro hombres, tres muertos y un agonizante". Es probable que si, después de la que armó ayer en el diario Sport con sus declaraciones, Eric Abidal continúa siendo a estas horas el director deportivo del Barcelona sea simple y llanamente porque a Bartomeu le ha parecido que destituirlo en este momento resultaría demasiado clarificador del poder omnímodo que el futbolista argentino tiene en el club. Porque a Abidal no le habría echado a la calle la falsedad de sus palabras sino la oportunidad (inoportunidad en este caso) de las mismas. Cuando Abidal dice, y cito textualmente, que "muchos jugadores no estaban satisfechos y no entrenaban mucho" es evidente que no se está refiriendo a Luis Enrique o a Guardiola sino a Ernesto Valverde, que ha sido el destituido. Muchos jugadores no estaban satisfechos... con Ernesto Valverde, por supuesto, y, por lo tanto, no entrenaban mucho... para Ernesto Valverde, naturalmente. Y cuando, a través de su cuenta de Instagram, Messi responde a Abidal no lo hace desmintiéndole, no, sino pidiéndole que dé los nombres de esos jugadores que no estaban satisfechos con el anterior entrenador y que no trabajaban, sugiriendo que él sí estaba del lado de Valverde.
En el arranque de la película Gandhi, quien luego fuera líder del Movimiento de Independencia indio es increpado por otro pasajero que le dice que en Sudáfrica no hay abogados de color. Gandhi, a quien da vida Ben Kingsley, responde: "Señor, yo me doctoré en Derecho en Londres y ejercí en el Tribunal de la Cancillería, soy consecuentemente abogado y puesto que soy a sus ojos de color, podemos deducir que hay al menos un abogado de color en Sudáfrica". Pues bien, para confirmar que había futbolistas que querían hacerle la cama a Valverde sólo hay que ver el traje que le hizo el otro día Rakitic; puesto que Rakitic es futbolista profesional de la primera plantilla del Barcelona y el otro día criticó durísimamente a Valverde, podemos deducir que hay al menos un futbolista de la primera plantilla culé que estaba contra el entrenador. Messi no desmiente a Abidal, Messi le pide que dé nombres, Messi le pide que dé el nombre de Rakitic... entre otros.
Al principio decía que es probable que Leo firmara debajo de la despectiva frase de Bill Shankly sobre los directivos. No creo que Messi tenga ahora mismo, ni desde hace un tiempo, la mejor de las opiniones de quienes dirigen el club, pero probablemente sea por motivos distintos a los que yo veo. Y lo que yo, que tampoco creo que Bartomeu sea un ejemplo de perspicacia, veo es un club con un presupuesto de 1.047 millones de euros preso de un solo futbolista, de un único jugador. Lo que yo veo es que hay dos modelos distintos de gestión, el que representa el Fútbol Club Barcelona, que está en manos de los empleados, y el que representa el Real Madrid. En el Real Madrid no hay nadie, por muy bueno que sea, que esté por encima del escudo, nadie. A Cristiano le enseñaron la puerta de salida, a Ramos también; otros, por supuesto menos importantes que ellos pero también con mucho peso, salieron volando por la ventana antes que ellos. En el Real Madrid hay un presidente que mira a las estrellas de tú a tú porque él también es una estrella de lo suyo, en el Barcelona hay un presidente que negocia rindiéndose.
Abidal estuvo muy mal y Messi estuvo rematadamente mal. Si Messi, que es un peso pesado, no hubiera respondido a Abidal, que es un peso pluma, las palabras del director deportivo habrían tenido un eco relativo; al responder, Messi multiplicó por diez el efecto nocivo de esas declaraciones. Al contestar Messi, que es el capitán, no estaba protegiendo al Barcelona sino que se estaba protegiendo a sí mismo. Si, en vísperas de un partido vital en San Mamés, Messi hubiera querido proteger al Barcelona se habría callado y habría pedido una reunión privada con Bartomeu y Abidal, pero no hizo eso. Dicen quienes le conocen que Leo está harto de que se diga que él manda en el club pero es que él manda en el club: ¿Qué pasó con Ibrahimovic? ¿Dónde está Gratacós? ¿Alguien sabe qué es de Javier Faus? ¿Qué pasó cuando Luis Enrique dejó caer que el líder era él? A Pere Gratacós se le destituyó por decir algo tan terrible como que Messi era tan bueno gracias a sus compañeros de equipo. A Faus le cortaron la cabeza por decir algo tan increíble como que él no entendía que a Messi tuvieran que renovarle su contrato cada seis meses. Luis Enrique se enteró de quién era el líder del equipo después de que se le ocurriera la locura de sentar en el banquillo de los suplentes a Messi en un partido contra la Real Sociedad en Anoeta. En este Barcelona, con esta directiva, manda Leo Messi. No hay más.
Es posible que Eric Abidal siga hasta que a la gente se le olvide este incidente, que, al parecer, no afecta a Quique Setién, según asegura él mismo. Porque Abidal no tiene ni una sola carta de la baraja en su poder mientras que Messi es el director general de Naipes Heraclio Fournier Sociedad Anónima. El as que mata a Bartomeu es precisamente ése que le aceptó a Messi, quien, en mayo, podría irse gratis del club si quisiera. Si Messi se va gratis del Barcelona, Bartomeu no tiene Cataluña para correr. Abidal es un peón, Messi es el rey, la reina, la torre, el alfil y el caballo de esta partida. No le gustará que lo digan pero manda, vaya que si manda, lo manda todo y más. Es lo que tiene meter la pelotita entre los tres palitos. Es otro modelo de gestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario