He leído de un tirón su último libro del que confieso haberme quedado cautivado por sus letras, por el personaje al que biografía y, ante todo, por la calidad estética y ética de sus letras para narrar pasajes bellísimos de un artista de Villena llamado, Gaspar Tomás Mora, al que sus amigos le reconocen como Gastomo. Le deducción del apelativo queda clarísima ¿verdad?
Tras todo lo narrado por Susarte hubiera sido un crimen no haber biografiado a Gastomo que, como hemos podido saber los que desconocíamos la emblemática figura y obra de este hombre admirable, hemos quedado sobresaltados por la emoción que estas letras nos han producido, hasta el punto del éxtasis al más alto nivel porque, aunque parezca sencillo, una biografía es un documento al que hay que dedicarle entrega, pasión, verdad, tiempo, análisis y una gran dosis de amor hacia el personaje en cuestión que, como explico, no es otro que don Gaspar Tomás Mora al que, pese a todo –él así le pide a sus amigos que le llamen- los neófitos en materia, aquello de denominarle como Gastomo suena un poco como sacrilegio.
Como dice Susarte en la síntesis del libro al respecto de su personaje, la definición no puede ser más cautivadora. Leamos.
“Gastomo esculpe pero no es escultor; sino investigador de las materias y aprovechamiento de las mismas; escribe poesía pero no es poeta, más bien un hacedor de versos hermosos; pinta cuadros pero no es pintor, sino investigador sobre texturas y pigmentos; tiene a su nombre un puñado de patentes, pero no es inventor, sino creador de soluciones. Y de esta guisa es todo lo que sucede en la mente y en las obras de este artista villenense, todo ello con un espíritu renacentista y una creatividad heterodoxa”
Digamos que, tras esta exposición, nos bastaría y sobraría para comprender a este genio de la vida llamado Gastomo, un tipo creativo, genial, heterodoxo como decía Susarte, al que para su fortuna, alejado del mundanal ruido su vida se circunscribió junto al trabajo en una empresa como creativo mientras que, en sus "ratos libres" iba creando obras inolvidables e innovadoras como, por ejemplo, darle forma y textura al PVC, algo que jamás antes nadie lo había pero que, Gastomo, logró cotas excepcionales en dicho menester. Esculpió, pintó, trabajo, hizo versos sublimes, investigó como nadie y, para su fortuna, en vida, como se deben hacer los homenajes, ha tenido la suerte de encontrarse en su camino a José Luis Barrachina Susarte, otro hombre admirable que, en plena juventud ha editado varios libros y, hasta este instante, su fortuna no ha sido otra que rendir culto y homenaje al villenense más célebre de los últimos cincuenta años, Gaspar Tomás Mora, el que disfruta cuando sus amigos le llaman Gastomo.
De igual modo, la enumeración de todo lo que han sido las exposiciones de Gastomo, todas, una por una las relata Susarte con una pulcritud extrema, lo que certifica que, tras leer este libro ya podemos todos opinar con autoridad sobre este personaje ejemplar que teniéndole tan cerca, muchos, en nuestra ignorancia no le conocíamos.
Susarte, con su sabia pluma nos recrear en infinidad de pasajes del biografiado, situaciones que no pasarán por alto ante nadie puesto que, el personaje amerita la suyo, que no es otra cosa que la admiración hacia su persona. En poco más de ciento cincuenta páginas condensa el autor una vida de película que, para mayor dicha, hasta nos muestra infinidad de versos del autor de los que cualquiera queda conmovido.
Gracias, José Luis Barrachina Susarte, -siempre, como yo digo, en estado puro- por tu obra, por tu amistad, por tu cariño, por tu sabiduría, por tu gratitud hacia las personas a las que amas las que, como en el caso de Gastomo te has vaciado por completo. Que Dios te siga bendiciendo.
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